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A medida que la población global ha ido creciendo y a medida que los entornos urbanos han aumentado su tamaño, las ciudades se han enfrentado a un desafío que puede poner en aprietos a cualquier país: la escasez de agua. Es un problema que, como lo acaba de mostrar una investigación publicada en la revista Nature Communications, podría afectar a 284 ciudades en 2050, entre las que se pueden encontrar hasta 20 megaciudades. (Lea Inundaciones y olas de calor: las catástrofes climáticas están aumentando)
El estudio, titulado Futura escasez de agua en las zonas urbanas a nivel mundial y posibles soluciones, cuantificó la escasez de agua urbana global en 2016 y 2050 en cuatro diferentes escenarios socioeconómicos y de cambio climático. Según sus cálculos, en tres décadas el número de personas que vivirán en ciudades será de 6.700 millones (el 68,4%). Hoy es de 800 millones, aproximadamente.
Este crecimiento en las urbes, escriben, aumentará la demanda de agua industrial y de uso doméstico entre un 50% y un 80%. En caso de que el consumo exceda la disponibilidad, añaden, se afectará la seguridad hídrica y con ella la salud y el bienestar de quienes viven en esos territorios. También la calidad del ambiente.
“Nuestras proyecciones sugieren que la escasez mundial de agua urbana seguirá intensificándose desde 2016 hasta 2050 en todos los escenarios. Para 2050, se proyecta que cerca de la mitad de la población urbana mundial vivirá en regiones con escasez de agua. Esto amenazará directamente la realización del Objetivos de Desarrollo Sostenible”, anotan.
Para calcular qué es lo que sucederá con el consumo de agua en 2050, los autores identificaron las áreas con escasez y combinaron esos datos con, entre otros, de disponibilidad de recursos hídricos, de demanda y con el posible crecimiento poblacional.
Saltándonos las fórmulas matemáticas y los detalles técnicos, encontraron que el panorama puede ser bastante desolador si no se toman acciones de manera urgente para evitar este problema. Mientras, dicen, que en 2016 había 933 millones de personas en regiones urbanas con escasez de agua, 359 millones con escasez de agua perenne y 573 millones con escasez de agua estacional, en 2050 el escenario será muy inquietante: unas 2.065 (1.693–2.373) millones de habitantes urbanos se verán afectados por la escasez de agua, es decir, habrá un aumento del 121%.
De acuerdo con sus proyecciones 840 (476–905) millones de personas enfrentarán una escasez de agua perenne y 1.225 (0,902–1,647) millones de personas enfrentarán una escasez de agua estacional.
En India, que es uno de los países donde hay mayor población que enfrenta este desafío, “la escasez de agua será mucho mayor que en otros países”. La población vulnerable pasará de 222 millones de personas a 550 (376-644) millones de personas en 2050. Representarán el 26,7% de la población urbana mundial que enfrenta escasez de agua.
Como se lee en el artículo, casi la mitad de las grandes ciudades del mundo estarán ubicadas en regiones con escasez de agua para el año 2050. “Se proyectó que el número de grandes ciudades que enfrentan escasez de agua en al menos un escenario aumentará a 292 (55,5%) para 2050”, escriben.
Además, señalan que el número de megaciudades que enfrentan escasez de agua en al menos un escenario aumentará a 19 (63,3%), incluidas 10 nuevas megaciudades: El Cairo, Dhaka, Yakarta, Lima, Manila, Mumbai, Nueva York, Sao Paulo, Shanghai y Tianjin.
Pero no todo son malas noticias. Entre sus conclusiones presentan varias soluciones para aliviar esa escasez. Creen que en 276 ciudades grandes podría haber caminos que ayuden a resolver el problema como adoptar plantas de desalinización, aprovechar las aguas subterráneas y adoptar una transferencia de agua entre cuencas. Otra salida es tratar de sumarse al comercio de agua virtual que ayudaría a 190 grandes ciudades.
“La construcción de embalses podría aliviar la escasez de agua en 151 (51,7%) ciudades grandes (incluidas 10 (52,6%) megaciudades). La desalinización de agua de mar tiene el potencial de aliviar la escasez de agua en 146 (50,0%) ciudades grandes (incluidas 12 (63,2%) megaciudades)”, escriben.
Sin embargo, los científicos hacen una aclaración respecto a estas medidas: “Aunque el 95% de las ciudades con escasez de agua pueden abordar la crisis del agua mediante la mejora de la eficiencia del uso del agua, la desalinización del agua de mar, la explotación de aguas subterráneas, la construcción de embalses, la transferencia de agua entre cuencas o el comercio de agua virtual, estas medidas no solo tendrán impactos transformadores en la sociedad y la economía, sino que también afectarán profundamente el medio ambiente natural”.
Por ejemplo, escriben en otro apartado, “la construcción de embalses y la transferencia de agua entre cuencas pueden causar daños irreversibles a los ecosistemas fluviales y la hidrogeología y cambiar el clima regional. La desalinización puede tener graves impactos en las zonas costeras y los ecosistemas marinos. El comercio de agua virtual afectará a las economías regionales, aumentará las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte y puede exacerbar la desigualdad social y afectar los entornos locales donde se producen los bienes”.
¿Qué hacer, entonces? La solución para evitar esos escenarios es promover la conservación del agua y reducir la demanda de agua. Hay que cuidar, escriben, las cuencas hidrográfica, promover las ciudades bajas en carbono y resilientes e implementar tecnologías que contribuyan al ahorro del agua. “Se requiere la cooperación entre científicos y políticos y apoyo financiero”.