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El Desierto de Atacama es uno de los lugares más maravillosos de Chile. Considerado como el sitio no polar más árido del planeta, tiene una superficie de alrededor de 105.000 kilómetros cuadrados, es decir, 66 veces el tamaño de Bogotá.
Al ser uno los puntos más áridos, donde escasean las lluvias, se ha convertido en un lugar excepcional para estudiar el universo. Allí están, por ejemplo, las 66 antenas del observatorio ALMA, cuya sigla traduce Atacama Large Millimeter/submillimeter Array. Gracias a los datos que produce, astrónomos y astrofísicos han podido investigador la formación de estrellas, las nubes moleculares y el Universo temprano, y encontrar pistas sobre nuestro origen.
Pero no es, precisamente, por ello que, por estos días, el Desierto de Atacama ha vuelto a ser noticia. Las imágenes de una particular floración le han dado la vuelta al mundo. En ellas se ve porciones del desierto cubiertas de flores púrpura.
Aunque no es inusual que se presenten estos fenómenos en algunos desiertos, en el de Atacama solo pasa cuando hay lluvias por encima de los 15 mm, según le había dicho a Mongabay la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el organismo encargado de administrar El Parque Nacional Desierto Florido, oficializado por el gobierno el año pasado. Está compuesto por 57.107 hectáreas para proteger más de 200 especies de flores.
Sleeping beauty awakens in La Silla! 🌼
— ESO (@ESO) July 8, 2024
This picture shows the “desierto florido” (the flowering desert). It occurs in the Atacama Desert 🏜️, home ESO's observatories, on the rare occasions when rain falls, complemented by the right temperature
ℹ️👉 https://t.co/8tnkXXkJx4 pic.twitter.com/mXgHMxO1kY
César Pizarro, director del Conaf, le dijo esta semana a la agencia Reuters, que, posiblemente, habrá más flores dentro de unas semanas cuando las lluvias incrementen.
Sin embargo, no es un evento usual en esta época, sino que se atribuye a las precipitaciones que ha causado el fenómeno de El Niño en la región. A diferencia de lo que sucede en Colombia, en esa parte del planeta está asociado con la aparición de lluvias.
“Es fácil no preocuparse por esos sectores donde uno piensa que no existe nada, pero que están habitados por especies que están adaptadas a estos ciclos de lluvias que son recurrentes. Hay muchas especies que están en riesgo”, había dicho a Mongabay, el biólogo e investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Jaime Martínez-Harms.
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