El Niño se está debilitando y lluvias se instalarán con más fuerza en el país
El Ministerio de Ambiente y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), entregaron este lunes una serie de proyecciones climáticas para los próximos meses en Colombia.
En medio de las noticias de embalses en niveles mínimos y de racionamiento en ciudades como Bogotá, el Ministerio de Ambiente y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), entregaron este lunes una serie de proyecciones climáticas para los próximos meses en Colombia.
“El fenómeno de El Niño ya empezó a debilitarse. Esto empezó en el mes de marzo con la baja de temperaturas en el océano. Se esperaba que esto indujera el regreso de las lluvias en marzo por encima del promedio, sin embargo, marzo fue un mes muy seco. En abril se esperaba que el período de lluvias normal iniciara y El Niño se debilitara, pero tuvimos otras circunstancias que inhibieron el regreso de las lluvias y arrastran las consecuencias de El Niño”, dijo la ministra de ambiente, Susana Muhamad.
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¿Qué ha ocurrido, entonces, para que las lluvias no regresen en el nivel esperado? “En el país convergen varios fenómenos heterogónicos, no solo El Niño”, dijo Ghisliane Echeverry, científica Ambiental y directora General del Ideam. Según Echeverry, fenómenos que tuvieron que ver con cambios en los vientos impidieron que las lluvias se instalaran con la fuerza que se esperaba en el país. “Lo que esperamos para los próximos días es que eso se supere y comience a instalarse la temporada de lluvias con mucha más fuerza. Ya el pronóstico empieza a evidenciar que a partir del próximo miércoles comienzan las lluvias”, afirmó Echeverry.
A partir de junio, además, comienza la temporada de ciclones, por lo que se esperaría que se incrementen las lluvias, especialmente en la región Andina y Caribe. Por ahora, 730 municipios tienen algún grado de alerta por incendios, de los cuales hay 293 por alerta rojo. “Vuelve a subir la alerta de incendios forestales. Hacemos un llamado a los entes territoriales a manejar la línea que tiene la policía nacional para la denuncia de personas que pueden comenzar a incendiar de forma premeditada; segundo, vigilancia y control de las zonas que están altamente secas; y tercero, que podamos tener una comunicación con las comunidades para la prevención. Esperamos que con el regreso de las lluvias, esta alerta vuelva a bajar”, dijo Muhamad.
24 departamentos y 273 municipios han vivido desabastecimiento de agua durante el fenómeno de El Niño. Con respecto a Chingaza, que surte de agua a Bogotá y cuyos niveles han caído hasta obligar a la ciudad al racionamiento, el Ministerio espera que durante el mes de abril suba al 20% de niveles. “Sin embargo, la Orinoquía y la Amazonia van a tener menos lluvias durante lo que resta del año, lo que puede impactar la capacidad de Chingaza de recuperarse”, dijo Muhamad. Para la ministra, la alerta en Bogotá debe continuar. Más del 30% de la humedad que lleva a Chingaza (y que es clave para el nivel del agua) viene del Amazonas.
“En febrero hubo muchas quemas y puntos de calor asociados a deforestación en la región del Amazonas. Sí, generan una condición crítica para el 2024 de alerta de incendios y aumento de deforestación”, afirmó la funcionaria. (Puede ver: Las rutas del oro sucio: así avanza la minería ilegal en la Amazonia)
El fenómeno de El Niño, que puede darse entre cada dos a siete años, es el aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial hasta 3 °C más de lo habitual, algo que genera una serie de condiciones que alteran los patrones climáticos en todo el mundo. Generalmente, El Niño va seguido de La Niña (que es la disminución, por debajo de lo habitual, de la temperatura del Pacífico) y viceversa.
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Desde que se tienen registros, a medida que el planeta se ha calentado, los años más cálidos han sido años de El Niño. De hecho, el que tuvo mayores temperaturas fue 2016. Por eso, se ha asociado con sequías y aumentos de temperatura. Por ejemplo, el fenómeno de El Niño provocó una disminución de lluvias y un aumento de temperaturas, dos factores que ¿se han relacionado con brotes de enfermedades que transmiten insectos, como el dengue y la malaria, pues en las altas temperaturas aumenta su reproducción.
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En medio de las noticias de embalses en niveles mínimos y de racionamiento en ciudades como Bogotá, el Ministerio de Ambiente y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), entregaron este lunes una serie de proyecciones climáticas para los próximos meses en Colombia.
“El fenómeno de El Niño ya empezó a debilitarse. Esto empezó en el mes de marzo con la baja de temperaturas en el océano. Se esperaba que esto indujera el regreso de las lluvias en marzo por encima del promedio, sin embargo, marzo fue un mes muy seco. En abril se esperaba que el período de lluvias normal iniciara y El Niño se debilitara, pero tuvimos otras circunstancias que inhibieron el regreso de las lluvias y arrastran las consecuencias de El Niño”, dijo la ministra de ambiente, Susana Muhamad.
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¿Qué ha ocurrido, entonces, para que las lluvias no regresen en el nivel esperado? “En el país convergen varios fenómenos heterogónicos, no solo El Niño”, dijo Ghisliane Echeverry, científica Ambiental y directora General del Ideam. Según Echeverry, fenómenos que tuvieron que ver con cambios en los vientos impidieron que las lluvias se instalaran con la fuerza que se esperaba en el país. “Lo que esperamos para los próximos días es que eso se supere y comience a instalarse la temporada de lluvias con mucha más fuerza. Ya el pronóstico empieza a evidenciar que a partir del próximo miércoles comienzan las lluvias”, afirmó Echeverry.
A partir de junio, además, comienza la temporada de ciclones, por lo que se esperaría que se incrementen las lluvias, especialmente en la región Andina y Caribe. Por ahora, 730 municipios tienen algún grado de alerta por incendios, de los cuales hay 293 por alerta rojo. “Vuelve a subir la alerta de incendios forestales. Hacemos un llamado a los entes territoriales a manejar la línea que tiene la policía nacional para la denuncia de personas que pueden comenzar a incendiar de forma premeditada; segundo, vigilancia y control de las zonas que están altamente secas; y tercero, que podamos tener una comunicación con las comunidades para la prevención. Esperamos que con el regreso de las lluvias, esta alerta vuelva a bajar”, dijo Muhamad.
24 departamentos y 273 municipios han vivido desabastecimiento de agua durante el fenómeno de El Niño. Con respecto a Chingaza, que surte de agua a Bogotá y cuyos niveles han caído hasta obligar a la ciudad al racionamiento, el Ministerio espera que durante el mes de abril suba al 20% de niveles. “Sin embargo, la Orinoquía y la Amazonia van a tener menos lluvias durante lo que resta del año, lo que puede impactar la capacidad de Chingaza de recuperarse”, dijo Muhamad. Para la ministra, la alerta en Bogotá debe continuar. Más del 30% de la humedad que lleva a Chingaza (y que es clave para el nivel del agua) viene del Amazonas.
“En febrero hubo muchas quemas y puntos de calor asociados a deforestación en la región del Amazonas. Sí, generan una condición crítica para el 2024 de alerta de incendios y aumento de deforestación”, afirmó la funcionaria. (Puede ver: Las rutas del oro sucio: así avanza la minería ilegal en la Amazonia)
El fenómeno de El Niño, que puede darse entre cada dos a siete años, es el aumento de la temperatura del Océano Pacífico ecuatorial hasta 3 °C más de lo habitual, algo que genera una serie de condiciones que alteran los patrones climáticos en todo el mundo. Generalmente, El Niño va seguido de La Niña (que es la disminución, por debajo de lo habitual, de la temperatura del Pacífico) y viceversa.
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Desde que se tienen registros, a medida que el planeta se ha calentado, los años más cálidos han sido años de El Niño. De hecho, el que tuvo mayores temperaturas fue 2016. Por eso, se ha asociado con sequías y aumentos de temperatura. Por ejemplo, el fenómeno de El Niño provocó una disminución de lluvias y un aumento de temperaturas, dos factores que ¿se han relacionado con brotes de enfermedades que transmiten insectos, como el dengue y la malaria, pues en las altas temperaturas aumenta su reproducción.
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