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Alrededor de 3 mil delfines rosados (Inia geoffrensis) cruzan el río Amazonas, cuyo caudal es considerado el más grande del mundo. Sin embargo, no es novedad que esta especie se encuentre en peligro de extinción. En los últimos años, se ha denunciado que la pesca indiscriminada y algunas obras de la ingeniería han amenazado su permanencia (Lea también: ¿Se avecina el primer proyecto de minería en el mar?).
Así lo confirma un nuevo estudio, publicado en la revista Oryx, que dice que aunque estos animales tienen un rango de natación de 31 millas por las aguas del Amazonas, el 89% de su trayecto está comprometido por obras de ingeniería, como represas, y pesca indiscriminada (Le podría interesar: El lunes había sido el día más caluroso de la historia, pero el martes ya lo superó).
Debe recordarse que la Amazonía está presente en Colombia, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Guyana y Surinam, y la reciente investigación fue realizada por la Universidad de Exeter y la organización conservaciones peruana Pro Delphinius.
Mediante el uso de satélites, los expertos rastrearon ocho delfines en su viaje habitual por el río Amazonas en Perú. El descubrimiento confirmó que los animales se encontraban, en promedio a 252 km de la represa más cercana y a 125 km del sitio de dragado más cercano.
En Brasil, la construcción de represas es una amenaza para el Amazonas, un afluente que genera entre el 16 % y el 20 % del agua dulce de la Tierra, con 175 represas en operación o en construcción en la cuenca del río, y al menos 428 más planeadas dentro de los próximos 30 años.
Por tanto, la investigación concluye que los delfines del río Amazonas se enfrentan a importantes amenazas debido a las actividades humanas, y se necesitan esfuerzos de conservación para protegerlos.