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A nivel mundial, el 75 % de los cultivos alimentarios dependen de la polinización, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). A su vez, el 87 % de las especies de plantas con flores dependen de una amplia gama de especies animales para su polinización.
Aunque asociamos este proceso, que es fundamental para la producción de semillas y frutos, a insectos, como las abejas, algunos mamíferos, como los murciélagos, son claves en la polinización. Otros mamíferos pequeños como los marsupiales, roedores y primates también participan de este procedimiento.
A la polinización por mamíferos no voladores se le conoce como terofilia y varios investigadores han llamado la atención, pues podría ser una práctica más extendida y tener más importancia de la que se reconoce actualmente.
Pese a que es un proceso del que todavía puede investigarse más, los científicos han encontrado que los mamíferos que suelen participar de la polinización son pequeños o medianos, mientras que los mamíferos carnívoros que se alimentan de néctar son pocos. De lo 343 mamíferos identificados como polinizadores, solo cuatro son carnívoros.
Ahora, un grupo de investigadores de varios centros de Europa y Etiopía han documentado a los lobos etíopes (Canis simensis) alimentándose del néctar de las flores del póquer rojo de este país africano. Se trata, según dicen los científicos, de la primera especie de un gran carnívoro que se alimenta de néctar.
“Al hacerlo, los lobos pueden actuar como polinizadores, quizá la primera interacción conocida entre plantas y polinizadores en la que interviene un gran carnívoro”, apuntaron los responsables del estudio que fue publicado recientemente en la revista académica Ecology.
Algunos individuos visitaron hasta 30 flores en un solo viaje y los investigadores también identificaron indicios de aprendizaje social, pues los jóvenes de las manadas acudían a los campos de flores con los adultos.
“Al hacerlo, los hocicos de los lobos se cubren de polen, que podrían transferir de flor en flor mientras se alimentan”, explican los científicos.
Sandra Lai, del Programa de Conservación del Lobo Etíope (EWCP, por sus siglas en inglés) y de la Universidad de Oxford (Reino Unido), autora principal del estudio, manifestó que “estos resultados ponen de manifiesto lo mucho que nos queda por aprender sobre uno de los carnívoros más amenazados del mundo. También demuestran la complejidad de las interacciones entre las distintas especies que viven en el hermoso Techo de África. Este ecosistema extremadamente singular y biodiverso sigue amenazado por la pérdida y fragmentación de su hábitat”.
De acuerdo con los investigadores, este ecosistema no es el único gravemente amenazado, pues el lobo etíope, el cánido salvaje más raro del mundo, es también el carnívoro más amenazado de África. Endémico de Etiopía, sobreviven menos de 500 individuos que viven en seis manadas.
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