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                                                                                                                                  El lío ambiental que empieza a dejar la exportación de aguacate

                                                                                                                                  Ciudadanos han denunciado quema de palmas de cera y riesgo de escasez de agua por la presencia de los cultivos de aguacate Hass, uno de los productos agrícolas más promocionados en el país desde 2016.

                                                                                                                                  María Mónica Monsalve

                                                                                                                                  Periodista Vivir
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Por esto en países como México y Chile se les ha hecho responsables de una escasez de agua. Pero, aunque el ministro Zea afirme que el caso para Colombia no es el mismo, pues los departamentos donde se cultiva el aguacate Hass tienen “alta pluviosidad, permitiendo que su siembra sea con drenajes y no con sistemas de riego”, los conflictos sociales y ambientales van más allá del agua. Las aguacateras, muchas con inversiones extranjeras, se empiezan a ubicar dentro o cerca de zonas de reserva forestal, colindando con páramos y saltándose ciertos permisos ambientales.

                                                                                                                                  Read more!

                                                                                                                                  Desde Pijao, Quindío, Mónica Flores, embajadora del movimiento CittaSlow, el cual busca implementar el buen vivir, recuerda claramente cómo el aguacate se fue infiltrando en el paisaje de la región. Antes de 1989 la vocación era cafetera, pero con la caída del Pacto Internacional del Café, las personas entraron en quiebra y los gobiernos les sugirieron experimentar con nuevos productos. “Primero fueron los cítricos o la granadilla y después llegó el boom del plátano”. Desde 2016 se empezó a hablar del aguacate y, según se ha podido averiguar a través de derechos de petición, de 230 hectáreas de cultivos de aguacate Hass que había para ese año, se subió a 2.000 hectáreas solo en Pijao para 2020. “Llegaron las empresas foráneas a comprar la tierra y a concentrarla para cultivar el aguacate Hass”.

                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  Sin embargo, a la empresa en los últimos dos años sí se le han impuesto dos medidas preventivas por parte de la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ) por afectar la palma de cera, una especie que está en peligro. Datos dados por Jáider Andrés Lopera, asesor de dirección de la CRQ, indican que la primera medida se dio en 2020, ya que hubo una quema de cinco palmas de cera dentro de la finca Doña Eva, mientras la segunda fue este año. “Recibimos una denuncia y, tras la visita técnica, encontramos que se estaba sembrando aguacate al lado de la palma de cera, lo que podría afectar su ciclo vegetal”.

                                                                                                                                  Pero las trasgresiones ambientales de las aguacateras no solo suceden en Pijao, sino en todo Quindío. Según la CQR, en este momento hay diez presuntas infracciones ambientales en curso por verter y capturar agua sin permiso, así como por afectar reservas forestales protectoras. “Fue desde 2018 que empezamos a ver ese boom de aguacateras. Nos dimos cuenta fue por los permisos que nos estaban pidiendo y por las denuncias”.

                                                                                                                                  Aunque El Espectador consultó con el ICA para saber cuántas de las 26.045 hectáreas de aguacate Hass que hay sembradas en Colombia están en el Quindío, nunca recibió respuestas. La CQR solo tiene la cifra de las concesiones de agua u ocupación de cauce para desarrollo agrícola a gran escala relacionadas con aguacateras que le han solicitado: siete otorgadas y seis en proceso de resolverse. “Las otorgadas son en municipios como Filandia, Armenia y Montenegro, que no están en zona de cordillera, entonces las determinantes ambientales son menores. Mientras que las no resueltas están en Pijao, Córdoba, Salento o Calarcá, donde hay áreas protegidas. Hay algunas negadas, por ejemplo, en Salento y Génova, por que se cruzan con figuras de conservación”.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  De oponerse a la minería a temer por el aguacate

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Los rumores empezaron en 2017, porque a la gente le empezaron a comprar las fincas. Y ya en el 2019 vimos cómo llegaban las aguacateras, además, pagando muy bien por la tierra. Daban $50 millones por la hectárea, cuando en Cajamarca el promedio por hectárea está entre $10 y $20 millones, dependiendo de la cercanía con la carretera”, explica Róbinson Mejía, líder del Comité Ambiental por la Defensa del Agua.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Ante Cortolima, Green Super Food ha solicitado un permiso de concesión de aguas superficiales, uno de ocupación de cauce y uno de vertimiento de aguas residuales, los cuales se encuentran en evaluación y trámite. Sin embargo, en palabras de la empresa, “todas las concesiones que se han realizado han sido para uso doméstico, con el fin de proveer bienestar a los colaboradores que laboran en nuestras fincas”.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Lea también: Conclusiones del primer Encuentro Regional por el Agua y la Energía Renovable

                                                                                                                                  Una exportación que deja a muchos atrás

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Además, el mercado doméstico, que se suponía era al que los cultivadores tradicionales podrían entrar, se vio también dominado por los excedentes que produjeron los cultivos de aguacate para exportación. “Las políticas se han enfocado en quienes hacen grandes inversiones y no ha existido un apoyo para que los productores tradicionales cubran el mercado interno”, concluye.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Por esto en países como México y Chile se les ha hecho responsables de una escasez de agua. Pero, aunque el ministro Zea afirme que el caso para Colombia no es el mismo, pues los departamentos donde se cultiva el aguacate Hass tienen “alta pluviosidad, permitiendo que su siembra sea con drenajes y no con sistemas de riego”, los conflictos sociales y ambientales van más allá del agua. Las aguacateras, muchas con inversiones extranjeras, se empiezan a ubicar dentro o cerca de zonas de reserva forestal, colindando con páramos y saltándose ciertos permisos ambientales.

                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  Read more!

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                                                                                                                                  Sin embargo, a la empresa en los últimos dos años sí se le han impuesto dos medidas preventivas por parte de la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ) por afectar la palma de cera, una especie que está en peligro. Datos dados por Jáider Andrés Lopera, asesor de dirección de la CRQ, indican que la primera medida se dio en 2020, ya que hubo una quema de cinco palmas de cera dentro de la finca Doña Eva, mientras la segunda fue este año. “Recibimos una denuncia y, tras la visita técnica, encontramos que se estaba sembrando aguacate al lado de la palma de cera, lo que podría afectar su ciclo vegetal”.

                                                                                                                                  Pero las trasgresiones ambientales de las aguacateras no solo suceden en Pijao, sino en todo Quindío. Según la CQR, en este momento hay diez presuntas infracciones ambientales en curso por verter y capturar agua sin permiso, así como por afectar reservas forestales protectoras. “Fue desde 2018 que empezamos a ver ese boom de aguacateras. Nos dimos cuenta fue por los permisos que nos estaban pidiendo y por las denuncias”.

                                                                                                                                  Aunque El Espectador consultó con el ICA para saber cuántas de las 26.045 hectáreas de aguacate Hass que hay sembradas en Colombia están en el Quindío, nunca recibió respuestas. La CQR solo tiene la cifra de las concesiones de agua u ocupación de cauce para desarrollo agrícola a gran escala relacionadas con aguacateras que le han solicitado: siete otorgadas y seis en proceso de resolverse. “Las otorgadas son en municipios como Filandia, Armenia y Montenegro, que no están en zona de cordillera, entonces las determinantes ambientales son menores. Mientras que las no resueltas están en Pijao, Córdoba, Salento o Calarcá, donde hay áreas protegidas. Hay algunas negadas, por ejemplo, en Salento y Génova, por que se cruzan con figuras de conservación”.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  De oponerse a la minería a temer por el aguacate

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  “Los rumores empezaron en 2017, porque a la gente le empezaron a comprar las fincas. Y ya en el 2019 vimos cómo llegaban las aguacateras, además, pagando muy bien por la tierra. Daban $50 millones por la hectárea, cuando en Cajamarca el promedio por hectárea está entre $10 y $20 millones, dependiendo de la cercanía con la carretera”, explica Róbinson Mejía, líder del Comité Ambiental por la Defensa del Agua.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Ante Cortolima, Green Super Food ha solicitado un permiso de concesión de aguas superficiales, uno de ocupación de cauce y uno de vertimiento de aguas residuales, los cuales se encuentran en evaluación y trámite. Sin embargo, en palabras de la empresa, “todas las concesiones que se han realizado han sido para uso doméstico, con el fin de proveer bienestar a los colaboradores que laboran en nuestras fincas”.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Lea también: Conclusiones del primer Encuentro Regional por el Agua y la Energía Renovable

                                                                                                                                  Una exportación que deja a muchos atrás

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Además, el mercado doméstico, que se suponía era al que los cultivadores tradicionales podrían entrar, se vio también dominado por los excedentes que produjeron los cultivos de aguacate para exportación. “Las políticas se han enfocado en quienes hacen grandes inversiones y no ha existido un apoyo para que los productores tradicionales cubran el mercado interno”, concluye.

                                                                                                                                  No ad for you

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                                                                                                                                  Ver todas las noticias
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