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El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) acaba de publicar un informe en el que alerta sobre un problema que se le salió de las manos a muchos países: la contaminación del aire. Se trata, como dice la Organización Mundial de la Salud, del “mayor riesgo ambiental para la salud”. (Lea todas las noticias sobre ambiente)
En el documento, el PNUMA asegura que al menos el 34 % de los países del mundo no protege legalmente la calidad del aire exterior y que, además, el 31 % de los países que tienen el poder para aplicar tales estándares de calidad aún no los han adoptado. (Lea Desastres climáticos han causado más de dos millones de muertes en medio siglo)
En “Regulación de la calidad del aire: la primera evaluación global de la legislación sobre contaminación del aire”, como titularon al informe, se examinaron leyes en 194 estados y de la Unión Europea. Fue divulgado con motivo de la celebración del Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul, que se conmemora el 7 de septiembre.
“No habrá ninguna vacuna para prevenir siete millones de muertes prematuras causadas por la contaminación del aire cada año, un número que tiende a crecer en más del 50 % para 2050 “, señaló la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen. “El aire que respiramos es un bien público fundamental y los gobiernos deben hacer más para garantizar que sea limpio y seguro”.
De acuerdo con sus hallazgos, el 92 % de la población mundial vive en lugares donde los niveles de contaminación del aire exceden los límites seguros, lo que afecta de manera desproporcionada a mujeres, niños y ancianos de países de bajos ingresos.
La OMS ha presentado valores de referencia para la calidad del aire exterior, pero, como muestra el informe, no existe una alineación global ni un marco legal común para su aplicación.
Incluso donde hay protección legal, los estándares son difíciles de comparar, pues el 49 % de los países definen la contaminación del aire exclusivamente como una amenaza al aire libre, la cobertura geográfica de los estándares de calidad varía y más de la mitad de los países permiten desviaciones de estos estándares.
Responsabilidad de los Gobiernos
Asimismo, la responsabilidad institucional para alcanzar los estándares es débil a nivel mundial, ya que sólo el 33 % de los países imponen obligaciones para cumplir con los patrones exigidos por ley.
El seguimiento es fundamental para saber si se cumplen los estándares, pero no es un requisito legal en al menos el 37 % de los países.