En las últimas tres décadas, más de 1 millón de tortugas marinas fueron cazadas
Así lo demostraron los datos recopilados entre 1990 y 2020. Los investigadores explicaron que los animales, especialmente las especies amenazadas y en peligro de extinción, a menudo son explotados y vendidos por sus pieles o utilizados como medicina. Los resultados fueron publicados en Global Change Biology.
La mayoría de animales, especialmente las especies amenazadas y en peligro de extinción, son explotados y vendidos por sus pieles o empleados como medicina. Las tortugas marinas, consideradas en estado vulnerable, no se salvan de esta amenaza. Un reciente estudio estimó que en las últimas tres décadas, más de 1,1 millones de ejemplares han sido asesinadas ilegalmente y, en algunos casos, traficados. (Lea: Después de 75 años, vuelven a ver tortugas en peligro de extinción en una isla de EE.UU)
Los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos) además determinaron que, durante la última década, cada año más de 44.000 tortugas marinas fueron explotadas en 65 países o territorios. También determinaron que 44, de las 58 principales poblaciones de tortugas marinas, resultaron afectadas.
Los resultados, publicados en la revista Global Change Biology, señalaron que, a pesar de este incremento de individuos víctimas de la caza furtiva, la explotación ilegal reportada disminuyó aproximadamente un 28% durante la última década. Un dato que los sorprendió, pues también esperaban un aumento en estas cifras.
Para Kayla Burgher, coautora del estudio y doctora en el programa de ciencias de la vida ambiental en esta universidad, “la disminución durante la última década podría deberse a una mayor legislación de protección y mejores esfuerzos de conservación, junto con un aumento en la conciencia del problema o el cambio de las normas y tradiciones locales”.
En el comunicado publicado por la Universidad Estatal de Arizona, Burgher añadió que gran parte de la explotación ilegal que se presentó en la última década se reportó en poblaciones de tortugas marinas grandes, estables y genéticamente diversas. (Puede leer: En video: una tortuga mordedora derribó a una serpiente de agua)
Este hallazgo, resalta Jesse Senko, coautor del estudio y profesor asistente en esta misma institución, podría representar que la mayoría de estas tortugas marinas provienen de poblaciones sanas y de bajo riesgo. “Esto sugiere que, con algunas excepciones, es probable que los niveles actuales de explotación ilegal no tengan un impacto perjudicial importante en la mayoría de las poblaciones de estos animales”.
Ambos investigadores coinciden en que estos resultados se deben tomar con cautela, la principal razón que explican es que evaluar cualquier actividad ilegal es difícil, especialmente en estos mercados negros que, en la mayoría de casos, están conectados a organizaciones criminales.
Además, dicen, “la evaluación tampoco incluyó huevos o productos de tortuga, como pulseras o aretes hechos con caparazones de tortugas marinas que no podrían atribuirse fácilmente a tortugas individuales”. Para esta investigación, los expertos analizaron los datos de artículos de revistas revisados por pares, informes de medios archivados, informes de ONG y cuestionarios en línea.
Los datos mostraron que durante esos 30 años, el 95 % de las tortugas marinas cazadas furtivamente procedían de dos especies: la tortuga verde y la tortuga carey. (Le puede interesar: Las tortugas desafían teorías sobre cómo funciona el envejecimiento)
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La mayoría de animales, especialmente las especies amenazadas y en peligro de extinción, son explotados y vendidos por sus pieles o empleados como medicina. Las tortugas marinas, consideradas en estado vulnerable, no se salvan de esta amenaza. Un reciente estudio estimó que en las últimas tres décadas, más de 1,1 millones de ejemplares han sido asesinadas ilegalmente y, en algunos casos, traficados. (Lea: Después de 75 años, vuelven a ver tortugas en peligro de extinción en una isla de EE.UU)
Los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos) además determinaron que, durante la última década, cada año más de 44.000 tortugas marinas fueron explotadas en 65 países o territorios. También determinaron que 44, de las 58 principales poblaciones de tortugas marinas, resultaron afectadas.
Los resultados, publicados en la revista Global Change Biology, señalaron que, a pesar de este incremento de individuos víctimas de la caza furtiva, la explotación ilegal reportada disminuyó aproximadamente un 28% durante la última década. Un dato que los sorprendió, pues también esperaban un aumento en estas cifras.
Para Kayla Burgher, coautora del estudio y doctora en el programa de ciencias de la vida ambiental en esta universidad, “la disminución durante la última década podría deberse a una mayor legislación de protección y mejores esfuerzos de conservación, junto con un aumento en la conciencia del problema o el cambio de las normas y tradiciones locales”.
En el comunicado publicado por la Universidad Estatal de Arizona, Burgher añadió que gran parte de la explotación ilegal que se presentó en la última década se reportó en poblaciones de tortugas marinas grandes, estables y genéticamente diversas. (Puede leer: En video: una tortuga mordedora derribó a una serpiente de agua)
Este hallazgo, resalta Jesse Senko, coautor del estudio y profesor asistente en esta misma institución, podría representar que la mayoría de estas tortugas marinas provienen de poblaciones sanas y de bajo riesgo. “Esto sugiere que, con algunas excepciones, es probable que los niveles actuales de explotación ilegal no tengan un impacto perjudicial importante en la mayoría de las poblaciones de estos animales”.
Ambos investigadores coinciden en que estos resultados se deben tomar con cautela, la principal razón que explican es que evaluar cualquier actividad ilegal es difícil, especialmente en estos mercados negros que, en la mayoría de casos, están conectados a organizaciones criminales.
Además, dicen, “la evaluación tampoco incluyó huevos o productos de tortuga, como pulseras o aretes hechos con caparazones de tortugas marinas que no podrían atribuirse fácilmente a tortugas individuales”. Para esta investigación, los expertos analizaron los datos de artículos de revistas revisados por pares, informes de medios archivados, informes de ONG y cuestionarios en línea.
Los datos mostraron que durante esos 30 años, el 95 % de las tortugas marinas cazadas furtivamente procedían de dos especies: la tortuga verde y la tortuga carey. (Le puede interesar: Las tortugas desafían teorías sobre cómo funciona el envejecimiento)
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