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El más reciente informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios del Ecosistema (IPBES), el grupo científico más importante del mundo sobre biodiversidad mostró un panorama aterrador: por culpa de la transformación de habitats y del calentamiento global, los humanos seremos los causantes de la extinción de un millón de especies, si no es hacemos algo urgente.
Hoy, otra investigación, mucho más pequeña en su escala pero igual de preocupante, da fe de que las conclusiones a las que llegaron los expertos del IPBES no son mero alarmismo. Publicada en la revista Science of The Total Environment, la pesquisa encontró que debido al aumento del nivel del mar, uno de los últimos ecosistemas en el que habitan los tigres de bengala podría desaparecer para 2070, poniendo en riesgo la supervivencia de esta especie.
Se trata de los manglares de Sundarbans, en Bangladesh, 139.500 hectáreas de bosque de mangle en las que los ríos Ganges, Brahmaputra y Meghna se lanzan al océano en la bahía de Bengala. Este es el ecosistema de manglar más grande del mundo y hogar de los últimos cientos de tigres de Bengala, una especie en estado crítico de extinción.
De acuerdo con la ong organización World Wide Fund for Nature (WWF), hy quedan en el mundo alrededor de 4.000 tigres de Bengala. El declive de esta población –hace 100 años, era de alrededor 100.000 individuos– se relaciona con la caza (legal y furtiva) y la pérdida de hábitat, debido deforestación y, actualmente, por los efectos del cambio climático.
Para llegar a estas conclusiones, los 10 investigadores involucrados tomaron las proyecciones del último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por su nombre en inglés), que es el informe más completo sobre cambio climático.
Estas proyecciones demuestran que, de no cumplir las metas del acuerdo de París, para 2070 –es decir, en 51 años– el ecosistema de Sundarbans dejará de existir tal y como se le conoce, debido al aumento del nivel del mar, pues los manglares –y toda la vida que albergan– dependen de un delicado equilibrio entre la cantidad de agua salada del mar y la dulce de los ríos que confluyen en ellos. El exceso de agua salada mata a los árboles de mangle y, por consiguiente, destruye las relaciones ecosistémicas que depende de ellos.
En 2010, una investigación similar realizada por WWF arrojó resultados similares: si para 2070 el agua aumenta los 28 centímetros en Sundarbans que proyecta el informe del IPCC, el 96% de los tigres de la región podrían desaparecer en unas cuantas décadas. Desde entonces, el gobierno de Bnagladesh ha hecho esfuerzos por preparar a la región contra el cambio climático, con la siembra de cultivos resistentes al agua salada y la construcción de barreras físicas, reportó el New York Times. Para los investigadores, no obstante,e sto no es suficiente.
¿Qué hacer? las conclusiones del paper apuntan a que es urgente una “mejora de la cobertura de áreas protegidas terrestres, monitoreo regular y aplicación de la ley”, así como una “concientización entre los residentes locales entre las estrategias clave necesarias para garantizar la supervivencia y conservación a largo plazo del tigre de Bengala en los Sundarbans de Bangladesh”.