El mundo perdió en 2022 bosque tropical a una tasa de 11 canchas de fútbol por minuto
Los trópicos perdieron un 10 % más de selva tropical primaria en 2022 que en 2021, según nuevos datos de la Universidad de Maryland y disponibles en la plataforma Global Forest Watch.
La pérdida de bosque primario tropical en 2022 ascendió a 4,1 millones de hectáreas, según nuevos datos de la Universidad de Maryland disponibles en la plataforma Global Forest Watch, esto es un 10 % más que la cifra de 2021. Toda esta pérdida de bosques produjo 2,7 gigatoneladas (Gt) de emisiones de dióxido de carbono, equivalentes a las emisiones anuales de combustibles fósiles de la India.
Este dato se conoce justo en el primer año después de que los líderes de 145 países se comprometieran a detener y revertir la pérdida de bosques para fines de la década, reconociendo el importante papel de los bosques en la lucha contra el cambio climático y pérdida de biodiversidad. “En lugar de disminuciones consistentes en la pérdida de bosques primarios para alcanzar ese objetivo, la tendencia se está moviendo en la dirección equivocada”, dice el informe.
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La humanidad, entonces, no va por buen camino para cumplir los principales compromisos relacionados con los bosques, ecosistemas críticos para combatir el cambio climático, apoyar los medios de vida y proteger la biodiversidad. A nivel nacional la pérdida de bosques primarios aumentó en los dos países con más bosques tropicales, Brasil y la República Democrática del Congo, pero también se vieron incrementos en otras naciones como Ghana y Bolivia. Indonesia y Malasia han logrado mantener las tasas de pérdida de bosques primarios cerca de niveles récord
El caso de Brasil es especialmente preocupante. Allí la tasa de pérdida de bosques primarios aumentó en un 15 % entre 2021 y 2022, y la gran mayoría de la pérdida de bosques primarios se produjo en la Amazonía. Las pérdidas no relacionadas con incendios, que en la Amazonía brasileña se deben con mayor frecuencia a la deforestación total, alcanzaron el nivel más alto desde 2005.
Esta alta tasa de pérdida de bosques primarios ocurrió durante el último año de la administración de Jair Bolsonaro en Brasil. El informe detalla que la pérdida de bosques en Brasil disminuyó drásticamente a principios de la década de 2000 bajo el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (Lula), pero los aumentos reportados coincidieron con la erosión de las protecciones ambientales por parte de la administración de Bolsonaro, el desmantelamiento de las agencias de aplicación, el intento de otorgar amnistía por deforestación ilegal y el intento de debilitamiento de los derechos indígenas.
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La organización espera que la reelección de Lula puede revertir esa tendencia. A pesar de los compromisos del nuevo presidente por detener este fenómeno, no la tendrá fácil. Brasil sigue siendo el país con la mayor pérdida de bosques tropicales con diferencia: en 2022 representó el 43 % del total mundial. Sus 1,8 millones de hectáreas de bosque primario perdido resultaron en 1,2 Gt de emisiones de dióxido de carbono, o 2,5 veces las emisiones anuales de combustibles fósiles de Brasil.
Otro caso interesante en América Latina es el de Bolivia. Allí se registró un nivel récord de pérdida de bosques primarios en 2022, con un aumento del 32 % con respecto a los niveles de 2021. Por tercer año consecutivo, Bolivia ocupó el tercer lugar detrás de Brasil y la República Democrática del Congo en área de pérdida de bosque primario, superando a Indonesia a pesar de tener menos de la mitad de la cantidad de bosque primario. A pesar de esto, el informe señala que Bolivia ha recibido menos atención que otros países y fue uno de los pocos estados que no firmó la Declaración de Glasgow.
La investigación concluye que si bien durante los últimos años se ha visto una nueva ambición internacional y el reconocimiento de la necesidad urgente de poner fin a la deforestación, “la falta de progreso en la desaceleración de la pérdida de bosques en los trópicos subraya la necesidad de ir más allá de los compromisos políticos a la acción”.
La pérdida de bosque primario tropical en 2022 ascendió a 4,1 millones de hectáreas, según nuevos datos de la Universidad de Maryland disponibles en la plataforma Global Forest Watch, esto es un 10 % más que la cifra de 2021. Toda esta pérdida de bosques produjo 2,7 gigatoneladas (Gt) de emisiones de dióxido de carbono, equivalentes a las emisiones anuales de combustibles fósiles de la India.
Este dato se conoce justo en el primer año después de que los líderes de 145 países se comprometieran a detener y revertir la pérdida de bosques para fines de la década, reconociendo el importante papel de los bosques en la lucha contra el cambio climático y pérdida de biodiversidad. “En lugar de disminuciones consistentes en la pérdida de bosques primarios para alcanzar ese objetivo, la tendencia se está moviendo en la dirección equivocada”, dice el informe.
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El caso de Brasil es especialmente preocupante. Allí la tasa de pérdida de bosques primarios aumentó en un 15 % entre 2021 y 2022, y la gran mayoría de la pérdida de bosques primarios se produjo en la Amazonía. Las pérdidas no relacionadas con incendios, que en la Amazonía brasileña se deben con mayor frecuencia a la deforestación total, alcanzaron el nivel más alto desde 2005.
Esta alta tasa de pérdida de bosques primarios ocurrió durante el último año de la administración de Jair Bolsonaro en Brasil. El informe detalla que la pérdida de bosques en Brasil disminuyó drásticamente a principios de la década de 2000 bajo el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (Lula), pero los aumentos reportados coincidieron con la erosión de las protecciones ambientales por parte de la administración de Bolsonaro, el desmantelamiento de las agencias de aplicación, el intento de otorgar amnistía por deforestación ilegal y el intento de debilitamiento de los derechos indígenas.
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Otro caso interesante en América Latina es el de Bolivia. Allí se registró un nivel récord de pérdida de bosques primarios en 2022, con un aumento del 32 % con respecto a los niveles de 2021. Por tercer año consecutivo, Bolivia ocupó el tercer lugar detrás de Brasil y la República Democrática del Congo en área de pérdida de bosque primario, superando a Indonesia a pesar de tener menos de la mitad de la cantidad de bosque primario. A pesar de esto, el informe señala que Bolivia ha recibido menos atención que otros países y fue uno de los pocos estados que no firmó la Declaración de Glasgow.
La investigación concluye que si bien durante los últimos años se ha visto una nueva ambición internacional y el reconocimiento de la necesidad urgente de poner fin a la deforestación, “la falta de progreso en la desaceleración de la pérdida de bosques en los trópicos subraya la necesidad de ir más allá de los compromisos políticos a la acción”.