El vínculo poco estudiado entre universidades y empresas de combustibles fósiles
Una investigación publicada recientemente pide estudiar con mayor profundidad los posibles conflictos de interés por la financiación de empresas de combustibles fósiles a la investigación académica.
Una investigación publicada recientemente Wires Climate Change estudió el vínculo que hay entre la financiación climática y las investigaciones académicas en varios países del norte global, encontrando que allí podría haber un obstáculo para la acción climática y la transición energética.
De acuerdo con los autores, la influencia de las empresas dedicadas a la explotación y comercialización de combustibles fósiles en las universidades es algo que se ha investigado poco. En su revisión, por ejemplo, consultaron el resumen principal de 14.000 artículos que resultaron de una búsqueda en una base de datos de publicaciones revisadas por pares, publicados por investigadores de universidades en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia entre 2003 y 2023.
Esos 14.000 artículos estaban enfocados en analizar posibles conflictos de interés debido a la financiación académica por parte de diferentes industrias. La mayoría de ellos hacían referencia a la influencia de tabacaleras, farmacéuticas e industria de comida en la investigación académica. Sin embargo, apenas siete de esos artículos hacían mención a los combustibles fósiles y su posible influencia en la ciencia. Algo similar, mencionan, ocurrió al consultar en otras bases de datos especializadas.
A partir de esto, hicieron una revisión de la literatura existente sobre diferentes universidades de esos países para identificar potenciales conflictos de interés relacionados con la industria de los combustibles fósiles. Por ejemplo, en la Universidad de Alberta, Canadá, los autores aseguran que en su consejo directivo han nombrado a personas que al tiempo o anteriormente han desempeñado cargos ejecutivos en empresas como Syncrude Canada, Encana, Oil Sands Developers Group, Suncor y Epcor.
Otro ejemplo que menciona el artículo es que el fundador del programa de Derecho Ambiental y Energético de la Escuela de Derecho de Harvard, trabajó durante más de 10 años como miembro del Consejo Directivo de la compañía ConocoPhillips, dedicada a la producción de petróleo y gas.
Como este tipo de conflictos de interés, el artículo también identificó donaciones, financiación y otrs vínculos que, de acuerdo con los autores, podrían representar un obstáculo para la investigación y el avance de acciones climáticas necesarias para mitigar el cambio climático e impulsar la transición energética.
El llamado que hacen los autores es a que se empiecen a investigar con mayor profundidad estos posibles conflictos de interés en todos los países del mundo, y que se revisen las políticas de ética y transparencia de las universidades, con el fin de que se evidencien los vínculos que puedan existir entre los combustibles fósiles y la academia, como se ha hecho con otras industrias.
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Una investigación publicada recientemente Wires Climate Change estudió el vínculo que hay entre la financiación climática y las investigaciones académicas en varios países del norte global, encontrando que allí podría haber un obstáculo para la acción climática y la transición energética.
De acuerdo con los autores, la influencia de las empresas dedicadas a la explotación y comercialización de combustibles fósiles en las universidades es algo que se ha investigado poco. En su revisión, por ejemplo, consultaron el resumen principal de 14.000 artículos que resultaron de una búsqueda en una base de datos de publicaciones revisadas por pares, publicados por investigadores de universidades en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia entre 2003 y 2023.
Esos 14.000 artículos estaban enfocados en analizar posibles conflictos de interés debido a la financiación académica por parte de diferentes industrias. La mayoría de ellos hacían referencia a la influencia de tabacaleras, farmacéuticas e industria de comida en la investigación académica. Sin embargo, apenas siete de esos artículos hacían mención a los combustibles fósiles y su posible influencia en la ciencia. Algo similar, mencionan, ocurrió al consultar en otras bases de datos especializadas.
A partir de esto, hicieron una revisión de la literatura existente sobre diferentes universidades de esos países para identificar potenciales conflictos de interés relacionados con la industria de los combustibles fósiles. Por ejemplo, en la Universidad de Alberta, Canadá, los autores aseguran que en su consejo directivo han nombrado a personas que al tiempo o anteriormente han desempeñado cargos ejecutivos en empresas como Syncrude Canada, Encana, Oil Sands Developers Group, Suncor y Epcor.
Otro ejemplo que menciona el artículo es que el fundador del programa de Derecho Ambiental y Energético de la Escuela de Derecho de Harvard, trabajó durante más de 10 años como miembro del Consejo Directivo de la compañía ConocoPhillips, dedicada a la producción de petróleo y gas.
Como este tipo de conflictos de interés, el artículo también identificó donaciones, financiación y otrs vínculos que, de acuerdo con los autores, podrían representar un obstáculo para la investigación y el avance de acciones climáticas necesarias para mitigar el cambio climático e impulsar la transición energética.
El llamado que hacen los autores es a que se empiecen a investigar con mayor profundidad estos posibles conflictos de interés en todos los países del mundo, y que se revisen las políticas de ética y transparencia de las universidades, con el fin de que se evidencien los vínculos que puedan existir entre los combustibles fósiles y la academia, como se ha hecho con otras industrias.
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