El Espectador le explica por qué la COP16 es tan importante (y lo que se viene)

Es miércoles, día de El Espectador le explica. ¿Qué es biodiversidad? ¿Por qué será Colombia protagonista de una discusión global que nos debería convocar a todos sobre ese tema? ¿Dejamos de hablar de cambio climático para entender la crisis climática? ¿Qué significa para Colombia ser la sede de un evento de talla internacional? ¿Es posible ir más allá de discursos, de promesas y de la pasarela de fotografías para aterrizar en compromisos concretos, ejecutables y medibles? Pues con la ayuda de la redacción de Ambiente, quienes vienen trabajando distintos tipos de contenidos, responderemos estas y otras preguntas en el siguiente boletín de resumen, en este contenido que sirve de abrebocas para lo que se viene. Una previa para adentrarnos en la misma conversación. Comencemos con un poco de contexto.

Es miércoles, día de El Espectador le explica. ¿Qué es biodiversidad? ¿Por qué será Colombia protagonista de una discusión global que nos debería convocar a todos sobre ese tema? ¿Dejamos de hablar de cambio climático para entender la crisis climática? ¿Qué significa para Colombia ser la sede de un evento de talla internacional? ¿Es posible ir más allá de discursos, de promesas y de la pasarela de fotografías para aterrizar en compromisos concretos, ejecutables y medibles? Pues con la ayuda de la redacción de Ambiente, quienes vienen trabajando distintos tipos de contenidos, responderemos estas y otras preguntas en el siguiente boletín de resumen, en este contenido que sirve de abrebocas para lo que se viene. Una previa para adentrarnos en la misma conversación. Comencemos con un poco de contexto.

¿Qué es biodiversidad? Pues así lo define la política estatal colombiana en un documento publicado por Parques Nacionales Naturales hace más de una década, pero que fue aprobada por el Consejo Nacional Ambiental en 1995: “La diversidad biológica o biodiversidad es la variación de las formas de vida y se manifiesta en la diversidad genética, de poblaciones, especies, ecosistemas y paisajes. Colombia tiene una extensión continental de 114´174.800 hectáreas, que representan aproximadamente 0,7% de la superficie continental mundial. En esta área se encuentra el 10% de la biodiversidad mundial, haciendo de Colombia un país «megadiverso»”. Eso, en otras palabras, se traduce en que “la biodiversidad es vital para nuestra existencia por los servicios ambientales que se derivan de ella y por sus múltiples usos, entre los que están la alimentación, los combustibles fósiles, que son subproductos de ella, y las fibras naturales”.

Un ejemplo más cercano y menos técnico nos contaba Sergio Silva Numa, editor de Ambiente en El Espectador: “No es tan fácil intuir que una ceiba barrigona (Cavanillesia chicamochae), que únicamente se encuentra en el gran Cañón del Chicamocha, en Santander, pertenece a la misma familia que los baobabs (Adansonia digitata), unos árboles gigantes de África, a los que Antoine de Saint-Exupéry les dedicó un capítulo de El Principito”. O que “varios de los fármacos que conocemos vienen, justamente, de las plantas”.

“Según datos del Informe Planeta Vivo, solo entre 1970 y 2018 se redujo en un 69 % la abundancia de poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces. Y en América Latina esa disminución ha sido aún más crítica, con un 94 %”.

O uno más: “Al pensar en biodiversidad, como dice Dimitri Forero, profesor del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional que ha dedicado su vida estudiar insectos, no muchos de nosotros asociaríamos la existencia de los tomates o de las uchuvas que nos comemos en el almuerzo, con la labor de un tipo particular de abejas que polinizan sus flores y que no son, propiamente, las melíferas europeas”. Así que, por este listado de ejemplos que podría ser prácticamente infinito, por fortuna, es que la biodiversidad, su cuidado y protección es un tema de convocatoria mundial, pues estamos hablando del agua, de los animales, de las plantas, de, prácticamente, todo lo que nos rodea.

Ya con esto claro, vayamos a diciembre de 2023, cuando en Dubai, en medio de las discusiones entre representantes de 190 países presentes en la COP28, la cumbre más importante sobre cambio climático, se supo que Colombia buscaba ser la sede de la Conferencia de las Partes (COP) para el año 2024 en su versión número 16, un espacio que tiene un objetivo claro: “Detener la pérdida de biodiversidad en el planeta”. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, lo contó en su cuenta de X: “Hemos postulado a Colombia, como sede de la próxima COP16 de Biodiversidad, en 2024. Acoger esta Conferencia significa una oportunidad para ratificar nuestro mensaje de protección a la vida, como el primer país con mayor biodiversidad por hectárea”. Cuatro días después el presidente Gustavo Petro confirmó que el país había ganado dicha postulación: “Las delegaciones de 200 países vendrán a Colombia en defensa de la vida en el planeta”, escribió el mandatario en sus redes sociales.

La Conferencia de las Partes, COP, de acuerdo con los antecedentes, comenzó cuando se firmó el Convenio de la Diversidad Biológica de Naciones Unidas. Ahora se convoca cada dos años y con su objetivo claro basa su discusión en tres caminos que terminan entrelazados: “La conservación de la biodiversidad, promover el uso sostenible de esta, y que los beneficios del uso de recursos genéticos (como plantas, semillas, entre otros) sean compartidos justamente”. ¿Qué pasó después de esa noticia? ¿Cómo se fueron construyendo, poco a poco, los primeros pasos de este evento para el país?:

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‘Paz con la Naturaleza’, el eslogan de la Cumbre de Biodiversidad que será en Colombia

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Petro lo confirmó: Cali será la sede de la cumbre de biodiversidad, COP16

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¿Qué es la COP16, la cumbre más importante de biodiversidad que se hará en Cali?

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COP16: este es el video con el que Cali le da la bienvenida a la cumbre

La riqueza de la región del Chocó biogeográfico fue clave para que la COP16 se fuera para Cali, pues se trata de la región más biodiversa del mundo. Fueron llegando muchas noticias: “La financiación de la COP16 está garantizada por el Gobierno”, dijo la ministra de Ambiente. La emblemática flor de Inírida era presentada como la imagen oficial de la COP16 en Cali. Nos fueron explicando, poco a poco, que “durante la COP16, 196 países, incluido Colombia, deben presentar los planes de acción con los que buscan cumplir las metas del Marco Global de Biodiversidad, que, en términos generales busca detener y revertir la pérdida de naturaleza”.

A mediados de abril, el ministerio de Ambiente lanzó la ruta de participación y movilización para escuchar las propuestas de diferentes actores para actualizar el Plan de Acción de Biodiversidad del país. “Le estamos contando a la ciudadanía cómo puede participar en la generación del Plan de Acción que debemos presentar como país y el cual es importante que sea construido con la participación de la comunidad”, dijo Muhamad. Eran 20 encuentros donde se convocaba, también, a “pueblos indígenas, comunidades locales, afrodescendientes y campesinas; las mujeres en su diversidad, las infancias y juventudes; las organizaciones sociales, ambientales; las ONGs, la comunidad científica y académica; el sector privado y la economía popular”, explicó el Ejecutivo.

Ceiba barrigona: la sobreviviente del cañón más profundo de Colombia

La tarea, en ese caso, era construir el plan con el que “Colombia se presentará en la cumbre” y debe “contener las propuestas para cumplir las 23 metas de biodiversidad del Marco Kunming-Montrèal”, que definieron los 196 países participantes en diciembre de 2022 en, de nuevo, detener y revertir la pérdida de biodiversidad. “Uno de los objetivos señala, por ejemplo, que, para el 2030, al menos el 30% de las áreas marinas y terrestres deben estar protegidas. Otro dice que, para 2050, el ritmo y el riesgo de extinción de todas las especies debía reducirse a la décima parte”, nos contaron los colegas de Ambiente en este texto, donde El Espectador presentó Ruta a la COP16, una serie de entregas periodísticas para entender no solo la dimensión del evento que tendrá lugar en Cali desde el 21 de octubre que viene y el 1 de noviembre, sino la necesidad de tomar acciones para proteger la biodiversidad.

Aquí dejamos, en tres bloques de contenido, esas metas documentadas por los colegas de la sección Ambiente y analizando el papel de Colombia en ellas, por ejemplo, en materia de bosques, océanos y sector privado:

• Recuperar los bosques y ecosistemas marinos, la tarea del país en los próximos años
• Es hora de replantear nuestra relación con la naturaleza
• Ante el crecimiento de las ciudades, las zonas urbanas verdes y azules son cada vez más necesarias
• Los océanos están inundados de plástico, pero aún es posible salvarlos
• Lo que se debe tener en cuenta para usar las especies de manera sostenible
• Los desafíos de involucrar al sector privado en la conservación de la biodiversidad

También se analizó la nada sencilla tarea de incluso poner intangibles sobre una mesa de discusión, entender el protagonismo que han tenido los recursos energéticos desde la revolución industrial, la necesidad de aprender a proteger los ríos, la forma de conseguir la plata para financiar muchos de estos cambios…

• Carrera contra el tiempo para salvar los bosques y ríos del país
• Conservar el 30 % del área terrestre y marina: ¿lo logrará Colombia en siete años?
• Repartir las ganancias de los recursos genéticos, la discusión más peluda de la COP16
• El reto de poner la biodiversidad en el centro de la toma de decisiones
• Los retos para financiar las metas que buscan detener la pérdida de biodiversidad

La necesidad de proteger a quienes proteger la biodiversidad, lo que pesa en todas estas decisiones combustibles como la gasolina y el impacto que tiene lo que consumimos a diarios cada uno de nosotros y su relación con la pérdidas de biodiversidad…

• Otra deuda con las mujeres: reconocer su aporte en la conservación de la biodiversidad
• Escuchar a las comunidades, la base para conservar la biodiversidad
• Subsidio a la gasolina y otros incentivos que le están haciendo daño a la biodiversidad
• Los retos para financiar las metas que buscan detener la pérdida de biodiversidad
• Con su dieta usted también puede ayudar a cambiar el planeta

De acuerdo con la información oficial, “como parte de las funciones que implica ser sede del encuentro, el país tendrá la presidencia de la cumbre en su edición número 16 (COP16), y durante los próximos dos años, lo que significa que tendrá la tarea de presentar un plan de acción nacional e internacional, lograr un consenso entre las naciones y proponer nuevos enfoques para lograr cumplir el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal”. Y eso se hará en cuatro vías con retos mayúsculos: “Que se apruebe el plan de trabajo global para los pueblos étnicos, que se tenga una meta clara de financiación para proteger la biodiversidad, evaluar cómo va el mundo en el cumplimiento de las 23 metas de biodiversidad a nivel global y establecer un marco justo de beneficios para los países de donde se extraen las cadenas genéticas”. Todos los detalles de esas metas aparecen en este enlace.

Pero antes de mirar hacia adelante, también hay que mirar hacia adentro, pues en “la COP10, que se hizo en Nagoya, Japón, los países adoptaron las “Metas Aichi”. Eran 20 que debía cumplirse para el 2020, pero ese año llegó y no se alcanzaron”. Una constante en muchos de los compromisos que hemos asumido como especie humana y no logramos cumplir. Lo vemos cada tanto, cuando todo el mundo pone el foco en la COP de cambio climático, generadora de muchas noticias, muchas fotos, muchas pasarelas de representantes de países, pero no se logran los avances prometidos. Como lo retrataron los colegas de Ambiente, hemos estado más cerca del fracaso que del éxito en esta tarea:

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Biodiversidad, la historia de un fracaso

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Así estará conformado el comité asesor encargado de organizar la COP16 en Colombia

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Las metas de Colombia en la COP16 que nacen de la ‘Paz con la Naturaleza’

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“La COP tiene un alto valor para darle más fuerza política al conocimiento científico”

Entrevistamos, a comienzos de junio, a Alejandro Eder, alcalde de Cali, quien para ese instante estaba “en una carrera contra el tiempo”, pues venía ajustando “todos los detalles para recibir la cumbre de biodiversidad más importante del mundo”. Le dijo a El Espectador que sabía muy bien lo que significaba el reto de la inseguridad, pero fue enfático en que todo está y estará bajo control, que buscaba que su ciudad volviera a estar en el escenario internacional. “Lo que tenemos ahora es una grandísima voluntad para dejar el nombre de Colombia, de Cali y de la región en alto”, aseguró. Dijo que “vamos a dar espacios para contar con garantías de protesta pacífica, pero tomaremos medidas para mantener a Cali en orden”, con papel en mano habla de inversiones de entre $100 o $120 mil millones para lograr no solo la organización sino en la recuperación de vías y zonas verdes, habló de la buena relación con la Policía, el ministerio de Ambiente, el de Defensa y el de Transporte.

Y contó detalles de los compromisos que van a asumir como ciudad: “Nosotros nos vamos a comprometer con tres cosas. La primera tiene que ver con el Parque de los Farallones, uno de los más megadiversos del país, hoy amenazado por la minería ilegal”. “El Plan Maestro Ambiental de Cali, que será el plan maestro durante los próximos 12 años para proteger el medio ambiente, la biodiversidad, incluyendo la recuperación de los siete ríos de la ciudad”. Y “el tercer tema que estamos viendo con ICLEI-Gobiernos Locales por la Sustentabilidad, es un tema trascendental para el planeta: economías ilícitas. El principal problema de la biodiversidad en Colombia y en otros países, es la siembra de drogas ilícitas, de cultivos ilícitos y de la minería ilegal. Entonces, estamos en discusiones con varias otras ciudades, con el Ministerio de Medio Ambiente y con unas ONG internacionales para plantear un sistema de certificación de origen del oro que se venda a nivel mundial. Ya varios países tienen procesos de certificación, pero aislados. Entonces, queremos que haya uno unificado y queremos prestarle el nombre de Cali a ese sistema de certificación; que se llame Certificados Cali”. La entrevista completa aparece aquí.

Lisbeth Fog Corradine, periodista científica y docente, en un texto sobre la COP16, decía: “No he oído ni leído a alguien que diga que la biodiversidad planetaria está intacta. La ciencia comprueba su reducción, la viven las diferentes comunidades de todos los puntos cardinales, la podríamos intuir cuando vamos al mercado a preguntar por alguna planta alimenticia o medicinal y nos contestan que está escasa”. Y habla, además, de una realidad inocultable: “En lo que no comulgo con el discurso del Gobierno Nacional es en el énfasis que le está dando a los pueblos étnicos, donde siento cierto tufillo politiquero más que por la deuda que se tiene por el reconocimiento de su valiosísimo conocimiento ancestral. El Protocolo de Nagoya (2011) ya dio pasos certeros al respecto, pero pocas son las acciones que se han implementado. A ver si en esta ocasión, con el énfasis que el gobierno le está poniendo al discurso, no solo los invitan a la zona verde durante la COP16, sino, por ejemplo, logre eliminar los asesinatos a los líderes ambientales. Solo con eso ya la biodiversidad lo agradecería”.

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Las metas con las que el planeta busca detener y revertir la pérdida de biodiversidad

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Piense en reptiles y anfibios la próxima vez que se tome una taza de café colombiano

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Un científico que conoce bien lo que nos espera con la pérdida de biodiversidad

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Los campesinos también quieren estar en la COP16

En Colombia hay más de 10,5 millones de campesinos y en sus manos puede estar una responsabilidad titánica: proteger el 30% de tierras y océanos del mundo para 2030. Por eso es determinante que estén presentes en toda esta discusión. Catalina Sanabria Devia, en este texto, nos cuenta cómo en Caquetá comunidades campesinas “debido a que sus sistemas productivos dependen de la naturaleza, han unido esfuerzos para cuidarla”. El ejemplo más sencillo para entender la sostenibilidad.

El 23 de julio “El Gobierno presentó la agenda de la COP16″. Allí explicaron que durante la gran Conferencia habrá una “Zona Verde, un espacio de 350.000 metros cuadrados en los que la sociedad civil será la protagonista” con 96 eventos por día. “Para el desarrollo de las actividades contempladas en la Zona Verde, Cali ha dispuesto 16 escenarios a lo largo y ancho de la ciudad, como el Centro Cultural de Cali; las universidades de Santiago de Cali, del Valle, Libre, Autónoma de Occidente, Javeriana, Icesi y San Buenaventura; Bulevar del Oriente, entre otros”. En la “Zona Azul se contemplan ocho foros oficiales. Los temas serán: construcción de capacidades de los países, juventudes, comunidades afrodescendientes, mujeres, naturaleza y cultura, ciudades y gobiernos subnacionales, negocios y biodiversidad, ciencia, y finanzas”.

El mundo entero, entonces, espera conocer durante esta COP16 de todos los países que hacen parte de la Convención de Diversidad Biológica, CDB, la actualización de sus planes de acción con el que buscan cumplir las 23 metas anteriormente pactadas. Pero, ya lo dijo la ministra de Ambiente de Colombia, en la previa de este evento hay todavía muchas preguntas: “¿Cómo se va a financiar salvar la biodiversidad del mundo? ¿Cuál es la responsabilidad de los países desarrollados? ¿Qué tiene que ver esto con la deuda externa?”. Y también soltó un asunto vital: cómo hacer que los gobiernos sean transparentes con los avances en el cumplimiento de estas metas.

Es sorprendente que tan pocos colombianos (el 22%) sepan qué es la COP16. ¿Por qué?

En entrevista con El Espectador, Marcos Neto, Secretario General Adjunto de la ONU, quien estuvo en Colombia, dijo que en la eterna discusión sobre plata para proteger la biodiversidad, hay unos elementos que se están omitiendo en el debate, empezando porque dijo que “El problema para cuidar la biodiversidad no es de plata”. Algunos datos en medio de esta conversación: de acuerdo con la ONU, a corte a este año, solo el 17 % de las 169 metas que contienen los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están en camino a cumplirse, así que el mundo no logrará cumplir con el 100 % de los objetivos para 2030 y, en esta conversación con César Giraldo Zuluaga de la redacción Ambiente de El Espectador, quien asegura que “las metas Aichi, que buscaron detener la pérdida de biodiversidad, fracasaron de manera rotunda”, Neto dice le parece valiosa la existencia de estos acuerdos, “pues genera un proceso de diálogo y fuerza a que la sociedad discuta estos temas”.

Un adelanto de lo que el señor Neto contestó en la entrevista: “El problema no es que no existe plata. Toda la riqueza del mundo hoy son unos 463 trillones de dólares. Entonces, hablando de que la brecha de financiación de biodiversidad son 200.000 millones de dólares por año, estamos hablando de un porcentaje mínimo de la riqueza que existe en el mundo. El problema es que la plata no fluye a los temas de biodiversidad y, cuando fluye, se queda en los países desarrollados, porque allá la percepción de riesgo es menor”.

Y en medio de toda la búsqueda de información de valor que permita no solo entender las discusiones que arrojen acciones claras y caminos a seguir, César Giraldo Zuluaga habló con el brasileño Ilan Cuperstein, el director regional para América Latina de C40, una red global de 96 ciudades que suma esfuerzos para reducir sus emisiones y adaptarse a la crisis ambiental que enfrenta el planeta. Publicamos resultados de la Encuesta Nacional de Biodiversidad que ayuda a entender qué piensan los colombianos sobre la biodiversidad, el cambio climático y la Amazonía.

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Los temas de los que poco se habla cuando se piensa en ciudades y crisis climática

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¿Entendemos los colombianos qué es la biodiversidad o nos corchamos?

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Minambiente revela tres metas de biodiversidad que el país presentará en la COP16

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Lo que esperan los pueblos indígenas, como defensores de la naturaleza, en la COP16

En esta escucha de muchas voces, El Espectador también habló con Astrid Schomaker, la líder de la ONU para los temas de biodiversidad: “Los países han trabajado en los objetivos: 64 países ya han presentado objetivos, y estamos muy por encima de los 1600 objetivos y, muchos de ellos, creo que el 70 % más o menos, cubren todos los objetivos del marco con objetivos nacionales. Así que todo esto tiene muy buena pinta. Y los colegas de Montreal están muy ocupados, porque ahora llegan todas estas cosas: intentar analizar un poco cómo son estos objetivos, cuáles de los objetivos globales están mejor cubiertos, cuáles un poco menos. Luego de esto podremos tener una especie de primera revisión, como un foro voluntario para ver qué hay sobre la mesa y también para permitir a las partes intercambiar experiencias”.

Y aunque hay muchas expectativas, ya los datos han demostrado que no vamos bien en la protección de la biodiversidad. Como ya lo escribimos antes, de acuerdo con el Informe Planeta Vivo, “entre 1970 y 2018 se redujo en un 69 % la abundancia de poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces. Y en América Latina esa disminución ha sido aún más crítica, con un 94 %”. O, por ejemplo, lo que dijo el pasado 30 de septiembre la organización de conservación WWF, quien “manifestó su preocupación”, pues, a punto de que en Cali inicie la COP16, “solo se han publicado 20 Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad, la hoja de ruta que cada país tendrá para cumplir con las 23 metas del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal”. Mejor dicho: “solo 10 % de los países han publicado planes para proteger la biodiversidad”. De ahí el por qué los críticos siguen hablando de fracasos, de muchos compromisos, pero pocos cumplimientos. Algo muy similar a lo que pasa en la COP de cambio climático.

Ahora, en medio de todo esto, también hay que evidenciar una realidad que es motivo de preocupación: minería ilegal, la deforestación, la presencia de cultivos ilícitos y los asentamientos irregulares. En este completo boletín, que fue el de la semana pasada, contamos detalladamente el por qué de “imágenes satelitales con grandes extensiones de selva taladas, el rastro que va dejando la minería ilegal, fotografías y videos que evidencian importantes cuerpos de agua con cada vez menos líquido, áreas protegidas devastadas, incendios en zonas de cuatro países que acabaron con millones de hectáreas a pesar de ser históricamente tierras húmedas, especies de todo tipo en riesgo, una biodiversidad cada vez más afectada”.

La redacción Ambiente, precisamente, nos contaba cómo a pocos kilómetros del lugar donde se llevará a cabo la COP16, el Parque Nacional Natural Los Farallones sigue padeciendo precisamente esos fenómenos: minería ilegal, deforestación, presencia de cultivos ilícitos y asentamientos irregulares. “En Los Farallones se ha practicado minería ilegal a través de socavones de más de 100 metros, en los que se procesan estos materiales con mercurio en campamentos provisionales, lo que causa una fuente constante y documentada de contaminación del suelo y los ríos”, explica Gustavo Rodríguez, experto de monitoreo e investigaciones de Parques Nacionales Naturales.

Según estimaciones del Ministerio de Ambiente, se prevé que la restauración de los daños causados por la minería ilegal tome al menos 20 años. “El año pasado logramos controlar el 60 % del problema, que 200 mineros se apartaran de esta actividad y se cerraron dos minas, que no se han vuelto a abrir. Sin embargo, quedan al menos seis minas abiertas, que se mantienen como una amenaza para el parque. El objetivo es hacer un trabajo unificado para su cierre”, dijo el Ejecutivo. Ese, por ejemplo, es un capítulo que no solo ha escrito Colombia en la pérdida de biodiversidad, pero del que sí se espera que eleve la voz en este encuentro mundial con contundencia y más acciones en medio de un recrudecimiento de la violencia en las regiones.

En esta previa de la COP16, Luisa Fernanda Orozco nos contó cómo las mujeres están pidiendo también “mayor participación política y protección para las lideresas ambientales”, lo dicen representantes de indígenas y afro. “Un informe presentado por ONU Mujeres durante la COP28 (de cambio climático), que tuvo lugar en Emiratos Árabes Unidos el año pasado, sugería que el cambio climático podría llevar a la pobreza a 158 millones de mujeres y provocar que otras 232 millones se enfrenten a una inseguridad alimentaria para 2050″. Todos esos detalles están en este enlace.

¿Con qué otra información de valor llega todos estos delegados a sentarse en las mesas de la Conferencia ya dispuestas en Cali? ¿Con qué propuestas concretas llega Colombia como país? ¿Cómo entra en toda esta conversación global la afectación en los corales producto de las olas de calor submarinas provocadas por el cambio climático que están causando su blanqueamiento masivo? ¿Y la palma de cera, la del Quindío?

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En 50 años, el tamaño de poblaciones de animales silvestres ha caído un 73 %

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Colombia impulsará en la COP16 un acuerdo global de comercialización de minerales

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El mar que no conocerá mi sobrina y otros datos para reflexionar sobre el planeta

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La COP16 es la oportunidad histórica para salvar nuestro árbol nacional

Rodrigo Bernal, botánico, especialista en palmas colombianas, escribía en El Espectador: “Aunque hace 39 años se designó a la palma de cera del Quindío como árbol nacional de Colombia, ninguno de los nueve presidentes que han gobernado en ese lapso ha declarado un área para protegerla. Entretanto, las palmas siguen muriendo de viejas sin dejar descendencia. ¿Aprovechará el Gobierno la COP16 para redimir esta deuda?

Pues como esta pregunta hay muchas de los especialistas que llevan años estudiando cómo los seres humanos seguimos creciendo como población global, pero a la par acabando con la biodiversidad, paradójicamente la que necesitamos para poder vivir y seguir contando la historia. Hay que ver estas casi 200 delegaciones de igual número de países con qué se comprometen, qué proponen en su actualización, qué capacidad tienen a la hora de ofrecer y cumplir, de comprometerse y llegar hasta el final de ese compromiso, pero claramente porque sí lo cumplieron y no porque lo abandonaron sobre la macha.

Como sucede en la previa de estas grandes conferencias, hay muchas expectativas, porque ya no estamos viviendo el cambio climático sino la crisis climática, hay grandes ciudades afectadas por falta de agua, fenómenos naturales cada vez más difíciles de predecir, voraces incendios que van dejando las temporadas secas cada vez más largas y calientes, inundaciones con consecuencias invaluables, una deforestación sin freno, un consumo por cuenta de cada uno de nosotros poco responsable.

Toda la información, minuto a minuto con el equipo de enviados especiales a Cali, se publicará en este enlace. Y por si usted o alguien conocido todavía siente que necesita un poco más de información sobre esta conversación, aquí hay “un curso gratuito para ponerse al día con la COP16″. Dicho curso trata sobre la “interrelación entre biodiversidad y cambio climático, analizando acuerdos clave como el Convenio sobre la Diversidad Biológica”, “contará con ponentes destacados, es gratuito y busca promover un desarrollo sostenible”.

Este es un hasta pronto con nuestro mensaje final: si les gustó este newsletter y el contenido que desarrollamos en El Espectador, invitados a disfrutar del contenido exclusivo que tenemos en nuestra página web. En esta labor de todos los días necesitamos compañía no solo para las críticas, que las recibimos con humildad, sino para que nos ayuden a construir un mejor país, denunciando, indagando, investigando, informando. Y no olviden dejar aquí abajo los temas que ustedes quisieran que investiguemos en la redacción de El Espectador. Nos vemos el próximo miércoles. Hasta pronto.

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