¿Deportistas en riesgo? Los Juegos Olímpicos 2024 podrían ser los más calurosos hasta ahora
Durante la misma semana en que inician los Juegos Olímpicos de París 2024, se registró el día más cálido en la Tierra desde 1940. Un informe advirtió cómo las altas temperaturas podrían afectar a los atletas del certamen.
Catalina Sanabria Devia
En 2021, los Juegos Olímpicos de Tokio se vieron ofuscados por el calor: la arena de voleibol de playa quemaba los pies de los jugadores y en la línea de meta del triatlón masculino, algunos competidores se desplomaron y vomitaron. Incluso, durante su encuentro individual contra Fabio Fognini, el tenista ruso Daniil Medvedev temió por su vida debido a las condiciones de humedad.
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En 2021, los Juegos Olímpicos de Tokio se vieron ofuscados por el calor: la arena de voleibol de playa quemaba los pies de los jugadores y en la línea de meta del triatlón masculino, algunos competidores se desplomaron y vomitaron. Incluso, durante su encuentro individual contra Fabio Fognini, el tenista ruso Daniil Medvedev temió por su vida debido a las condiciones de humedad.
“Puedo terminar el partido, pero podría morir. Si eso pasa, ¿ustedes se harán responsables?”, respondió Medvedev al juez que le preguntó si se sentía bien para continuar. A causa del sofocante calor, la también tenista Paula Badosa tuvo que retirarse en silla de ruedas de su contienda contra Marketa Vondrousova. Por su parte, el reconocido Novak Djokovic dijo que nunca, en sus 20 años de carrera, se había enfrentado a condiciones diarias tan “brutales”.
Durante las dos semanas que duró el evento, la temperatura alcanzó un máximo de 34 °C, convirtiéndose en las olimpiadas más calurosas de la historia. Este año, ese récord podría superarse en el marco de los Juegos Olímpicos de París, afectando no solamente el rendimiento de los atletas, sino probablemente también su salud.
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Al respecto, la Asociación Británica para el Deporte Sostenible (BASIS, por sus siglas en inglés) y la organización ambiental australiana Frontrunners publicaron un informe recientemente. El documento, llamado “Rings of Fire” (Aros de Fuego), analiza el aumento de la temperatura en Francia desde la última vez que su capital fue anfitriona del evento deportivo hace 100 años.
“Desde 1924, las temperaturas anuales en París han subido 1,8 °C. En promedio, hay 23 días más “calurosos” (por encima de 25 °C) y nueve días más “abrasadores” (por encima de 30 °C)” por año, señala el reporte. Además, en las últimas casi siete décadas ha habido 50 olas de calor en la ciudad, las cuales han aumentado en frecuencia e intensidad como consecuencia del cambio climático.
Una de ellas se registró en el verano de 2003 cuando, “una letal ola de calor mató a más de 14 mil personas en Francia”, dice el documento. El fenómeno en ese entonces tuvo que ver con el calentamiento global ocasionado por actividades humanas, lo cual “incrementó en un 70% el riesgo de mortalidad relacionada con el calor en el centro de París”, afirma Rings of Fire. Hoy en día, la situación sigue siendo preocupante, pues como hemos informado, esta influencia del ser humano alcanzó su máximo histórico en 2023.
Por su parte, BASIS y Frontrunners advierten que sería un error subestimar los efectos del clima por el hecho de que las olimpiadas se realizarán, mayormente, en el norte de Francia. Según indican, actualmente es 10 veces más probable que se den veranos extremos como el de 2003. “Debido a la inacción ante el cambio climático y la continua tasa de uso de combustibles fósiles, el mundo sigue calentándose y manteniéndose caliente por más tiempo”, apuntan.
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The New York Times publicó recientemente un artículo sobre los retos que conlleva entrenar y competir bajo estas condiciones y cómo se están preparando los atletas. Allí se refieren a la doctora Carolyn Broderick, directora médica del equipo olímpico australiano y quien asegura que, para adaptarse por completo a las condiciones, son necesarias dos o tres semanas de preparación.
Una estrategia empleada por algunos deportistas ha sido sudar más de la cuenta: entrenan a altas temperaturas, usan trajes antitranspirables, pasan alrededor de media hora en un sauna tras hacer ejercicio, todo para adecuarse al calor. Según Jason Zaremski, médico deportivo de la Universidad de Florida, también citado por The Times, estas prácticas podrían “aumentar el flujo sanguíneo hacia los músculos, el corazón y la piel”.
Ahora bien, durante la competencia, es importante que los atletas se mantengan frescos e hidratados. Para ello, por ejemplo en el caso del tenis, pueden tomar líquidos fríos y cubrirse con toallas heladas durante sus descansos. Para aquellos que no tienen tiempo de reposo, como los maratonistas o los marchadores, les ha funcionado usar chalecos de hielo justo antes de que inicie la carrera, para mantener su temperatura central baja.
Pero, pese a los esfuerzos, el problema continúa afectando a los deportistas a nivel profesional y personal. El informe Rings of Fire recogió testimonios de atletas de élite de varias partes del mundo. Uno de ellos, el tenista Marcus Daniell, ganador de una medalla de bronce en Tokio 2021, reveló su preocupación por que alguien pueda morir como resultado de un clima “potencialmente fatal”. De acuerdo con Daniell, no se debería realizar ejercicio en una cancha en la que un huevo podría, literalmente, freírse.
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La nadadora de maratón Amber Keegan habló para el informe y expresó que “no importa cuánta preparación haya, el calor extremo sigue siendo peligroso”. También se pronunció Yusuke Suzuki, campeón mundial de marcha (2019), a quien esto ha afectado su salud tanto física como mental. Su sueño en los Juegos Olímpicos de Tokio se vio truncado por las duraderas consecuencias de Enfermedades Causadas por el Calor. Estas pueden variar desde agotamiento, calambres, sarpullido hasta la más grave: insolación, la cual ocurre cuando el cuerpo no puede regular por sí mismo las altas temperaturas, según la Universidad de Nevada.
Entre muchas otras declaraciones, los competidores coinciden en que este es un problema mayor y tendría que atenderse como tal. Sin embargo, los riesgos se han normalizado. El reporte señala que algunos de los jugadores temen pronunciarse sobre la situación porque les preocupa cómo podrían ser percibidos, pues el ambiente deportivo está lleno de miedos y de tensiones.
BASIS y Frontrunners aconsejan la programación inteligente de los eventos para evitar la exposición al calor extremo, la protección de los atletas a través de una mayor inversión y facilitarles un espacio seguro para que se expresen libremente, sin miedo a que sean juzgados. Finalmente, sugieren a los Juegos Olímpicos replantearse el patrocinio de empresas de combustibles fósiles, pues esta es la principal causa del cambio climático.”Depende del resto del mundo deportivo, desde federaciones y órganos rectores para organizar comités, escuchar e involucrarse en esas preocupaciones y recomendaciones”.
Acciones ante el cambio climático
Para el Comité Internacional de los Juegos Olímpicos (IOC, por sus siglas en inglés) grandes eventos deportivos como este deben asumir responsabilidades de cara al cambio climático. Así, ha manifestado su compromiso con reducir sus emisiones en un 30 % para 2024 y en un 50 % para 2030, en línea con el Acuerdo de París, el cual busca que la temperatura global se mantenga por debajo de los 2 °C durante este siglo. El IOC también ha asegurado que compensará el 100 % de estas emisiones a través de su programa de siembra de árboles en la región africana de Sahel.
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”Por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, París 2024 anticipó sus emisiones de carbono y desarrolló un método para monitorearlas durante todo el evento, utilizando una herramienta que ahora combina casi 10.000 puntos de datos”, señala en su portal web. Los organizadores planean, además, usar energía renovable y emplear muebles que, una vez termine el evento, sigan teniendo vida útil.
No obstante, a pesar de que durante los últimos años las olimpiadas sí han reducido constantemente su huella de carbono, en 2022 produjeron 17.175 toneladas de CO₂. En aquel entonces, los viajes realizados en avión fueron el mayor contaminante, responsables por el 72,3 % de esa cifra. Le siguieron otros tipos de transporte para atletas (8,9 %), transporte para empleados (5,2 %), acomodación (4,5 %), uso de energía en edificios y vehículos (4,2 %), comida y bebida (2,5 %), uniformes (1,6 %) y otros (0,8 %). Así lo indica el IOC.