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                                                                                                                                El oro, la nueva amenaza de la palma de cera

                                                                                                                                Los planes mineros sobre el Valle de Cocora y la amenaza que puede representar La Colosa para la supervivencia del árbol nacional tiene alarmados a científicos y pobladores. AngloGold Ashanti asegura que sus acciones no afectarán.

                                                                                                                                Sergio Silva Numa

                                                                                                                                Más de la mitad de las palmas del valle de Cocora están en las fases finales de su ciclo de vida y morirán en los próximos 47 años. / El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Pero a los ojos de los habitantes de Salento, esos intentos empezaron a diluirse en menos de una semana. Ocho días después de que se presentaran las imágenes que en adelante llevarían los colombianos en sus bolsillos, a los escritorios de la Alcaldía de ese municipio llegó documento que los dejó pasmados. Era una notificación de la Agencia Nacional Minera (ANM) en la que les advertían que estaba en trámite una propuesta para hacer exploración y explotación de oro y platino en un área de 3.182 hectáreas entre Salento, Filandia y Quindío. En caso de que se opusieran, tenían treinta días para decir por qué. Sus argumentos debían estar soportados en “estudios técnicos, sociales y ambientales”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Aunque el documento del 8 de abril fue el que disparó sus preocupaciones, ya el 17 de febrero había llegado a sus manos la primera alerta: una notificación de la ANM para otorgar una concesión minera de oro y platino en nueve hectáreas. Todas las habían enviado porque, aseguran los voceros de la ANM, querían darles participación a las autoridades locales. Así se los había ordenado una sentencia de la Corte Constitucional y así lo estaban haciendo. “Nunca antes se había incorporado a los alcaldes en el proceso de titulación. Es una consulta de una solicitud, no un título minero”.

                                                                                                                                El plazo para pronunciarse era el mismo: 30 días, con los respectivos estudios técnicos. Quien firmaba era Eduardo José Amaya Lacouture, vicepresidente de contratación y titulación de la ANM.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Pese a que es cierto que el hecho de que existan solicitudes mineras en Salento no indica que los títulos estén concedidos, Tatiana quiere evitar que eso suceda y por esto está convocando protestas el 19 y el 20 de mayo. Lo que pasó hace poco en La Macarena le genera algunas dudas. Entre sus miedos, cuenta, está el riesgo que puede correr el potencial hídrico de Salento. “Es la fuente de agua del casi el 70 % del Quindío”. Además, es un destino turístico que solo en Semana Santa atrajo 37 mil vehículos. La mayoría de los visitantes llegaron allí para ver las seis mil palmas de cera del Valle de Cocora.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Por eso le asombra el recuadro que le envió la ANM al municipio días después, donde se lee que siete títulos mineros otorgados en Salento se tropiezan con zona de páramo. De acuerdo con sus cuentas, hoy hay once títulos en trámite y ya están concedidos otros diez.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                De los otros títulos hay quienes sospechan que son de la AngloGold Ashanti. Así lo creen porque en el recuadro de la ANM hay dos que le pertenecen a esta compañía.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Su principal interés está, en verdad, a 17 kilómetros de esa pelea, en Cajamarca, Tolima. Allí está la polémica mina de oro La Colosa, de donde planea explotar cerca de 29 millones de onzas de oro. Aunque aún está en fase de exploración, tiene a varios vecinos nerviosos. Uno de ellos es Ibagué, que espera votar una consulta popular para que la actividad no afecte el río Coello. El otro es el municipio de Piedras, que ya votó y dijo que no. Pero, además, tiene alarmados a los botánicos, porque tan solo a cinco kilómetros está el área de Colombia con más palmas de cera. Tiene alrededor de 600 mil. En el Valle de Cocora apenas hay 6 mil.

                                                                                                                                El riesgo de 600 mil palmas

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Rodrigo Bernal, exprofesor de la Universidad Nacional, es uno de los botánicos que más han estudiado la palma de cera en el país. Junto a Gloria Galeano y María José Sanín, fue el autor del “Plan de conservación, manejo y uso sostenible de la palma de cera del Quindío”, publicado el año pasado por el Ministerio de Ambiente. Desde mucho antes de terminarlo, él había advertido de los riesgos que corre el árbol nacional y había insistido porque se protegiera con más rigurosidad. O al menos porque se cumpliera la ley que prohíbe su tala.

                                                                                                                                Esta vez su llamado es para defender un lugar específico que pocos colombianos conocen: la cuenca del río Tochecito. Ahí, justamente, es donde se ha registrado la mayor cantidad de palmas en el país.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Pero a Bernal le inquieta que solo a 5 kilómetros de esa área, controlada hasta hace cinco años por las Farc, esté esa mina a cielo abierto llamada La Colosa. Inevitablemente, dice, tendrán que talar palmas cuando se concrete el proyecto. Y tener paisajes lunares junto a esa riqueza botánica que, a diferencia del Valle de Cocora, no ha sido devastada por la ganadería, le parece absurdo.

                                                                                                                                “No logro entender cómo le levantan la veda al árbol nacional que, además, está protegido por ley. Aunque solo el 8 % de La Colosa está sobre esa cuenca, del otro lado de la montaña van a tener que matar centenares de palmas. Podrían decir que las trasladan, pero eso es inviable: no se pueden mover árboles de cuatro toneladas y 25 metros de altura por unas pendientes tan empinadas como esas”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El otro gran reparo a las medidas de AngloGold consiste en sus programas de reforestación. ¿La razón? De cada diez plántulas germinadas en un vivero y sembradas en el exterior, bajo la sombra, lo más posible es que mueran nueve. Si las siembran en campos abiertos, ninguna sobrevivirá. Hoy en el corregimiento de Toche, las palmas tienen una edad adulta: entre 90 y 100 años.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y además de estos motivos, hay otro que lo trasnocha. Por las 18 fincas que forman ese territorio está un pedazo del Camino Nacional, una trocha histórica que durante 300 años comunicó a Santa Fe de Bogotá con el occidente del país. Por ahí transitó Simón Bolívar cuando regresó de Quito. Por ahí pasó también, en 1801, el célebre naturista Alexander von Humboldt en compañía de su colega francés Aimé Bonpland. Fue mientras lo atravesaban que se tropezaron con los bosques tupidos de palma de cera. Quedaron deslumbrados.

                                                                                                                                Más de la mitad de las palmas del valle de Cocora están en las fases finales de su ciclo de vida y morirán en los próximos 47 años. / El Espectador
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Pero a los ojos de los habitantes de Salento, esos intentos empezaron a diluirse en menos de una semana. Ocho días después de que se presentaran las imágenes que en adelante llevarían los colombianos en sus bolsillos, a los escritorios de la Alcaldía de ese municipio llegó documento que los dejó pasmados. Era una notificación de la Agencia Nacional Minera (ANM) en la que les advertían que estaba en trámite una propuesta para hacer exploración y explotación de oro y platino en un área de 3.182 hectáreas entre Salento, Filandia y Quindío. En caso de que se opusieran, tenían treinta días para decir por qué. Sus argumentos debían estar soportados en “estudios técnicos, sociales y ambientales”.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Tatiana es la personera del municipio y desde que se enteró de que la ANM estaba contemplando la posibilidad de otorgar títulos mineros en el Valle de Cocora ha emprendido una batalla para tratar de que esas intenciones se queden en el papel. Ella fue quien escribió los ocho párrafos que esta semana circularon en redes sociales y que llamaban la atención sobre los nuevos proyectos que le esperan a Salento.

                                                                                                                                Aunque el documento del 8 de abril fue el que disparó sus preocupaciones, ya el 17 de febrero había llegado a sus manos la primera alerta: una notificación de la ANM para otorgar una concesión minera de oro y platino en nueve hectáreas. Todas las habían enviado porque, aseguran los voceros de la ANM, querían darles participación a las autoridades locales. Así se los había ordenado una sentencia de la Corte Constitucional y así lo estaban haciendo. “Nunca antes se había incorporado a los alcaldes en el proceso de titulación. Es una consulta de una solicitud, no un título minero”.

                                                                                                                                El plazo para pronunciarse era el mismo: 30 días, con los respectivos estudios técnicos. Quien firmaba era Eduardo José Amaya Lacouture, vicepresidente de contratación y titulación de la ANM.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Pese a que es cierto que el hecho de que existan solicitudes mineras en Salento no indica que los títulos estén concedidos, Tatiana quiere evitar que eso suceda y por esto está convocando protestas el 19 y el 20 de mayo. Lo que pasó hace poco en La Macarena le genera algunas dudas. Entre sus miedos, cuenta, está el riesgo que puede correr el potencial hídrico de Salento. “Es la fuente de agua del casi el 70 % del Quindío”. Además, es un destino turístico que solo en Semana Santa atrajo 37 mil vehículos. La mayoría de los visitantes llegaron allí para ver las seis mil palmas de cera del Valle de Cocora.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Por eso le asombra el recuadro que le envió la ANM al municipio días después, donde se lee que siete títulos mineros otorgados en Salento se tropiezan con zona de páramo. De acuerdo con sus cuentas, hoy hay once títulos en trámite y ya están concedidos otros diez.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                De los otros títulos hay quienes sospechan que son de la AngloGold Ashanti. Así lo creen porque en el recuadro de la ANM hay dos que le pertenecen a esta compañía.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Su principal interés está, en verdad, a 17 kilómetros de esa pelea, en Cajamarca, Tolima. Allí está la polémica mina de oro La Colosa, de donde planea explotar cerca de 29 millones de onzas de oro. Aunque aún está en fase de exploración, tiene a varios vecinos nerviosos. Uno de ellos es Ibagué, que espera votar una consulta popular para que la actividad no afecte el río Coello. El otro es el municipio de Piedras, que ya votó y dijo que no. Pero, además, tiene alarmados a los botánicos, porque tan solo a cinco kilómetros está el área de Colombia con más palmas de cera. Tiene alrededor de 600 mil. En el Valle de Cocora apenas hay 6 mil.

                                                                                                                                El riesgo de 600 mil palmas

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Rodrigo Bernal, exprofesor de la Universidad Nacional, es uno de los botánicos que más han estudiado la palma de cera en el país. Junto a Gloria Galeano y María José Sanín, fue el autor del “Plan de conservación, manejo y uso sostenible de la palma de cera del Quindío”, publicado el año pasado por el Ministerio de Ambiente. Desde mucho antes de terminarlo, él había advertido de los riesgos que corre el árbol nacional y había insistido porque se protegiera con más rigurosidad. O al menos porque se cumpliera la ley que prohíbe su tala.

                                                                                                                                Esta vez su llamado es para defender un lugar específico que pocos colombianos conocen: la cuenca del río Tochecito. Ahí, justamente, es donde se ha registrado la mayor cantidad de palmas en el país.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                “No logro entender cómo le levantan la veda al árbol nacional que, además, está protegido por ley. Aunque solo el 8 % de La Colosa está sobre esa cuenca, del otro lado de la montaña van a tener que matar centenares de palmas. Podrían decir que las trasladan, pero eso es inviable: no se pueden mover árboles de cuatro toneladas y 25 metros de altura por unas pendientes tan empinadas como esas”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                El otro gran reparo a las medidas de AngloGold consiste en sus programas de reforestación. ¿La razón? De cada diez plántulas germinadas en un vivero y sembradas en el exterior, bajo la sombra, lo más posible es que mueran nueve. Si las siembran en campos abiertos, ninguna sobrevivirá. Hoy en el corregimiento de Toche, las palmas tienen una edad adulta: entre 90 y 100 años.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Por Sergio Silva Numa

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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