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Las noticias no son buenas para los amantes de la nieve. En los últimos años el área de glaciar que tiene Colombia se ha reducido poco a poco. Para ser un poco más precisos, desde 2016 ha desaparecido una superficie de 2,3 kilómetros cuadrados, es decir, el 5,8% del total nacional. (Lea 'Consulta popular de Cajamarca es obligatoria. No habrá más licencias para minería')
La cifra la dio a conocer el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), en la mañana de este jueves 12 de julio. En la presentación del informe “Estado de los Glaciares Colombianos” ratificó lo que ya había señalado en años anteriores: los nevados del país están desapareciendo. Desde 2010 hasta 2017, advirtió, la reducción fue de 8,4 kilómetros cuadrados, una extensión equivalente a 7,4 veces la del Parque Simón Bolívar de Bogotá. (Lea Plástico para construir vías, la propuesta de Costa Rica para reciclar
El caso más inquietante es el del volcán Nevado Santa Isabel, ubicado en el Parque Nacional Natural Los Nevados. Entre enero de 2016 y febrero de 2018, perdió el 37% de su área. Se trata de un proceso que nunca antes se había observado.
Los nevados del Ruiz y Tolima también presentaron una tendencia de pérdida: 7% de su área entre 2016 y 2017. Lo mismo está sucediendo en la Sierra Nevada de Santa Marta. Este ecosistema ha perdido el 5,5% de su zona glaciar.
Por su parte, asegura el Ideam en un comunicado, “la Sierra Nevada El Cocuy o Güicán, el glaciar más extenso del país (13,3 Km²), permanece relativamente estable con un ritmo de pérdida anual de 4,8% desde 2017 gracias a copiosas precipitaciones de nieve”.
Sin embargo, las causas de esta pérdida varían según el territorio. El volcán nevado de Santa Isabel, por ejemplo, tiene una particularidad: tiene un tamaño muy reducido (0,63 kilómetros cuadrados para febrero de 2018) y, además, está ubicado en un punto con baja altitud: no supera los 5 mil metros sobre el nivel del mar. Las escasas precipitaciones de nieve y la ceniza volcánica sobre su superficie son otros factores que contribuyen al constante deshielo.
Pero pese a que cada nevado tiene un proceso de derretimiento particular, debido a la diferente altitud y a la geografía, comparten algunos patrones. Entre ellos, como reitera el Ideam, la especial sensibilidad de estos nevados a las condiciones climáticas mundiales, regionales y locales.