El cambio en el hielo de la Antártida estaría afectando a los pingüinos
Los expertos señalan que por debajo del 30% de concentración de hielo marino o por encima del 80%, las poblaciones de pájaros polares disminuirán.
El hielo en la Antártida está cambiando y aunque es un fenómeno esperado, los expertos señalan que ocurre cada 10 años, como consecuencia, las colonias de pingüinos Adelia estarían alterando su comportamiento. Así lo señaló un estudio publicado esta semana en Science Advance que concluye que estos animales ahorran energía al buscar comida y los pequeños se desarrollan más rápido cuando la cantidad de hielo marino disminuye o desaparece.
Para Yuuki Watanabe, autor principal de la investigación, tanto la abundancia de hielo como su carencia afecta en gran medida a los pingüinos. Lo cierto, es que por debajo del 30% de concentración de hielo marino o por encima del 80%, estas poblaciones disminuirán. Y aunque los resultados obtenidos sugieren que la pérdida de hielo podría llegar a tener un efecto positivo en los animales, para muchos expertos es una conclusión que se debe tomar con cautela.
Según Andres Barbosa, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, es importante entender las diferencias entre las poblaciones de pingüinos. Por un lado, la población del norte vive un declive desde hace décadas debido al calentamiento global, “con reducciones drásticas de un gran porcentaje en algunas zonas e incluso desapareciendo”, señaló a El País. Y, por otro lado, las colonias sobre las que se basa el estudio viven en zonas más frías y no han mostrado una amenaza inminente.
Lea: Calentamiento global amenaza con extinguir a los pingüinos emperador
En respuesta a las preocupaciones de Barbosa, Yuuki Watanabe aceptó que las poblaciones de pingüinos tienen comportamientos distintos según la zona en la que habiten. Por ello, pretende hacer el mismo ejercicio con otras colonias de animales. “No podemos extrapolar nuestros resultados a otras regiones ni tampoco a otras especies. Quizás en el emperador se pueda ver algo similar”, agregó el investigador japonés a El País.
Según un estudio publicado en Science en 2015, la región de la Antártida pierde unos 60 kilómetros cúbicos de hielo al año. Y contrario a lo que el estudio de Watanabe señala, para Andrés Barbosa “un exceso de hielo marino genera unos costes energéticos elevados a los pingüinos para llegar a zonas de alimentación marinas desde las colonias y tardan más tiempo en volver a alimentar a las crías”, añadió a El País.
El debate sigue abierto pero la idea principal, de ambas posturas, es que con mucho o poco hielo en la Antártida, los pingüinos se verán seriamente perjudicados. Incluso, los expertos señalan que si la temperatura sigue aumentando es que posible que la población Adelia revierta su comportamiento y acabe como la especie de emperadores que hoy está despareciendo.
El hielo en la Antártida está cambiando y aunque es un fenómeno esperado, los expertos señalan que ocurre cada 10 años, como consecuencia, las colonias de pingüinos Adelia estarían alterando su comportamiento. Así lo señaló un estudio publicado esta semana en Science Advance que concluye que estos animales ahorran energía al buscar comida y los pequeños se desarrollan más rápido cuando la cantidad de hielo marino disminuye o desaparece.
Para Yuuki Watanabe, autor principal de la investigación, tanto la abundancia de hielo como su carencia afecta en gran medida a los pingüinos. Lo cierto, es que por debajo del 30% de concentración de hielo marino o por encima del 80%, estas poblaciones disminuirán. Y aunque los resultados obtenidos sugieren que la pérdida de hielo podría llegar a tener un efecto positivo en los animales, para muchos expertos es una conclusión que se debe tomar con cautela.
Según Andres Barbosa, del Museo Nacional de Ciencias Naturales, es importante entender las diferencias entre las poblaciones de pingüinos. Por un lado, la población del norte vive un declive desde hace décadas debido al calentamiento global, “con reducciones drásticas de un gran porcentaje en algunas zonas e incluso desapareciendo”, señaló a El País. Y, por otro lado, las colonias sobre las que se basa el estudio viven en zonas más frías y no han mostrado una amenaza inminente.
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En respuesta a las preocupaciones de Barbosa, Yuuki Watanabe aceptó que las poblaciones de pingüinos tienen comportamientos distintos según la zona en la que habiten. Por ello, pretende hacer el mismo ejercicio con otras colonias de animales. “No podemos extrapolar nuestros resultados a otras regiones ni tampoco a otras especies. Quizás en el emperador se pueda ver algo similar”, agregó el investigador japonés a El País.
Según un estudio publicado en Science en 2015, la región de la Antártida pierde unos 60 kilómetros cúbicos de hielo al año. Y contrario a lo que el estudio de Watanabe señala, para Andrés Barbosa “un exceso de hielo marino genera unos costes energéticos elevados a los pingüinos para llegar a zonas de alimentación marinas desde las colonias y tardan más tiempo en volver a alimentar a las crías”, añadió a El País.
El debate sigue abierto pero la idea principal, de ambas posturas, es que con mucho o poco hielo en la Antártida, los pingüinos se verán seriamente perjudicados. Incluso, los expertos señalan que si la temperatura sigue aumentando es que posible que la población Adelia revierta su comportamiento y acabe como la especie de emperadores que hoy está despareciendo.