El mundo se rajó en la meta de garantizar el acceso universal a agua potable
Mientras varios líderes globales discuten en Nueva York cómo mejorar el acceso al agua, la ONU publicó un informe que muestra lo difícil que ha sido cumplir esa meta. El panorama es muy inquietante: por ejemplo, más de 673 millones de personas aún defecan al aire libre.
El pasado 22 de marzo, Día Mundial del Agua, las Naciones Unidas tuvieron la primera conferencia dedicada a este recurso natural desde 1977. En ella se conversó sobre los avances respecto al punto 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a 2030 que, si bien han conseguido progresar de manera sustancial a la hora de ampliar el acceso al agua potable y saneamiento, todavía existen miles de personas que no cuentan con estos recursos básicos.
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El pasado 22 de marzo, Día Mundial del Agua, las Naciones Unidas tuvieron la primera conferencia dedicada a este recurso natural desde 1977. En ella se conversó sobre los avances respecto al punto 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a 2030 que, si bien han conseguido progresar de manera sustancial a la hora de ampliar el acceso al agua potable y saneamiento, todavía existen miles de personas que no cuentan con estos recursos básicos.
Así lo muestra un documento que acaba de publicar la ONU titulado “Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2023″. Entre otras cosas, señala que se carece información sobre los avances en 5 de las 11 metas de los ODS, respecto al agua y el saneamiento público.
Las cifras del problema son aterradoras: en todo el mundo, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre, dos de cada cinco personas carecen de instalaciones para lavarse las manos con agua y jabón, y más de 673 millones de personas defecan al aire libre (Lea también: El pueblo en la Guajira que busca una menstruación digna para 1.300 mujeres).
Es por eso que, en su informe, la ONU declaró que, “el progreso hacia el logro de las metas del ODS 6 resulta insuficiente; de hecho, en algunas zonas el nivel de implementación de medidas orientadas al cumplimento de dichas metas debería cuadruplicarse o más”.
¿Qué tanto se ha avanzado en el acceso universal al agua potable?
El objetivo 6.1, por ejemplo, dice que, en 2030, se deberá lograr el “acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos”. Sin embargo, en su informe, la ONU indica que el 26% de la población mundial, o sea 2 mil millones de personas, carecía el acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura hasta 2020.
El panorama tampoco es alentador para el punto 6.2, que quiere lograr el acceso a servicios de higiene adecuados y poner fin a la defecación al aire libre. Pero, también hasta 2020, unos 3 millones 600 de personas, o sea el 46% de la población mundial, no pudo tener este tipo de servicios.
Por su parte, el punto 6.3 de los ODS se propone mejorar la calidad del agua mediante la reducción de la contaminación; eliminar el vertimiento y minimizar la emisión de productos químicos y materiales peligrosos. Según la ONU, el 60% de las masas de agua registradas a nivel mundial se clasificaron de “buena calidad”. Sin embargo, los 20 países más pobres no tienen una suficiente representación en esa estimación global, y no se podría afirmar esa misma “buena calidad” en sus fuentes hídricas.
Ahora bien, también hay buenas noticias como el hecho de que, a nivel mundial, la eficiencia de uso del agua propuesta en el punto 6.4 de los ODS, aumentó un 9% de 2015 a 2018. El mayor avance se consiguió en el sector industrial (incremento del 15%), seguido por el sector de suministro de agua y saneamiento y el sector agrícola (incremento del 8%).
Sin embargo, dice la ONU, deben doblarse los esfuerzos en la implementación de la gestión integrada de los recursos hídricos para alcanzar la meta propuesta a 2030 (Lea también: Paneles solares para mejorar la educación en La Guajira).
Los datos actuales no son suficientes para hacer un seguimiento de los cambios en la extensión de los ecosistemas relacionados con el agua a lo largo del tiempo. Lo que hasta ahora se conoce es la pérdida del 80% de la extensión de los humedales a nivel mundial desde la era preindustrial, ocurrida en 1700. Este panorama, según la ONU, se confrontaría con lo planteado en el punto 6.6 de los ODS, que precisamente plantean proteger y restablecer este tipo de ecosistemas: bosques, humedales, montañas, ríos, acuíferos y lagos.
De este punto se desprenden otros dos: el 6.a, cuyo propósito es ampliar la cooperación internacional, y el 6.b, que aboga por fortalecer la participación de las comunidades en la mejora de la gestión del agua y saneamiento.
Respecto al primero, se estima que la ayuda oficial “para el agua” fue de 8.700 millones de dólares a nivel mundial, una cifra muy superior a los 2.700 millones de 2002. “Sin embargo, en el momento en que se elaboró este informe aún no se disponía de información específica acerca de la cooperación internacional y el apoyo a la capacitación en actividades y programas relacionados con el agua y el saneamiento para los países en desarrollo”, declaró el informe de la ONU.
Por último, aunque se declara que la participación de las comunidades respecto a sus derechos de acceso al agua ha aumentado mediante procedimientos jurídicos o políticas establecidas, la voz de la población en este aspecto sigue siendo “baja en general en contextos urbanos y rurales”, dijo la ONU.
¿Qué hacer?
La ONU advierte que, a causa del cambio climático, “la escasez estacional de agua aumentará en regiones en las que actualmente abunda – como África Central, Asia Oriental y partes de América Meridional – y se agravará en regiones en las que la disponibilidad de agua ya es escasa, como Oriente Medio y la región del Sahel, en África. Una media del 10% de la población mundial vive en países con un nivel alto o crítico de estrés hídrico” (Lea también: A pesar de su abundancia, Colombia solo conoce el 30 % de sus aguas subterráneas).
Por ejemplo, la ONU dice que América Latina cuenta con un largo historial de organizaciones de gestión de cuencas hidrográficas que a menudo se enfrentan a dificultades derivadas de la capacidad técnica, las estructuras de gobernanza y la financiación.
Es por eso que Naciones Unidas especifican la necesidad de acciones conjuntas como: “salvaguardar la seguridad hídrica, alimentaria y energética a través de una gobernanza sostenible, proporcionar suministro de agua y de saneamiento para todos, apoyar la salud y los medios de vida, mitigar los impactos del cambio climático y los eventos extremos, y sostener y restaurar los ecosistemas con los valiosos servicios que proporcionan”.