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Exista o no un acuerdo de paz, lo claro es que desde hace varios años el país tiene una deuda con el campo. Un compromiso que aumenta, además, si se tiene en cuenta que para 2040 se tendrá que alimentar a 2 mil millones de personas más en el mundo, mientras enfrentamos una pérdida de biodiversidad del 40% en los 60 últimos años.
No en vano, según advierte la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, por sus siglas en ingles), “la sostenibilidad en la agricultura no es una opción, sino imperativo”. Pero, entonces, ¿cómo se puede plantear un modelo que logre proteger a la población del campo y alimentar a la población creciente, sin que sea a costa de los recursos naturales?
Esta fue la pregunta que se buscó responder durante el “Encuentro Agricultura Sostenible y Ambiente en Construcción de Paz”, convocado por la campaña Bibo de El Espectador y la Fundación Natura. Pues como lo dijo Elsa Matilde Escobar, directora de Natura, “Colombia debe plantearse la agricultura como una posibilidad de romper los paradigmas”.
Uno de los caminos para encontrar esa sostenibilidad, acordaron los panelistas, está en los certificados que garantizan tanto la responsabilidad ambiental como social durante la cadena de producción. Por ejemplo, explicó Nigel Sizer, Presidente de Rainforest Alliance, una de las entidades que entrega estos sellos, las “fincas certificadas tiene más cobertura vegetal para evitar la erosión, tienen tecnología climáticamente inteligente que les permite mitigar sus emisiones y son más resilientes ante la variabilidad climática”.
Por su parte, Andre de Freitas, director de la Red Internacional de Agricultura Sostenible (RAS), que se encarga de la norma y los criterios de producción ambientales y sociales, explicó que este sistema de calidad ya se encuentra en 45 países, con 2.000 certificados, 3.4 millones de hectáreas cubiertas con alrededor de 1.2 millones de fincas en el mundo. Los productos que lideran la lista en el mundo son el cacao con 14% y el café con un 6%.
Casos de éxito en Colombia
Aunque el mercado de productos certificados con criterios de sostenibilidad suena ajeno para una gran mayoría de colombianos, son muchas las empresas y sectores trabajando en este camino. Sobre todo porque al exportarse a mercados como el europeo, el precio de estos productos aumenta.
Este es el caso del programa AAA de Nespresso, que en Colombia tiene el apoyo de la Federación de Cafeteros, y en el mundo, ha vinculado a más de 70 mil productores que cubren 290.000 hectáreas con procesos de cultivo sostenibles.
Según explicó Paulo Barone, director del programa, esta iniciativa garantiza un café de calidad, con sostenibilidad ambiental y social, y procesos óptimos de productividad. Lo que se ha logrado, además, no aumentando el área de las fincas, sino su eficacia.
Por su parte, Carlos Alberto González, gerente administrativo de la Federación Nacional de Cafeteros, advirtió que desde hace algún tiempo vienen trabajando con los “cafés especiales”, que tienen una característica diferenciadora: los de origen, los de preparación y los sostenibles. Estos últimos, explicó, pasaron de exportarse un 2% en el 2002 a un 57% en el 2015, por lo que la Federación tiene la meta de ser 100% sostenible a 2027, cuando cumpla 100 años.
Pero el café no es el único caso de mostrar en Colombia. El Grupo Dabbon, por ejemplo, es el número uno en el ranking internacional de sostenibilidad con aceite de palma. En el momento, tiene más de 10 certificados relacionados a este producto.
Y aunque el tema de la certificación y la sostenibilidad puede sonar complicado, cuando se pone en palabras de Roberto Zapata, productor de Café AAA y RAC del Jardín de Antioquia, se puede entender mejor: “Si nosotros recogemos esas basuritas que antes tirábamos a la quebrada y dejamos el agua contaminada en los tanques que nos asignaron, para no contaminar las fuentes, podemos seguir en el programa y cobrar un sobreprecio. Con la certificación hay que sembrar unos arbolitos en los lotes de café y no cambiar la variedad que nos exigen”. Eso seria todo.