En los últimos 170 años, Colombia perdió el 90% de su área glaciar: Ideam
Este 29 de marzo, el Ideam lanzó su Estudio Nacional del Agua que señala que el Glaciar Santa Isabel, entre Caldas y Tolima, tiene una esperanza de vida menor a 10 años.
Los glaciares colombianos están en peligro. Así lo afirmó uno de los indicadores del Estudio Nacional del Agua 2022 del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), publicado este 29 de marzo. Incluso, y de manera más preocupante, se mencionó cómo en 170 años, el área glaciar de Colombia se redujo en un 90%, con un periodo crítico que sucedió entre 2010 y 2020, cuando la disminución fue del 26%.
Los glaciares colombianos están contemplados dentro del patrimonio hídrico nacional. Son seis: dos sierras nevadas (El Cocuy o Güicán y Santa Marta) y cuatro volcanes nevados (Huila, Tolima, Santa Isabel y Ruiz). Por la localización que todos tienen, se les clasifica como glaciares tropicales y ecuatoriales (Lea también: En menos de 30 años Colombia podría ser un cementerio de glaciares).
Pero los datos proporcionados por el Ideam no son alentadores. Incluso, mencionan que la cobertura glaciar en Colombia ha disminuido en forma progresiva llevando a la extinción de ocho pequeños glaciares durante el siglo XX.
Desde la década de los noventa, la reducción ha tenido un ritmo del 3% al 5% anual, “pero entre 2017 y 2021, se destaca que la reducción del área glaciar colombiana fue de 7,8% (2,85 km2)”, puntualiza el documento.
Es por eso que el Ideam advierte que, en caso de que esa tendencia continúa, es probable que los glaciares colombianos estén completamente extintos o muy disminuidos para finales de este siglo.
Pero este riesgo es diferente para cada uno de los seis glaciares colombianos, y factores como su altitud, tamaño, exposición a la radiación solar, condiciones climáticas y físicas juegan un papel fundamental (Lea también: Más de 70 % de probabilidad de inicio de fenómeno de El Niño a final de junio: Ideam).
Podría decirse que la situación del glaciar Santa Isabel, entre los departamentos de Caldas y Tolima, es la más crítica. Aunque es el de menor altitud y tamaño, se prevé que su extinción sea total durante la presente década. Algunas de sus características, como su contenido de ceniza volcánica que acelera la fusión del hielo, podrían acelerar su pérdida.
Su masa glaciar tampoco es optimista, pues presenta pérdidas continuas desde marzo de 2006 a noviembre de 2022 con un total de 55 metros equivalentes de agua, una cifra que sobrepasa el valor mundial de -24 metros equivalentes de agua.
Otro caso es el de la cobertura nevada del Parque Nacional Natural de la Sierra Nevada el Cocuy, al que, según el Ideam, le quedan máximo 40 años de vida antes de desaparecer.
Sin embargo, el panorama de los glaciares del Cocuy y Güicán es diferente, pues registra estabilidad con ganancias de masa que podrían explicarse por su altitud y tamaño, ubicado en el noreste de Boyacá y límites con Arauca y Casanare.
Aunque la reducción de su área persistió entre 2021 y 2022, tuvo un ritmo ligeramente menor debido a la influencia de La Niña, que incrementó las precipitaciones sólidas.
Al respecto, el subdirector de Hidrología del Ideam, Ómar Vargas, dijo que los glaciares son los termómetros del cambio climático. Por ello, su reducción o desaparición podría representar consecuencias muy graves, porque “son depósitos de agua que cumplen funciones ecosistémicas para sostener los páramos, una vegetación que tiene unas condiciones especiales en alta montaña, pero que además se utiliza en muchas ciudades para abastecimiento, porque mucha del agua que baja de los glaciares, sobre todo en la cordillera Central, alimenta los ríos”.
Así, en palabras de Vargas, lo que sucede con los glaciares colombianos podría afectar directamente los caudales que, en últimas, abastecen a los ciudadanos.
Por ello, el informe sugiere que se mantengan y expandan los sistemas de redes y monitoreo glaciar, “dada la diversidad geográfica de la alta montaña, con el fin comprender las relaciones hídricas, más que todo entre el páramo y el bosque altoandino”.
Lo que sucede con los glaciares colombianos no es novedad, sino que obedece también a una tendencia mundial: de acuerdo con un estudio de la Universidad de Zurich, publicado en 2022 por la revista Nature, los glaciares de la Tierra han perdido más de 9.625 gigatoneladas de hielo desde 1961.
En pocas palabras, y según cálculos de los científicos, podría afirmarse que, cada año, se derrite tres veces el hielo que cubre los Alpes a nivel mundial.
Los glaciares colombianos están en peligro. Así lo afirmó uno de los indicadores del Estudio Nacional del Agua 2022 del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), publicado este 29 de marzo. Incluso, y de manera más preocupante, se mencionó cómo en 170 años, el área glaciar de Colombia se redujo en un 90%, con un periodo crítico que sucedió entre 2010 y 2020, cuando la disminución fue del 26%.
Los glaciares colombianos están contemplados dentro del patrimonio hídrico nacional. Son seis: dos sierras nevadas (El Cocuy o Güicán y Santa Marta) y cuatro volcanes nevados (Huila, Tolima, Santa Isabel y Ruiz). Por la localización que todos tienen, se les clasifica como glaciares tropicales y ecuatoriales (Lea también: En menos de 30 años Colombia podría ser un cementerio de glaciares).
Pero los datos proporcionados por el Ideam no son alentadores. Incluso, mencionan que la cobertura glaciar en Colombia ha disminuido en forma progresiva llevando a la extinción de ocho pequeños glaciares durante el siglo XX.
Desde la década de los noventa, la reducción ha tenido un ritmo del 3% al 5% anual, “pero entre 2017 y 2021, se destaca que la reducción del área glaciar colombiana fue de 7,8% (2,85 km2)”, puntualiza el documento.
Es por eso que el Ideam advierte que, en caso de que esa tendencia continúa, es probable que los glaciares colombianos estén completamente extintos o muy disminuidos para finales de este siglo.
Pero este riesgo es diferente para cada uno de los seis glaciares colombianos, y factores como su altitud, tamaño, exposición a la radiación solar, condiciones climáticas y físicas juegan un papel fundamental (Lea también: Más de 70 % de probabilidad de inicio de fenómeno de El Niño a final de junio: Ideam).
Podría decirse que la situación del glaciar Santa Isabel, entre los departamentos de Caldas y Tolima, es la más crítica. Aunque es el de menor altitud y tamaño, se prevé que su extinción sea total durante la presente década. Algunas de sus características, como su contenido de ceniza volcánica que acelera la fusión del hielo, podrían acelerar su pérdida.
Su masa glaciar tampoco es optimista, pues presenta pérdidas continuas desde marzo de 2006 a noviembre de 2022 con un total de 55 metros equivalentes de agua, una cifra que sobrepasa el valor mundial de -24 metros equivalentes de agua.
Otro caso es el de la cobertura nevada del Parque Nacional Natural de la Sierra Nevada el Cocuy, al que, según el Ideam, le quedan máximo 40 años de vida antes de desaparecer.
Sin embargo, el panorama de los glaciares del Cocuy y Güicán es diferente, pues registra estabilidad con ganancias de masa que podrían explicarse por su altitud y tamaño, ubicado en el noreste de Boyacá y límites con Arauca y Casanare.
Aunque la reducción de su área persistió entre 2021 y 2022, tuvo un ritmo ligeramente menor debido a la influencia de La Niña, que incrementó las precipitaciones sólidas.
Al respecto, el subdirector de Hidrología del Ideam, Ómar Vargas, dijo que los glaciares son los termómetros del cambio climático. Por ello, su reducción o desaparición podría representar consecuencias muy graves, porque “son depósitos de agua que cumplen funciones ecosistémicas para sostener los páramos, una vegetación que tiene unas condiciones especiales en alta montaña, pero que además se utiliza en muchas ciudades para abastecimiento, porque mucha del agua que baja de los glaciares, sobre todo en la cordillera Central, alimenta los ríos”.
Así, en palabras de Vargas, lo que sucede con los glaciares colombianos podría afectar directamente los caudales que, en últimas, abastecen a los ciudadanos.
Por ello, el informe sugiere que se mantengan y expandan los sistemas de redes y monitoreo glaciar, “dada la diversidad geográfica de la alta montaña, con el fin comprender las relaciones hídricas, más que todo entre el páramo y el bosque altoandino”.
Lo que sucede con los glaciares colombianos no es novedad, sino que obedece también a una tendencia mundial: de acuerdo con un estudio de la Universidad de Zurich, publicado en 2022 por la revista Nature, los glaciares de la Tierra han perdido más de 9.625 gigatoneladas de hielo desde 1961.
En pocas palabras, y según cálculos de los científicos, podría afirmarse que, cada año, se derrite tres veces el hielo que cubre los Alpes a nivel mundial.