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Los patrones meteorológicos en el Ártico suelen variar de un año a otro. A veces hay más hielo y los inviernos pueden ser más o menos fríos. Lo mismo sucede con las estaciones de lluvia y con las de nieve. Pero, ahora, ese territorio se ha calentado tanto que hay una transición hacia un nuevo clima. Así, al menos, lo sugiere un estudio del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR, en inglés) de EE.UU. (Lea El mundo pierde otra década para preservar la biodiversidad)
“El ritmo de cambio es notable es un periodo de tan rápido cambio que las observaciones de patrones meteorológicos del pasado ya no muestran lo que uno espera el año siguiente”, señaló la científica principal del estudio, Laura Landrum, del NCAR. “El Ártico está entrando en un clima totalmente diferente al de hace unas décadas”.
En este nuevo estudio, Landrum y su colega Marika Holland observaron que el hielo marino del Ártico se derritió tanto en las últimas décadas que incluso un año inusualmente frío no tendrá ya la cantidad de hielo marino que había hasta mediados del siglo XX.
Las temperaturas del aire en otoño e invierno también se calentarán lo suficiente como para entrar en un clima estadísticamente distinto para mediados de este siglo, con más meses en los que caerá lluvia en lugar de nieve, subraya el análisis.
Para esta investigación, Landrum y Holland utilizaron cientos de simulaciones hechas en ordenador así como observaciones de las condiciones climáticas del Ártico.
La gran cantidad de datos les permitió definir las fronteras del “viejo Ártico” e identificar después cuándo el calentamiento provocado por el hombre empujará al Ártico más allá de los límites naturales y hacia un nuevo clima, indica la revista.
Las proyecciones utilizadas para el estudio están basadas en un escenario de futuras emisiones de gases de efecto invernadero, una trayectoria conocida técnicamente como RCP 8.5.
El artículo resalta que una reducción de las emisiones podría mitigar el alcance del cambio climático en el Ártico. La crisis climática tiene enormes consecuencias para el ecosistema, los recursos de agua y la infraestructura, añade.
Los cambios en el clima del Ártico son tan profundos que la capa de hielo marino en septiembre, cuando llega a su mínimo anual, ha descendido al 31 % desde la primera década de la era del satélite (1979-88).