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El cambio climático sería el responsable del 19 % de la carga mundial actual de dengue, así lo confirma un estudio presentado recientemente en la Reunión Anual de la Sociedad Estadounidense de Medicina Tropical e Higiene (ASTMH), por las universidades de Stanford y Harvard. Los investigadores analizaron 21 países endémicos de dengue, entre ellos Brasil, Perú, México, Colombia, Vietnam y Camboya, para llegar a dicha conclusión.
De acuerdo con el estudio, los aumentos más pronunciados de esta enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, se presentarían en el futuro; los investigadores explican que el cambio climático tiene el potencial de provocar un aumento adicional del 40 % al 60 % para 2050, y hasta del 150 % al 200 % en algunas áreas.
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“Descubrimos que existe una relación clara y directa entre el aumento de las temperaturas y el aumento de las infecciones”, afirmó la Dra. Erin Mordecai, ecóloga de enfermedades infecciosas del Instituto Woods para el Medio Ambiente de Stanford y autora principal del estudio. “Esto demuestra que el cambio climático ya se ha convertido en una amenaza importante para la salud humana y, en el caso del dengue en particular, nuestros datos sugieren que el impacto podría ser mucho peor”.
Además sostuvo que el estudio se inspiró en pruebas de laboratorio que descubrieron que los mosquitos que transmiten el dengue producen cada vez más virus a medida que las temperaturas aumentan dentro de un rango específico. Según explica, este aumento inducido por la temperatura comienza alrededor de los 20 grados Celsius, luego se intensifica antes de alcanzar un máximo de alrededor de 28 o 29 C.
El equipo de Stanford y Harvard, también analizó otros factores que pueden afectar las tasas de infección por dengue (como los patrones de lluvia, los cambios estacionales, los tipos de virus, las crisis económicas y la densidad de población) para determinar si había un efecto distintivo de la temperatura. Lo que encontraron es que las áreas endémicas de esta enfermedad que recién ahora están entrando en ese punto óptimo de 20 °C a 29 °C para la transmisión del virus (partes de Perú, México, Bolivia y Brasil) podrían enfrentar los mayores riesgos futuros, con infecciones que en las próximas décadas aumentarán entre 150 y 200 %.
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Asimismo, indican que las áreas que ya se encuentran en el extremo superior del rango de temperaturas, como el sur de Vietnam, experimentarán pocos impactos climáticos adicionales y posiblemente una disminución menor. En general, el análisis reveló que hay al menos 257 millones de personas que viven actualmente en lugares donde el calentamiento climático podría hacer que la incidencia del dengue se duplique en los próximos 25 años.
Anteriores estudios sobre este tema también han concluido que a medida que el planeta se calienta, las plantas y los animales, en particular los invertebrados, entre ellos los que transmiten esas enfermedades, buscan temperaturas más frías, ya sea moviéndose a altitudes más altas o acercándose a los polos. Por ejemplo, se sabe que el hábitat natural del Aedes aegypti no superó durante mucho tiempo los 1.600 metros sobre el nivel del mar (msnm), pero eso ha venido cambiando en las últimas décadas.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ha confirmado en varias ocasiones que la prevalencia de enfermedades transmitidas por vectores ha aumentado en las últimas décadas en todo el mundo y se espera que los casos de malaria, dengue, la enfermedad de Lyme y la infección por el virus del Nilo Occidental, también transmitidas por vectores, aumenten durante los próximos 80 años.
Solo en la región de las Américas, hasta la semana del 13 de septiembre, 47 países y territorios reportaron más once millones de casos de dengue en 2024, una cifra dos veces y medio mayor al número de casos registrados durante todo el 2023, cuando hubo 4.5 millones de casos.
El estudio de Harvard y Stanford, que aún no ha sido revisado por pares, no pudo predecir los posibles impactos climáticos en áreas endémicas de dengue que no han registrado infecciones de manera constante, (partes del África subsahariana y el sur de Asia). Mordecai dijo que no pudieron cuantificar los impactos futuros para áreas como las regiones del sur de los Estados Unidos continentales, donde el dengue recién está comenzando a surgir como una amenaza local. “Pero a medida que más y más territorio de los Estados Unidos se acerque a ese rango de temperatura óptimo para el dengue, es probable que aumente la cantidad de infecciones adquiridas localmente, aunque es demasiado pronto para decir cómo afectará eso a la carga global”, dijo.
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