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Finaliza la COP28: por primera vez se acuerda alejarse de los combustibles fósiles

La cumbre climática llega a su fin este miércoles en Dubái. Aunque el acuerdo muestra ciertos avances, como la necesidad de salir de los combustibles fósiles para hacer frente a la crisis climática; en otros aspectos se considera “insuficiente” para lograr las metas del Acuerdo de París.

Daniela Quintero Díaz
13 de diciembre de 2023 - 11:25 a. m.
Sultán Ahmed Al Jaber, presidente de la COP28, anunciando que el borrador del texto sobre el balance global fue finalmente aprobado por todas las partes.
Sultán Ahmed Al Jaber, presidente de la COP28, anunciando que el borrador del texto sobre el balance global fue finalmente aprobado por todas las partes.
Foto: EFE - MARTIN DIVISEK
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Los últimos dos días en Dubái, donde tiene lugar la cumbre de cambio climático (COP28), han sido intensos. En la recta final de las negociaciones, que iniciaron el pasado 30 de noviembre, las reuniones de equipos técnicos, las plenarias y los encuentros bilaterales se tomaron el Dubái Expo Center hasta las primeras horas de la madrugada.

En los planes del sultán Ahmed Al Jaber, presidente de las negociaciones, estaba concluir la cumbre el 12 de diciembre a las 11 de la mañana. Pero el acuerdo definitivo llegó más de 24 horas después. Una situación que no es nueva, pues, en los últimos años (a excepción de la COP26), las negociaciones han cerrado entre uno y dos días después de lo acordado.

Sobre las 7:20 a.m. del miércoles se publicó, finalmente, el borrador de uno de los textos más esperados de esta COP: el del balance global. En palabras sencillas, es la primera “evaluación” en la que se mide qué tanto se ha avanzado a nivel global en el cumplimiento del Acuerdo de París. Y La revisión muestra que aún estamos lejos. Por eso, el objetivo de estas negociaciones también era proponer los caminos y la ambición necesaria para que los países tomen acciones encaminadas a limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 °C para final de siglo.

Tras publicarse el borrador del texto, cada delegación tuvo tiempo para revisarlo durante algunas horas. La plenaria, en donde presentarían sus posiciones tras el análisis, estaba citada para las 10:00 a.m. A medida que la hora se acercaba, los equipos técnicos y ministeriales revisaban con detalle el texto. “Resalta”, “reconoce”, “expresa”, “recomienda”, “invita”, “reafirma”. Cada palabra importa, pues allí es donde se define qué tan ambicioso o no será el resultado. Y qué tan encaminado, o no, está el texto encaminado a cumplir el Acuerdo de París.

Una hora después de la cita de la plenaria, y mientras las negociaciones todavía tenían lugar entre los pasillos, Al Jaber pasó a la mesa principal sonriente. Llevaba un poco menos de dos minutos en su discurso de apertura del espacio cuando anunció que, tras lograr un consenso entre todas las partes, el texto había sido acordado.

“Estuvimos trabajando colectivamente por los consensos. Y estoy profundamente agradecido por todo su trabajo en las últimas dos semanas y, particularmente, en las últimas 48 horas, en las que se extendieron hasta la noche y la madrugada”, aseguró. “Los países mostraron flexibilidad y pusieron el interés común por encima del interés individual. Ahora, tenemos una base para hacer que la transformación ocurra”.

En negociaciones como esta, donde hay decenas de cosas pasando al tiempo, es difícil seguirle la pista a todo. Pero un par de temas eran centrales en la mesa. El primero, la petición de algunos países de nombrar, por primera vez en el texto del acuerdo, a los combustibles fósiles, como el gas y el petróleo, y no solo al carbón (como estaba hasta ahora). El segundo, que quedara explícita la necesidad de salir de esos combustibles fósiles, que generan cerca del 80 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Para los países en desarrollo, como Colombia, también había algunos temas claves. Que se discutiera la financiación para dejar atrás la dependencia de los combustibles fósiles y para poder transitar (y triplicar) las energías renovables. Y que la adaptación (hacerle frente a los impactos que ya está generando el cambio climático) también fuera central en la agenda. Sobre todo, en términos de financiamiento. Asimismo, se insistía en que la naturaleza y las comunidades indígenas tuvieran un papel central en las discusiones.

América Latina, explica Enrique Maurtua —asesor en política climática para América Latina y el Caribe, y experto en balance global—, es la región del mundo que menos recibe recursos para la transición. “Es como la clase media del mundo climático. No es la más pobre, pero tampoco puede salir hacer la transición completamente sola”. Sin embargo, agrega, “l texto se queda corto y no hace casi referencias al financiamiento y a la cooperación”.

Histórico: se incluyó a los combustibles fósiles en el Acuerdo

Uno de los avances de estas negociaciones es que, por primera vez, se hace una mención específica a los combustibles fósiles. Desde el Acuerdo de París, solo se había hecho referencia al Carbón, pero no a otros combustibles como el petróleo y el gas. “El texto te da una señal clara de que los combustibles fósiles van de salida. Hace un año, esa conversación ni siquiera estaba sobre la mesa”, asegura Maurtua

“Lo que estamos viendo en el texto, era imposible en otra época. A pesar de que es una señal tenue en el lenguaje, sí nos dice que nos vamos a alejar de esto”, asegura, por su parte, un negociador de Colombia. “Aunque estábamos persiguiendo el ‘phase-out’ (la eliminación de los combustibles fósiles), se logró un ‘transitioning away from’ (hacer una transición en la que se aleje de) los combustibles fósiles. Y eso, personalmente, me parece una muestra de que hay una voluntad que se está configurando en un mundo que siempre se había resistido a hacerlo”.

La ministra Susana Muhamad, durante su intervención en la plenaria, también se refirió al tema. “Tuvimos discusiones que nos ayudan a estar un paso adelante. Pero también hay algunos vacíos que pueden generar unas limitaciones para alcanzar el límite de 1.5 °C para final de siglo”, aseguró. Destacó, entre otras cosas, que la ciencia se hubiera hecho camino en las decisiones políticas de la negociación. “Los informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, el equipo científico de estas negociaciones, no eran tenidos en cuenta por decisiones políticas”, dijo. Durante años, países como China y Rusia se negaron a incluir los hallazgos científicos en la discusión.

También a que la referencia a los Derechos Humanos quedara incluida en el texto. El nuevo documento es un avance, pues menciona a los derechos humanos, las comunidades indígenas, la juventud, la naturaleza y las mujeres.

El nuevo texto del balance global también acuerda que, para 2030, los países hayan realizado evaluaciones de los peligros y los impactos climáticos, así como su exposición a riesgos y vulnerabilidades. Asimismo, para 2027, deben establecer “sistemas de alerta temprana” contra riesgos múltiples del cambio climático.

El sabor agridulce para Colombia y América Latina de las negociaciones

Colombia llegó a Dubái con unas necesidades y peticiones claras. Entre esas, estaba lograr el financiamiento para poder hacer la transición energética justa, que tanto se ha mencionado. Y que la adaptación fuera un eje central de las discusiones. Pero, con el paso de los días, estos temas empezaron a diluirse.

“El objetivo, pero un poco el riesgo de una COP como esta, es que la atención se centró en abordar el tema de los combustibles fósiles”, explica Maurtua. “Y en ese sentido, se logró, pues lograron incluirse”.

Pero hay también otros vacíos. “Tienes el qué, pero no el cómo”. El texto no es específico en lo que tienen que hacer los países, en las responsabilidades de otros y en cómo se logrará que la financiación llegue a donde se necesita y en las cantidades que se necesitan. “Dicen que hay que triplicar las energías renovables para 2030, pero no te dice: aquí está tu fondo para que lo logres. Se queda corta en esa parte la propuesta”, aseguran miembros del equipo negociador de Colombia.

Durante las negociaciones de Dubái también se definió que la sede de las próximas negociaciones climáticas será Azerbaiyán (COP29). La COP30 se realizará en el corazón de la Amazonia brasileña: Belém do Pará.

* Enviada especial a Dubái.

** Esta historia fue producida como parte de la Climate Change Media Partnership 2023, una beca de periodismo organizada por la Earth Journalism Network de Internews y el Centro Stanley para la Paz y la Seguridad.

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Antonio(sa3gs)13 de diciembre de 2023 - 03:10 p. m.
Siguen sin entender que estamos agotando el planeta.
MIGUEL(12588)13 de diciembre de 2023 - 12:47 p. m.
Entonces el presidente Petro tiene toda la razón !!!
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