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El peligro de domesticar un hipopótamo

En Puerto Triunfo (Antioquia) una niña hace tareas a pocos metros de una cría. En África estos mamíferos han cobrado la vida de algunos humanos que los han querido convertir en mascota.

Angélica María Cuevas Guarnizo
20 de mayo de 2014 - 06:12 p. m.
En 2011 Marius Els fue asesinado por su hipopótamo en Sudáfrica
En 2011 Marius Els fue asesinado por su hipopótamo en Sudáfrica
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El fin de semana apareció en televisión la imagen de una niña sentada en la sala de su casa, haciendo tareas, al lado de una cría de hipopótamo (Lea: Viviendo en casa con un hipopótamo). La escena ocurre en Puerto Triunfo (Antioquia) donde un número, aún no calculado, de los hipopótamos de Pablo Escobar se están saliendo de control. Llevan meses escapado de la Hacienda Nápoles, desplazándose hasta lugares habitados por humanos, poniendo en riesgo a la población. 

Aunque las autoridades ambientales han advertido (a través de videos como Alerta por hipopótamos en el Magdalena Medio) que son animales salvajes y territorialitas, que podrían fácilmente atacar a los humanos, lo que deja ver la imagen es que para algunos habitantes del Magdalena Medio los hipopótamos extraviados podrían convertirse en sus mascotas.

Quedé en shock cuando vi la foto de la niña. Aunque es difícil establecer hace cuanto fue tomada. Cornare no ha conocido en los últimos meses casos de este tipo. Hay que aclarar que en Puerto Triunfo no son frecuentes estos casos”, dice David Echeverri, el director de Fauna de Cornare, autoridad ambiental de la zona. “Es muy peligroso vivir con un animal estos, hay casos donde lo humanos logran domesticarlos pero son tan grandes que incluso jugando podrían atacar. Su aspecto manso disimula su peligrosidad”.

Echeverri insiste en que los pobladores deben reportar sus encuentros con estos mamíferos y acepta que a la corporación autónoma han llegado rumores, que aún no han sido confirmados, sobre las intenciones que tendrían algunos pobladores de comercializar los hipopótamos fugados. (Lea: El peligro de los hipopótamos sueltos de Nápoles)

El veterinario Carlos Valderrama, experto en la manipulación de esta especie asegura que muchos ignoran que los hipopótamos son animales salvajes, “es como tener un tigre en la casa, no están acostumbrados a compartir su territorio con humanos además son animales que crecen rápidamente. Nacen pesando 40 kilos y al año ganan 150 kilos en promedio hasta alcanzar las tres toneladas. Los colmillos pueden medir hasta 60 centímetros y fácilmente podrían agredir y matar un niño”.

Incluso estos animales pueden llegar a ser más grandes en Colombia que en África. Valderrama explica que en Puerto Triunfo la especie no tiene competencia ni tampoco se somete a los fuertes veranos africanos. Siempre cuenta disponibilidad de alimento lo que implica un crecimiento constante. “En 2011 un sudafricano fue asesinado por un hipopótamo al que había criado y hasta consideraba ‘un hijo más’. El animal lo mató solo unos días después de que saliera en medios hablando de su relación con el mamífero. Fue el último caso que trascendió a nivel internacional”. (Lea: Hipopótamos sin control)

El hombre del que habla Valderrama era Marius Els, un granjero de 52 años, que vivía con 20 especies exóticas (incluyendo jirafas y rinocerontes) en Klerksdorp, al noroeste de Sudáfrica y había adoptado a su hipopótamo Humphrey desde que el animal tenía solo cinco meses de nacido.

Pero seis años después, el 13 de noviembre de 2011, el cuerpo mutilado de Marius Els fue encontrado sumergido en el río que atravesaba su finca. El hombre fue mordido en varias ocasiones por el hipopótamo, que luego lo arrastró hasta el fondo del río por un tiempo indeterminado, explicaron en su momento las autoridades.

No era la primera vez que el animal lo atacaba, en otra oportunidad Humphrey había perseguido a su dueño quien tuvo que montarse hasta la copa de un árbol para salvarse. Esa vez Marius Els había explicado que había sido “solo un incidente, ya que su mascota tenía un poco de hambre”.

 

Por Angélica María Cuevas Guarnizo

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