EL Espectador le explica por qué hay tantos incendios en Colombia

Es miércoles, día de El Espectador le explica. La trágica imagen de las que hasta la semana pasada eran montañas verdes llenas de vegetación en Santander y que se convirtieron en profundos grises y oscuros como resultado de los voraces incendios que las consumieron; lo que pasó en el páramo de Berlín, las cientos de hectáreas que en Cundinamarca han sido afectadas por las llamas que no se detienen, o, para no ir tan lejos, en Bogotá, las llamaradas y el humo que, bajo un sol inclemente, van dejando huella en la parte alta y montañosa arriba de la localidad de Chapinero, nos van obligando a hacernos muchas preguntas. ¿La causa es el tan avisado, desde el año pasado, fenómeno de El Niño que venía más fuerte que nunca? ¿Se trata de quemas aparentemente controladas para alistar el terreno para nuevas siembras y que terminaron saliéndose de las manos? ¿Pirómanos? ¿Deforestación? Un dato para comenzar: de 1101 municipios que tiene el país, 952 están en riesgo de incendios por altas temperaturas. Por eso este boletín de noticias, con la ayuda de las redacciones de Ambiente, Bogotá y Nacional, busca responder esas y más dudas, pues aquí ya estamos hablando de asuntos de fondo que nos afectan a todos, tanto que hasta problemas con el aire ya tenemos. Recuerden entrar a los enlaces que dejaremos a continuación. Comencemos.

Es miércoles, día de El Espectador le explica. La trágica imagen de las que hasta la semana pasada eran montañas verdes llenas de vegetación en Santander y que se convirtieron en profundos grises y oscuros como resultado de los voraces incendios que las consumieron; lo que pasó en el páramo de Berlín, las cientos de hectáreas que en Cundinamarca han sido afectadas por las llamas que no se detienen, o, para no ir tan lejos, en Bogotá, las llamaradas y el humo que, bajo un sol inclemente, van dejando huella en la parte alta y montañosa arriba de la localidad de Chapinero, nos van obligando a hacernos muchas preguntas. ¿La causa es el tan avisado, desde el año pasado, fenómeno de El Niño que venía más fuerte que nunca? ¿Se trata de quemas aparentemente controladas para alistar el terreno para nuevas siembras y que terminaron saliéndose de las manos? ¿Pirómanos? ¿Deforestación? Un dato para comenzar: de 1101 municipios que tiene el país, 952 están en riesgo de incendios por altas temperaturas. Por eso este boletín de noticias, con la ayuda de las redacciones de Ambiente, Bogotá y Nacional, busca responder esas y más dudas, pues aquí ya estamos hablando de asuntos de fondo que nos afectan a todos, tanto que hasta problemas con el aire ya tenemos. Recuerden entrar a los enlaces que dejaremos a continuación. Comencemos.

Vayamos, como siempre, con un poco de contexto. No solo está pasando en Colombia, también está pasando por fuera en Australia, en Estados Unidos, en Europa. En enero de 2023, justo un año atrás, cuando todo el mundo estaba haciendo balances de cierre de año y contando sus proyecciones para el nuevo, se reportaba que en Australia unas 2.400 personas podrían morir a raíz de los incendios forestales antes de 2030. Hablaban del presente, estimaban el futuro, y todo esto construido con información histórica, del pasado. De acuerdo con los antecedentes, entre 2019 y 2020, en ese continente “los incendios arrasaron con 74.000 kilómetros cuadrados de bosque, una superficie más grande que la que ocupa Panamá, por ejemplo. Más de 1.000 millones de animales resultaron afectados y 34 personas habían muerto con corte a mediados de enero”. La causa: “cambio climático inducido por el hombre está aumentando la probabilidad de incendios forestales catastróficos”, decía el estudio del Centro para el uso y la seguridad de los medicamentos de la Universidad de Monash, pues allí también se analizó el costo para el sistema de salud debido a que estos incendios no solo dejan secuelas en la flora y la fauna, sino en las vías respiratorias humanas, también de salud mental y se convierten en una pesada carga para las finanzas de cualquier sistema.

Los desastres climáticos que generaron más pérdidas económicas en 2023

Pero lo que nos esperaba era todo un 2023 que iba evidenciando una realidad retratada en titulares muy dicientes: “Incendios en el Ártico liberan enormes cantidades de CO2″, “La sequía no sería la responsable de la mayoría de los incendios en la Amazonía”, se confirmaron acciones humanas en las quemas de Brasil, Bolivia y Perú, también en Venezuela y Colombia. Una vez más: ¿qué los causaba? “El fuego se utiliza en la agricultura para renovar la vegetación, principalmente en los pastizales y especialmente en Brasil”, nos explicaron. Eran más y más titulares: “Incendios forestales dejaron nuevos récords de emisiones”, “Incendios en Meta y Vichada estarían afectando la calidad del aire en Bogotá”, “Avionetas que se usaban para asperjar glifosato ayudarán a controlar incendios”, EE. UU: incendios causados por el humano causan 20.000 muertes prematuras al año”.

Es imposible no recordar las llamas que acabaron con parte de Hawái, tanto que el mismo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tuvo que declarar estado de catástrofe pues más de 50 personas perdieron la vida. Veníamos de tratar de entender el desastre de las 31.000 hectáreas de bosque arrasadas por los incendios en California que incluso llegó hasta el estado de Nevada, de lo que pasaba en Grecia, Italia y Argelia en donde por la ola de calor en el Mediterráneo se presentaron incendios incluso en las principales capitales europeas. La llamas obligaban a evacuar a miles de personas en Canadá, mientras que en Soacha, Cundinamarca, los bomberos hacían lo posible por apagar el fuego en la zona rural, veíamos las primeras alarmas también de afectaciones en Santander, ocho de cada diez personas en Bogotá no sabían cómo actuar ante un incendio, en las montañas de Cali también se veía humo y hasta el mayor humedal del mundo, Pantanal, sufría graves incendios al final de 2023. Una tragedia que iba dejando huella:

Mundo

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Ambiente

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Economía

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Ambiente

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Buscando explicaciones sobre los incendios, encontramos la lectura de expertos internacionales en lo que se llama “La cúpula de calor”, que es “un fenómeno que, por el estancamiento de masas de aire recalienta la atmósfera”. Que, de acuerdo con investigaciones hechas en Canadá, el cambio climático causado por el hombre ha hecho que aumente, al menos, siete veces la probabilidad de que se generen condiciones meteorológicas que propician los incendios, como la cúpula de calor. A eso se sumó que un estudio del World Weather Attribution encontró que durante el 2023 las condiciones propensas a incendios fueron un 50 % más intensas como resultado, precisamente, del calentamiento global. Todo esto, escribían, como consecuencia de la quema de combustibles fósiles.

Y así llegamos a este enero de 2024 y varios asuntos nos van quedando claros para entender toda esta situación: el calentamiento global, impulsado por la acción humana, nos está pasando factura. Los mismos incendios han dejado extensas zonas desprotegidas con terrenos más calientes porque la vegetación, la flora y la fauna perdidas y difícilmente recuperables tardarán décadas en volver; los sistemas de atención de prevención y emergencia son cada vez más deficientes por acción u omisión (en Colombia hay casos como que los carros de bomberos no pueden salir porque no tienen el Soat vigente), prácticas agrícolas de quema de pastos que se han vuelto verdaderos problemas, acciones irresponsables de fogatas que no se apagan en su totalidad luego de una salida de campo y, para sumar, un fenómeno de El Niño más fuerte que el de años anteriores.

Pero, antes de seguir: ¿Qué es el fenómeno de El Niño? De acuerdo con el ministerio de Ambiente, “es un cambio en las dinámicas atmosféricas ocasionado por el aumento en la temperatura del océano”. La cartera explicó que “el calentamiento del océano Pacífico tiene efectos en las dinámicas atmosféricas, representadas en aumento de temperaturas y disminución de las lluvias”, generando temporada secas. Entonces todo está relacionado. “Este año estamos rompiendo récord de temperatura”, decía este miércoles en la mañana Ghisliane Echeverry Prieto, directora del Ideam. Hablaba de, incluso, 40.4 grados centígrados celsius en el municipio de Jerusalén, Cundinamarca. Recordó que en el 2016 fue El Niño más fuerte y ya se están superando esas temperaturas, en este enero de 2024. “Estamos en temporada seca, con menos lluvia, El Niño se extiende hasta abril y su fase neutra hasta junio, pero se siente más hasta marzo. Febrero será el mes más fuerte”, advirtió la científica, quien con esta lectura confirma la proyección que no solo había hecho la entidad sino varios investigadores al respecto, pues ya se sabía que el inicio de 2024 sería una temporada seca.

Sergio Silva, en este texto que escribió a mediados del año pasado, y que lo construyó tras hablar con varios expertos, así lo detallaba: “Podremos tener disminución de lluvias y efectos notables en la disponibilidad del agua. Puede haber sequías”, decía el coronel Giovanni Jiménez, subdirector de meteorología del Ideam. “No he encontrado un solo sector que no resulte afectado por el fenómeno de El Niño”, comentaba el profesor Germán Poveda, PhD en ingeniería Recursos Hídricos, quien lleva tres décadas estudiando este fenómeno, y quien también dijo que las sequías podrían poner en aprietos a varios departamentos, tal cual, y como ya lo estamos viendo, además de que “con las sequías de El Niño aumentan los casos de malaria”.

Fenómeno de El Niño duraría, por lo menos, hasta abril de 2024

Y apelando también a los antecedentes, Sergio Silva nos recordó en ese escrito que “El Niño genera dificultades en el sector agrícola y en el sector energético. A finales de 2015 y a principios de 2016, por ejemplo, cuando también se presentó este fenómeno, hubo una reducción del nivel de agua acumulada en los embalses de las hidroeléctricas a menos del 25%. Aunque cerraron con el 74%, señala el último Estudio Nacional del Agua del Ideam (2023), a inicios de 2020 se encontraban por debajo del 50 %. Sobra recordar que casi el 70% de la energía que consumimos proviene de las represas y que de ella depende la luz que alumbra a varios departamentos”.

Para el 7 de enero de 2024 las montañas de varios municipios de Cundinamarca estaban cubiertas de humo. En los primeros 10 días del año ya se contaban más de 60 incendios forestales. El alto Gobierno, quien ya había alertado sobre lo que se nos venía e incluso había lanzando la campaña ‘El Niño no es un juego’ había destinado un presupuesto de $ 2,2 billones para atender emergencias en el país, “donde se han priorizado atenciones en 176 municipios por su mayor nivel de vulnerabilidad” desde el pasado noviembre:

Cundinamarca

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Ambiente

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Política

Petro prepara consejo de ministros por “alerta roja” de incendios forestales

Ambiente

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La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, fue clara: “Convocaremos a varios gobernadores para que instalen sus puestos de mando unificado para hacerle seguimiento a cómo se devuelve este fenómeno y sus impactos”. La funcionaria también informó que “hay un llamado al Ejército, Fuerza Aérea y Armada que se articularán muy activamente para los temas logísticos en los territorios, especialmente en zonas en donde podamos tener situaciones de orden público para que logren llegar las ayudas o se cubran las necesidades que la emergencia vaya generando”.

El balance para el 11 de enero de 2024 era de 795 municipios con riesgo de incendio forestal y de estos 442 cuentan con un riesgo alto. Y que se priorizarían las acciones en los departamentos del César, Magdalena, La Guajira y Boyacá, pues eran los que registraban un mayor número de municipios vulnerables por la sequía. Y, previendo lo que se venía, que como parte de la estrategia para responder a los incendios forestales, “la ministra indicó que se trabajará de la mano con los cuerpos de bomberos locales y las juntas de acción comunal en temas de prevención y atención, los cuales contarán con alianzas con empresas privadas para reforzar atención de aéreas de emergencias. Además de esto, se instalarán 80 brigadas para la primera atención de emergencias en zonas identificadas de mayor riesgo”, contaban los colegas de la sección de Ambiente.

Pero la situación se salió de control en Santander y el país entero vio cómo avanzaban las llamas. De acuerdo con las autoridades, “las conflagraciones se presentaron en Bucaramanga, Piedecuesta, Floridablanca, Rionegro, Barbosa, Mogotes, Puente Nacional y San Gil”. Los colegas de la redacción Nacional contaron cómo “las llamas llegaron hasta el condominio Ruitoque, un exclusivo complejo residencial ubicado en Floridablanca, en donde la emergencia provocó la evacuación de los residentes y trabajadores debido a la posibilidad latente de que las llamas llegaran hasta sus hogares, además de evitar las complicaciones médicas derivadas de la inhalación de humo. Para controlar las llamas, fue necesario el apoyo de un helicóptero que salió desde Bogotá para sumarse a los esfuerzos de las autoridades locales para mitigar la devastación provocada por las llamas que alcanzaron varios metros de altura. En total, más de 20 unidades de bomberos, coordinados con la Policía Nacional, la Defensa Civil y soldados del Batallón Caldas, se adhirieron a la lucha por sofocar las llamas y evitar que se extendieran a zonas residenciales a causa de los fuertes vientos”.

El aire, por supuesto, ha tenido afectaciones y ya ha desencadenado en problemas respiratorios en habitantes de Santander. “La alcaldía de Bucaramanga ya había hecho advertencias por las condiciones del aire en la ciudad y el aumento del material particulado PM 2,5, por lo que hizo un llamado para que los adultos mayores hicieran uso del tapabocas constante”. Justo el Área Metropolitana informó que “Santander ha sido uno de los departamentos con el mayor número de incendios forestales presentados en las últimas semanas. El fenómeno de El Niño, el aumento de las temperaturas, la ausencia de las lluvias y las malas prácticas de algunas personas han ocasionado una alerta en el área metropolitana de Bucaramanga, lo que ha generado un gran daño ambiental y, en algunos casos, materiales”.

El balance, para este 21 de enero de 2023, era que de acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) se han presentado en el país desde el 3 de noviembre de 2023 hasta el 20 de enero de 2024 unos 237 incendios forestales que han afectado 131 municipios y 3.523 hectáreas de vegetación. Y que los departamentos más afectados son Vichada, Santander, Cauca y Boyacá. Al día siguiente se reportaba un incendio en Usme que, al parecer, fue generado por una quema de pasto que se había salido de control. En paralelo, se levantaba la alarma sobre un incendio en los cerros orientales de Bogotá, desencadenando una alerta por la mala calidad del aire. El problema, para sumar, es que esta condición podría afectar a los bogotanos hasta marzo, pues la capa gris o café sobre el cielo no se moverá si no existe una corriente de aire que la desplace:

Judicial

Ejército lleva 90 horas tratando de mitigar incendios forestales en Santander

Ambiente

Más del 70% de Colombia se encuentra en alerta por incendios forestales

Ambiente

Continúan las llamas en los cerros orientales: “dependemos del viento”, asegura Galán

Bogotá

¿Qué hacer si avista un animal afectado por el incendio en los cerros? Así puede protegerlo

Vamos en que los organismos de atención siguen trabajando para apagar por completo las llamas en los cerros circundantes de la capital de los colombianos, que los animales se están bajando hacia la zona urbana escapando del calor que generó el incendio, y que las llamas también han llegado al páramo de Santurbán, clave en el abastecimiento de agua en el país. “Este es un ecosistema que alberga una biodiversidad única y especies adaptadas a las condiciones extremas del páramo. Además, alrededor de 50 municipios dependen de él para tener acceso a agua”, contaban los colegas de la sección Ambiente. Vamos en que 952 municipios están en riesgo de incendios por altas temperaturas (de los 1101 que tiene el país, según el Dane), y que hay un nuevo récord de temperaturas en el país: “El municipio Jerusalén, Cundinamarca, superó los 40°C, mientras que Santa Marta llegó a 36,9° C, superando los 36,6° que se tenían registrados”, justo después de que “el año pasado fuera declarado como el más cálido registrado en la historia por la Organización Meteorológica Mundial (OMM)”.

Los incendios en Mogotes y Piedecuesta ya lograron ser controlados este miércoles en la mañana, gracias también al trabajo de más de 90 horas por parte de uniformados de el Ejército, y se contaban 13 activos en los municipios vecinos a Bogotá y muy cerca al aeropuerto El Dorado. A nivel nacional el reporte hablaba de 21 incendios activos este 24 de enero y que las imágenes que llegaban del páramo de Berlín demostraban varias hectáreas de frailejones quemadas en menos de 36 horas.

¿Y qué ha dicho el presidente Gustavo Petro? “Se advirtió a alcaldes salientes y entrantes la gravedad del fenómeno de El Niño que el Ideam marcaba. La predicción ha sido casi exacta. En realidad, los municipios que en su mayoría son incapaces para hacer los planes de ordenamiento y los proyectos, tampoco tienen capacidad de generar sus propios planes de mitigación del riesgo climático”. Entonces advirtió que debe la Nación tomar el papel de diseñar dichos planes con el objetivo de alistar las respuesta institucional a posibles tragedias climáticas y así evitar muertes. “El plan de la Nación de apoyar con agua las decenas de municipios hoy sin agua está funcionando. Hasta ahora hemos apagado centenares de incendios y la capacidad de compra de cosechas y su guardado está también funcionando correctamente”, apuntó.

Por ahora, proponemos leer estos textos de contexto que también ayudan a entender todo lo que estamos viviendo:

Ambiente

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Ambiente

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Mientras tanto se supo que se declarará calamidad pública en Cundinamarca por toda esta ola de incendios, mientras la Fuerza Aeroespacial dio explicaciones al por qué no cuenta con los equipos necesarios para ayudar a apagar todas estas llamas. Un adelanto: Los C-130 Hércules, que serían los que, según expertos, podrían ser usados para esa tarea, “se encuentran en mantenimiento”.

Con la gravedad de la situación, Petro ya anunció por medio de su cuenta de redes sociales que se viene un decreto para atender no solo los incendios sino la escasez de agua, la sequía. Vale la pena recordar que la mayoría de la generación de energía en Colombia se hace por medio del agua, así que esto también le pegará a las tarifas que pagamos todos los colombianos. Petro aseguró que el decreto tiene como objetivo movilizar recursos para atender los efectos del fenómeno de El Niño. El mandatario también anunció un estudio de aguas subterráneas para mejorar capacidades de adaptación.

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“Hemos tenido más de 500 incendios y hay 60 municipios en estrés hídrico. La alerta sobre deslizamientos de tierra en el litoral pacífico se mantiene. Como hicimos con la época de inundaciones habrá un decreto para desastre natural con el fin de mover recursos. Si la capacidad instalada no es suficiente se pedirá ayuda internacional”, escribió Petro en su cuenta de X. Dijo que los incendios, que se concentran en Cundinamarca, Boyacá y Santander, tendrían como causa de largo plazo la deforestación. “La adaptación a la crisis climática implica guardar el agua de la época de lluvias para ser usada en época de sequía. El país no ha hecho ni un estudio de aguas subterráneas de calidad, pues decidió priorizar la exploración de petróleo y carbón que la del agua. Este estudio se implementará para que el país tenga mejores capacidades de adaptación”, agregó.

Aunque hay acciones inmediatas con las que podemos entre todos prevenir, como las de no arrojar colillas de cigarrillo, no hacer fogatas, no quemar basuras ni rastrojos y reportar cualquier tipo de conflagraciones, sí tenemos todos una responsabilidad superior: desde los líderes que tienen las palancas económicas para tomar decisiones de fondo hasta cada uno de nosotros que tiene la obligación de proteger los recursos naturales siendo más responsables con nuestras prácticas de consumo diario. Las aguas subterráneas en todo el mundo se están agotando. Tenemos que pasar de los discursos a los hechos porque ahorita tenemos el incendio a la vuelta de la esquina en una tendencia que, como ya leímos en este boletín, no es un asunto solo de Colombia y está afectando no solo el aire sino también los más importantes productores de agua: los páramos. Seguiremos informando, minuto a minuto, sobre todo lo que suceda, pues en la soleada tarde de este miércoles 24 de enero, tan solo en Bogotá, ya se reportaba un nuevo incendio en inmediaciones del cerro del cable y en inmediaciones del parque Entre Nubes.

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