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Un nuevo reporte del Centro Deloitte para el Progreso Sostenible (DCSP, por sus siglas en inglés), publicado durante la reunión anual del Foro Económico Mundial 2022, estima que, si no se controla, el cambio climático podría costarle a la economía mundial 178 billones de dólares en los próximos 50 años, o un recorte del 7.6% al Producto Interno Bruto (PIB) mundial, para 2070.
La investigación analizó 15 geografías en Asia Pacífico, Europa y América y encontró que apostarle a la transición no solo evitaría esas pérdidas, sino que significaría también ingresos: “la economía global podría ver ganancias en cinco décadas de 43 billones de dólares, lo que representaría un impulso para el PIB mundial de 3.8%, en 2070″, dice el informe.
“El tiempo para el debate ha terminado. Hoy, necesitamos de acción rápida, audaz y amplia en todos los sectores”, señaló Punit Renjen, CEO de Deloitte Global, citado por ese centro. “¿Requerirá esto de una inversión significativa por parte de la comunidad empresarial global, de los gobiernos y del sector sin fines de lucro? Sí. No obstante, la inacción es una opción mucho más costosa. Los datos lo confirman”, agregó.
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Para Renjen, la economía y el mundo tienen una “oportunidad única en una generación, para reorientar la economía global y crear un crecimiento a largo plazo más sostenible, resiliente y equitativo. En mi mente, la pregunta no es por qué deberíamos hacer esta inversión, sino cómo no hacerla”. El centro identifica que se necesita una coordinación entre todas las industrias.
“Los gobiernos deberán colaborar, estrechamente, con los sectores de servicios financieros y tecnológicos, liderando el progreso sostenible, a través de la formulación de políticas globales, una mayor inversión en sistemas de energía limpia y una nueva combinación de ‘tecnologías verdes’ en todas las industrias”, señala el estudio. Pasar de una economía basada en los combustibles fósiles a una impulsada por energías renovables estimularía nuevas fuentes de crecimiento y empleos.
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No hay un camino único y universal para alcanzar las cero emisiones netas. De hecha, el informe de Deloitte señala que los esfuerzos se deben hacer dependiendo de las particularidades y condiciones de las regiones. De eso también dependerá los resultados. Por ejemplo, dice el informe, mientras se espera que Asia Pacífico vea los beneficios de una transición baja en carbono a principios de la década de 2020, Europa no verá retornos de la inversión hasta la década de 2050.