En 2022 el mundo perdió más de seis millones de hectáreas por deforestación
La Evaluación de la Declaración Forestal de 2023, la cual se encarga de analizar el estado de la deforestación global de cada año, mostró que durante 2022 este fenómeno aumentó 4%, lo que representa cerca de 6,6 millones de hectáreas de bosques. Además, advierte que los gobiernos están lejos de cumplir la meta para reducir esta tasa y restaurar 350 millones de hectáreas degradadas para 2030.
Los bosques del mundo están en crisis. Esta es la principal conclusión de la Evaluación de la Declaración Forestal de 2023, que desde 2015 se ha encargado de analizar el estado de la deforestación global y evaluar el progreso de las promesas que han propuesto los países o las compañías para reducir esta tasa y restaurar 350 millones de hectáreas degradadas. Una meta que deben cumplir para 2030. (Lea: Así estudian el polen fosilizado, clave para conocer los ecosistemas del pasado)
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Los bosques del mundo están en crisis. Esta es la principal conclusión de la Evaluación de la Declaración Forestal de 2023, que desde 2015 se ha encargado de analizar el estado de la deforestación global y evaluar el progreso de las promesas que han propuesto los países o las compañías para reducir esta tasa y restaurar 350 millones de hectáreas degradadas. Una meta que deben cumplir para 2030. (Lea: Así estudian el polen fosilizado, clave para conocer los ecosistemas del pasado)
La investigación, realizada por Forest Declaration Assessment, muestra que la deforestación aumentó 4% en el mundo durante 2022. Esta pérdida de cerca de 6,6 millones de hectáreas de bosques, explican los investigadores, se traduce en una desviación del 21% del camino que han emprendido los gobiernos y tomadores de decisiones para eliminar la deforestación para 2023. Esta cifra, explican, “muestra un gran retroceso, sobre todo después de que en 2021 se produjo una caída del 6% en la deforestación”.
Un caso que exponen los investigadores para dimensionar el daño que le estamos generando a los ecosistemas forestales es el de los bosques tropicales primarios, los cuales se caracterizan por ser los más densos y donde no hay indicios visibles de actividades humanas, pues su pérdida aumentó 6%. Esto significa que las acciones destinadas para protegerlos están desviadas en un 33%, con 4,1 millones de hectáreas perdidas en 2022.
En ninguna de las tres regiones de bosques tropicales, África tropical, Asia tropical, y, América Latina y el Caribe tropical, las estrategias están encaminadas a eliminar la pérdida de estos ecosistemas, advierten.
A los ojos de Erin Matson, autora principal de Forest Declaration Assessment, durante 2021, los esfuerzos para acabar con la deforestación estaban disminuyendo, por lo que 2022 era “una oportunidad clave para ponernos al día, pero las autoridades se quedaron cortas. Está claro que detener la deforestación demandará cambios radicales en la economía, esto implica que la sociedad en su conjunto tiene un rol que desempeñar”.
Ahora, añade Matson, el mundo necesita reducir la deforestación en 27,8% para volver a estar alineados con las metas para 2023, que plantean disminuirla a 4,8 millones de hectáreas (o menos). (Puede leer: Tras sequía en ríos de la Amazonia, hallan rostros de aborígenes tallados en piedras)
Otro de los resultados inquietantes de la investigación, que se divide en cuatro capítulos, es el relacionado con las áreas tropicales de América Latina, donde la pérdida de bosques aumentó un 8%. Brasil y Bolivia presentaron los peores índices. En cambio, en los países tropicales asiáticos, la deforestación bajó 18%. Malasia e Indonesia van en buen camino para cumplir sus metas.
En estas zonas, dice el estudio, las actividades agropecuarias, como la agricultura, la ganadería, la industria de soya, la producción de aceite de palma y las pequeñas granjas, son la principal causa de la pérdida de bosques. “Eso no quiere decir que la expansión de las carreteras, los incendios y la tala también sean una amenaza para los bosques”, comenta Franziska Haupt, coautora del estudio.
En cuanto a las emisiones brutas de gases de efecto invernadero, los investigadores advirtieron que incrementaron en un 6% por la pérdida de bosque. Este porcentaje, añaden, suman 4.000 millones de toneladas de dióxido de carbono producidas durante este año. (Lea también: Alerta por posible formación de ciclón en el mar Caribe colombiano, advierte el Ideam)
También genera preocupación el progreso en la disminución gradual en la estructura del bosque, las especies que lo componen y sus funciones ecológicas, ya que, según el informe, los datos disponibles llegan hasta 2021. Sin embargo, con esta información, los investigadores determinaron que se registró un aumento de la degradación en las regiones tropicales y no tropicales de América Latina y África. Aunque en Asia tropical y no tropical, Europa y América del Norte esta tasa desaceleró, el informe advierte que, en todas las regiones, la integridad de los bosques siguió empeorando.
Más dinero invertido a proyectos que contribuyen a la deforestación
Además de este informe, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) publicó un documento con una serie de recomendaciones para que el mundo pueda cumplir el objetivo propuesto en 2030. Este análisis muestra que se ha destinado al menos 100 veces más financiación pública a subsidios perjudiciales para el medio ambiente.
Por ejemplo, dice el estudio, Forest 500, que identifica a las empresas e instituciones financieras con mayor exposición al riesgo de deforestación tropical, estima que hasta octubre de 2022 se ha destinado cerca de 6,1 billones de dólares para financiar compañías que tienen más riesgo de impulsar la deforestación tropical a través de la producción de materia prima agrícola.
Thomas Maddox, director Global de Bosques, opina que “erradicar la deforestación sigue sin ser una prioridad para la mayoría de las empresas o sus financiadores”. Esto, añade, se suma a que la mayoría de las principales compañías de cadenas de suministro de estos productos no tienen políticas claras para eliminar la deforestación de sus operaciones. “La mayoría de las instituciones financieras no tienen pólizas de riesgo forestal que cubran sus préstamos e inversiones”, sentencia el informe.
Además, señala el informe, las inversiones en pueblos indígenas y comunidades locales son escasas. De hecho, agrega Darragh Conway, uno de los autores del informe y consultor de Climate Focus, varios análisis han mostrado que los pueblos indígenas y las comunidades locales reciben una parte del financiamiento que es necesaria para asegurar sus derechos y administrar sus territorios. Pero, anota, “la evidencia en el territorio muestra un progreso lento”.
Esta situación se evidencia con un programa que ha puesto en marcha los países desarrollados y que busca disminuir la deforestación tropical. Se trata de REDD+, el cual entrega incentivos para la protección de los bosques. “Son demasiado bajos de entrada o en general. La mayoría de los países en desarrollo aún necesitan considerable apoyo para iniciar las reformas críticas que se necesitan”, precisa el documento.
Los investigadores advierten que “el mundo está perdiendo bosques con consecuencias devastadoras a escala global” y que es momento de que los gobiernos y los tomadores de decisiones pongan a los bosques como una prioridad. (Le puede interesar: Por llegada del fenómeno de El Niño, Minsalud emite alerta institucional)
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