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La pérdida de bosque tropical sigue prendiendo las alarmas en todo el mundo. Un nuevo estudio, elaborado por el World Resources Institute, mostró que la reducción de este ecosistema aceleró en un 12% con respecto a 2019. Ni la recesión económica mundial generada por la pandemia, ni la disminución en la demanda de algunos productos básicos que impulsan la deforestación ayudaron a salvaguardar los bosques tropicales. (Lea: Colombia contará con 5000 hectáreas para compensación ambiental)
Para llegar a esta conclusión, los investigadores fueron recolectando datos que les fueron proporcionados por científicos del laboratorio Global Land Analysis and Discovery, de la Universidad de Maryland. Los expertos han diseñado métodos para analizar imágenes satelitales para determinar la cubierta forestal. En el análisis se incluye la pérdida de cobertura forestal, ya que se incluye árboles perdidos en plantaciones, ya sea por la actividad humana o de forma natural.
En el estudio, el instituto señaló que los bosques tropicales primarios desempeñan un papel fundamental para mantener el carbono fuera de la atmósfera y para mantener la biodiversidad. De acuerdo con los últimos datos recopilados, “la pérdida de esa gran cantidad de bosques agregó más de 2.500 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono a la atmósfera”, reseñó el documento.
Teniendo en cuenta el conjunto de bosques y plantaciones de los trópicos, el año pasado desapareció una superficie total de 12,2 millones de hectáreas. Esta destrucción se debe principalmente a la agricultura, pero también a los incendios provocados por las olas de calor y las sequías en países como Brasil, Australia y Siberia, según el informe, que se basa en datos obtenidos mediante satélites.
Frances Seymour, integrante del WRI, aseguró que “estos datos muestran una “emergencia climática, una crisis de biodiversidad, un desastre humanitario y una pérdida de oportunidades económicas”. Brasil fue el país que registró la mayor cantidad de pérdida de bosque tropical, concentrando más de un tercio de la superficie de bosques vírgenes destruidos, es decir, 1,7 millones de hectáreas. (Puede leer: En las últimas tres décadas América Latina ha perdido el 15% de sus bosques)
Solo en la región amazónica, el alza anual de deforestación fue de 15%. Estudios recientes mostraron que la deforestación en la cuenca del Amazonas podría acabar suscitando un nuevo régimen climático, convirtiendo en sabana los bosques tropicales de la región. A esta actividad humana se suma las políticas del presidente Jair Bolsonaro, quien impulsa el desarrollo del país favoreciendo las actividades de la industria minera y agropecuaria en las zonas forestales.
“Brasil, que había logrado reducir significativamente la deforestación en la Amazonía, ahora ve cómo se esfuman todos esos esfuerzos. Es desolador”, dijo Seymour. Los incendios también devastaron la región de Pantanal, que se extiende de Brasil a Bolivia, país que escaló del cuarto al tercer lugar de la clasificación del WRI, detrás de República Democrática del Congo. El informe estima que casi 30% de la superficie de este territorio natural se redujo a cenizas en 2020.
El estudio, que fue publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, señala que América del Sur fue una de las regiones más golpeadas. La creciente demanda de productos como el café y la soja por parte de los países ricos está acelerando la deforestación en los trópicos. En cambio, otros países como Indonesia consiguió reducir por cuarto año consecutivo la deforestación. Lo hizo en un 17% para 2020.
Los científicos hacen un llamado para incluir en las políticas públicas la protección y preservación de estos ecosistemas que son vitales y estratégicos. Los bosques cubren más del 30% de la superficie terrestre de la Tierra y los tropicales albergan entre 50% y 90% de las especies terrestres. (Le puede interesar: Pueblos indígenas y tribales son los mejores guardianes de los bosques: ONU)