El informe que muestra dónde se producen más residuos peligrosos en Colombia
Un informe del Ideam indica que en 2022 Colombia generó 652.912 toneladas de estos desechos, que pueden causar riesgos para la salud humana o el ambiente. Entre ellos, están los residuos que quedan de la explotación del petróleo o los que provienen del sector hospitalario. El gran desafío es aprovecharlos.
Hace unos días el Ideam publicó un informe sobre residuos y desechos peligrosos (Respel) en Colombia que pasó inadvertido. En él, muestra que en 2022 se generaron 652.912 toneladas (un peso similar al de 64 torres Eiffel) de estos desechos, conocidos por generar riesgos a la salud de las personas y el ambiente por sus características explosivas, tóxicas, infecciosas y radiactivas, como los hidrocarburos, desechos clínicos, desechos de aceites minerales o plaguicidas, entre otros. Esta cifra evidencia un aumento del 8 % en comparación con 2021, cuando hubo 604 mil toneladas.
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Hace unos días el Ideam publicó un informe sobre residuos y desechos peligrosos (Respel) en Colombia que pasó inadvertido. En él, muestra que en 2022 se generaron 652.912 toneladas (un peso similar al de 64 torres Eiffel) de estos desechos, conocidos por generar riesgos a la salud de las personas y el ambiente por sus características explosivas, tóxicas, infecciosas y radiactivas, como los hidrocarburos, desechos clínicos, desechos de aceites minerales o plaguicidas, entre otros. Esta cifra evidencia un aumento del 8 % en comparación con 2021, cuando hubo 604 mil toneladas.
De acuerdo con Elizabeth Patiño Correa, subdirectora de Estudios Ambientales del Ideam, el aumento se debe a que hubo más información. Puntualmente, un hecho que influyó en esto fue una resolución —la 5262 de 2021— emitida por la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá, en la que “impulsó la inscripción y el reporte a los establecimientos generadores de residuos peligrosos, específicamente para el sector salud, lo que hizo que aumentara en un 41 % la cantidad de establecimientos inscritos”, explica Patiño.
En el país, el decreto 4741 de 2005, dice que si un establecimiento en los últimos seis meses genera 10 kg o más de residuos peligrosos está obligado a reportarlos. Todos estos datos se compilan en el Registro de Generadores de Residuos Peligrosos que son la base de informes como el del Ideam.
Uno de los desechos que ha aumentado su generación, por ejemplo, son los residuos de asbesto, un grupo de seis minerales de origen natural que se ha usado para la fabricación de frenos y el embrague de carros, tejas para techos, losas para el piso, cemento, entre otros. En Colombia, en 2019 quedó prohibido producir o comercializar cualquier variedad de asbesto, pues es un material que puede causar mesotelioma pleural, un cáncer muy particular en el tejido que envuelve los pulmones.
Según el informe, se pasó de 2.212 toneladas en 2021, a 2.274 t en 2022. “Esto puede estar relacionado con procesos de reemplazo de elementos con asbesto, motivado por su prohibición a nivel nacional”, menciona el informe.
¿De dónde salieron las 652 mil toneladas?
Yondó (99.239 t) y Barrancabermeja (55.635 t) fueron los municipios donde más se generaron Respel en el país. En ambos, esto está asociado a la extracción de petróleo crudo y su refinación, según el informe. Bogotá (50.132 t) también está en los primeros puestos de la lista; sin embargo, allí la generación está relacionada con actividades de limpieza de instalaciones industriales, combustibles, sector automotor, salud y productos químicos. Otros municipios generadores son Castilla La Nueva (Meta), Barranquilla, Tame (Arauca), Puerto Boyacá, Puerto Gaitán (Meta) y Cartagena.
Por departamentos (ver mapa), el orden es similar: en Antioquia se generaron 124.372 toneladas de estos desechos (19%), en Santander 69.062 t (11%) y en Meta 65.062 t (11%). En estas zonas la generación también está asociada especialmente a actividades económicas del sector de hidrocarburos.
En términos generales, el 78 % de la generación de Respel corresponde a los residuos de mezclas de hidrocarburos y agua, los desechos clínicos resultantes de la atención médica prestada en hospitales, centros médicos y clínicas, y los desechos de aceites minerales. ¿Quiénes los generan? El 56 % proviene de actividades de minas y canteras, el 25 % del sector manufacturero y el 19 % del sector terciario o de servicios, entre ellos, el de atención en salud.
“La actividad industrial del país está relacionada directamente con la generación de residuos peligrosos. Esto significa que la cantidad es un reflejo de lo que pasa en los sectores de mayor generación que, en nuestro país, es el de hidrocarburos”, menciona Patiño, del Ideam.
Para el reciente informe, que permite a las autoridades competentes verificar, vigilar y controlar los posibles riesgos de estos residuos sobre la salud, se revisaron los reportes de 19.823 establecimientos, de 20 sectores productivos del país.
¿En dónde terminan estos residuos?
Desde 2005, Colombia cuenta con una Política ambiental para la gestión integral de residuos o desechos peligrosos, que busca prevenir su generación y promover un manejo adecuado de los que se generan, para minimizar los riesgos sobre la salud humana y el ambiente.
En 2019, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible realizó una evaluación para ver los resultados de esta política, la cual evidenció que, “si bien durante los 13 años de desarrollo se alcanzaron resultados muy positivos y se avanzó en el cumplimiento de sus objetivos, aún persisten algunas falencias asociadas tanto con la generación como con el manejo de estos residuos”, menciona la cartera.
Por esto, en 2022 se aprobó la actualización de este documento. Uno de sus objetivos es promover la adecuada gestión de Respel aplicando la jerarquía de los residuos. Esto hace referencia a una secuencia ordenada de modalidades de gestión de menor a mayor impacto ambiental, donde lo ideal, es que la principal modalidad sea la prevención, seguido de la reutilización, aprovechamiento o la recuperación de materiales, y que las últimas sean las operaciones como el tratamiento y la disposición.
Sin embargo, aún falta un buen camino para llegar hasta allí. El informe del Ideam muestra que para 2022, la modalidad más usada para la gestión de estos residuos en el país era el tratamiento (67 %),el cual implica la manipulación de los residuos para reducir su volumen, separar los componentes o desactivar su peligrosidad. La segunda modalidad más usada era la disposición final (19 %) y la menos común el aprovechamiento (14 %).
Con respecto al año 2021, el aprovechamiento y la disposición final disminuyeron en un 28 % y en un 8 %, respectivamente; mientras que el tratamiento aumentó un 8 %, especialmente en el sector de hidrocarburos que al generar más residuos, también aumentó su gestión.
“Estos residuos, cuando son tratados, se pueden aprovechar. De esta manera se genera menor pasivo ambiental porque el residuo se reincorpora en otros procesos productivos, y eso quiere decir que la condición de peligrosidad disminuye, y por ende el riesgo en el ambiente y la salud también”, explica la vocera del Ideam.
Un ejemplo, menciona, son los aceites lubricantes de maquinaria y parque de automotores, que es el tercer tipo de Respel de mayor generación del país, con características altamente tóxicas. Este residuo se puede aprovechar, después de tratarse, como un agente de combustión, en hornos y calderas, y así se evita que termine en los suelos y contamine las fuentes hídricas.
En el país, los residuos peligrosos que más se están aprovechando son justamente los aceites minerales, los de la extracción de hulla (carbón de piedra), y las pilas, baterías y acumuladores eléctricos que son residuos que acumulan plomo. Santander (22 %) es el departamento donde hay mayor aprovechamiento, seguido de Atlántico 15 %, Meta 13 %, Bogotá 10 % y César 9 %. Por otro lado, la disposición final es más común para desechos clínicos
La mayoría de los residuos (96 %) son gestionados por terceros, es decir, por empresas que tienen licencia ambiental para almacenar, aprovechar, tratar o disponer este tipo de desechos, y solo el 4 % se realiza por medio del mismo establecimiento que los genera. Según el informe, en Colombia, hay 319 empresas, ubicadas en 92 municipios, que prestan estos servicios. “Esta etapa de la gestión requiere de un desarrollo normativo, estrategias de sensibilización y capacitación a autoridades ambientales y organismos de control, sobre los requisitos que debe cumplir el transporte de estos desechos, planes de contingencia y documentación”, mencionan.
Si bien el aprovechamiento de los Respel en Colombia aún es bajo, Patiño cree que “abre una ventana para poder generar investigaciones e incentivos, enfocados a la economía circular. Es un reto aumentar ese porcentaje”.