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Un informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) este martes señala que, esta década, la humanidad alcanzará el pico de consumo de cada uno de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). A ese ritmo, advierte, vamos rumbo a un calentamiento global de 2,4 grados, mucho más del límite que habían sugerido los científicos (1,5°C) para final de siglo. (Lea Más de 200 científicos alertan sobre impactos del deshielo en la Antártida)
En otras palabras, la AIE recuerda que el calentamiento acumulado hasta ahora de alrededor de 1,2 grados y será el doble para finales de siglo con la dinámica actual. Y eso, pese a que, como dice su director ejecutivo, Fatih Birol, la transición a las energías limpias está en marcha y la única cuestión es cuánto tardará en materializarse.
Sin embargo, la agencia considera que aún es “posible, pero muy difícil” poder cumplir con el objetivo de limitarlo a 1,5 grados. El camino, señala, es una inflexión mucho más marcada que lo anticipado en el uso de combustibles fósiles, pues aunque se toque techo durante esta década para cada uno de ellos, seguirán cubriendo un 73 % de la demanda global de energía en 2030.
En el caso del petróleo, la demanda que viene del sector del transporte ha dado un giro sin precedentes. Si en 2020 uno de cada 25 coches nuevos que se vendieron en el mundo era eléctrico, este año va a ser casi uno de cada cinco y el movimiento se está acelerando más de lo que los autores del estudio habían anticipado. (Lea En 2022 el mundo perdió más de seis millones de hectáreas por deforestación)
Así, por ejemplo, el dispositivo masivo de subvenciones puesto en marcha por la Administración de Joe Biden en Estados Unidos con el Inflation Reduction Act (IRA) va a propiciar que en 2030 en ese país la mitad de los coches nuevos que salgan al mercado sean eléctricos. A escala mundial, el porcentaje será del 40 % (el pasado año la AIE anticipaba un 25 %) con 40 millones de unidades anuales.
Otro elemento central del panorama de aquí al final de la década son las energías renovables, que supondrán en este periodo un 80 % de las nuevas capacidades de generación de electricidad, y de ese total las instalaciones solares fotovoltaicas más de la mitad.
Pero por impresionante que pueda parecer ese incremento, los expertos de la AIE recalcan que el potencial de expansión de esta tecnología es mucho mayor, ya que si bien para 2030 se podrán fabricar en todo el mundo placas solares para instalar 1.200 gigavatios anuales, con las políticas actuales solo se instalarán 500 gigavatios cada año
Es decir, que si se tomaran medidas para reforzar las redes eléctricas y el almacenamiento de electricidad, se podría integrar mucha más generación renovable que recortaría por anticipado el uso de combustibles fósiles, especialmente el carbón, sobre todo en China.
India, motor de la demanda energética
China, que en la pasada década absorbió casi dos tercios de la demanda adicional de petróleo y un tercio de la de gas, además de ser el principal actor en el carbón, es ahora una potencia de las energías limpias, con un crecimiento económico que se ralentiza (se espera un 4 % anual hasta 2030).
Con todos esos elementos juntos, la demanda de combustibles fósiles (y las emisiones que van aparejadas) va a empezar a disminuir en la segunda parte de esta década y el relevo lo va a tomar la India, que será el país que liderará del crecimiento del consumo de energía, con el sureste de Asia y África detrás.
Por eso, encontrar financiación para el desarrollo en esas regiones de tecnologías de bajas emisiones será determinante para el ritmo de caída de los combustibles fósiles.
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