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Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, encontró que el Océano Ártico, que es el encargado de absorber un tercio de todo el dióxido de carbono de la atmósfera, se está acidificando de tres a cuatro veces más rápido que las otras cuencas oceánicas del mundo. (Lea: El yodo es el segundo responsable de la destrucción de ozono en el Ártico)
Esto, dicen los investigadores, se debe a que el hielo marino se ha reducido a un ritmo sin precedentes en esta región durante las últimas tres décadas. “Al reducirse el hielo marino, se expone el agua de mar a la atmósfera, lo que promueve la absorción de dióxido de carbono a un ritmo más rápido que en las cuencas del Atlántico, el Pacífico, el Índico, la Antártida y la Subantártica”, dice el documento.
La investigación estuvo a cargo de científicos del Instituto de Investigación Polar y Marina de la Universidad de Jimei, China; y la Escuela de Ciencias y Políticas Marinas de la Universidad de Delaware, en Estados Unidos, quienes explicaron que en las otras cuenca oceánicas, la acidificación se está presentando por un aumento en el dióxido de carbono atmosférico. “Lo que aumenta a una tasa de alrededor de 2 partes por millón por año”, añade el texto.
Wei-Jun Cai, uno de los autores del artículo y experto en química marina de la Universidad de Delaware, cuenta que se analizaron datos entre 1994 y 2020 y que los resultados “nos sorprendieron. Vimos que la acidificación está ocurriendo de tres a cuatro veces más rápido”. (Puede leer: El Ártico se ha calentado en los últimos 40 años cuatro veces más rápido que el mundo)
Los científicos advierten que si el hielo marino continúa desapareciendo en el Ártico occidental, este proceso de acidificación podría continuar e intensificarse en las próximas décadas. Además, señalan, sí continúan estas tendencias, para 2050 el hielo marino del Ártico en esta región ya no sobrevivirá a las estaciones de verano, que cada vez son más cálidas.
Para los investigadores es fundamental que la acidificación se disminuya porque amenazaría la vida de la población marina en esta región del planeta. “Por ejemplo, los cangrejos viven en un caparazón crujiente construido a partir del carbonato de calcio que prevalece en el agua del océano. Los osos polares dependen de poblaciones saludables de peces para alimentarse. Los peces y las aves marinas del plancton y las plantas. Si una de estas especies falta, la cadena empieza a tambalear”, puntualizan. (Le podría interesar: Hasta el Ártico están llegando los microplásticos provenientes de ríos europeos)
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