En niveles hidrológicos críticos, el suministro de energía está garantizado: UPME

El fenómeno de El Niño tuvo un impacto particular en Colombia durante el mes de enero: incendios forestales que quemaron más de 28.000 hectáreas, más de 600 municipios en alerta por la probabilidad de registrar nuevos incendios y ausencia de lluvias en gran parte del país. (Le puede interesar: Nature Photography Contest: estas son las mejores imágenes de la naturaleza)

El fenómeno de El Niño tuvo un impacto particular en Colombia durante el mes de enero: incendios forestales que quemaron más de 28.000 hectáreas, más de 600 municipios en alerta por la probabilidad de registrar nuevos incendios y ausencia de lluvias en gran parte del país. (Le puede interesar: Nature Photography Contest: estas son las mejores imágenes de la naturaleza)

Aunque los primeros días de febrero se han presentado lluvias en una parte importante de Colombia, el Instituto Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha advertido que este será el mes más intenso de El Niño, entre otras cosas, porque serían los días con menos lluvias durante este fenómeno.

Esto también afecta la generación de energía eléctrica en el país, que depende en cerca de un 70 % de las hidroeléctricas, por la disminución en el nivel de los embalses debido a la sequía. Según XM, la empresa que administra el Sistema Interconectado Nacional (SIN), desde octubre de 2023 se han presentado aumentos en la generación de energía térmica a partir de combustibles fósiles para mantener el suministro de energía de manera constante.

Además, muchas de las alertas por incendios forestales corresponden a zonas por las que atraviesa la infraestructura energética del país, algo que podría poner en riesgo el funcionamiento de líneas de transmisión o plantas de generación. (También puede leer: Alexander von Humboldt visto por la historiadora Andrea Wulf)

El Espectador habló con Adrián Correa, director de la Unidad de Planeación Minero Energética, (UPME), para conocer las medidas que se están tomando para garantizar el suministro de energía eléctrica en el país durante el mes más duro del fenómeno de El Niño. La UPME ejerce la secretaría técnica de la Comisión de Coordinación y Seguimiento a la Situación Energética- CACSSE, que reúne a entidades como el Ministerio de Minas y Energía, la Comisión de Regulación de Energía y Gas, Ecopetrol, XM, entre otras, para tomar decisiones que garanticen el funcionamiento del suministro de energía en el país.

El ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, ha dicho que hay suficiencia energética para atender el fenómeno de El Niño. ¿Cuáles son las medidas que se están tomando para garantizar esto?

Desde marzo de 2023, cuando nadie estaba hablando de El Niño todavía, activamos la Comisión para anticipar todas las medidas necesarias en términos de preparar al sector energético para esta época de sequía, por lo que este fenómeno de El Niño no nos toma por sorpresa.

Pudimos coordinarnos desde muy temprano el año pasado para poder establecer un grupo de 42 acciones, que están divididas en seis grupos, entre todos los agentes y actores del sistema. Por ejemplo, algunas tratan de la logística y mantenimiento del Sistema Interconectado Nacional, otras tienen que ver con las rutas de los energéticos como el carbón, el gas natural y los combustibles líquidos. Esto se hace para determinar dónde pueden existir eventuales cuellos de botella que corten el suministro de energéticos.

Hemos hecho seguimiento con Cormagdalena para temas de dragado del río Magdalena, ya que por los niveles bajos del río en ocasiones se dificulta el transporte de combustibles líquidos por vía fluvial. También hemos hecho un seguimiento de las nuevas plantas que se van a incorporar al sistema y que nos brindan energía muy importante en estas épocas. Implementamos un paquete de medidas regulatorias y normativas que permiten flexibilizar temas de contratación de gas natural, particularmente. (Le recomendamos: Incendios amenazarán a la Amazonia en febrero)

Además, XM hace constantemente simulaciones para determinar cuánta energía se necesita para el país y cómo se suministrará. Desde la primera reunión de 2023, se ha reportado que, en los niveles hidrológicos más críticos, replicando fenómenos del niño bastante fuertes, el país puede atender la demanda con los criterios de seguridad y confiabilidad que están descritos en las normas que rigen el sistema eléctrico colombiano.

Por otra parte, durante el último Niño duro que tuvimos en el país, que fue el del 2015-2016, no contábamos con la cantidad de fuentes no convencionales de energía renovable adicionales que tenemos hoy. No estamos en el nivel que quisiéramos, pero sí vienen incorporándose al sistema proyectos como la planta de regasificación en la costa Caribe, que brinda confiabilidad al sistema.

¿Se tiene previsto un escenario en el que se afecte gravemente el suministro de energía en el país por el fenómeno de El Niño? ¿Qué plan se tiene para un caso así?

Situaciones catastróficas están siempre a la orden del día, estemos en Niño o no. Una situación imprevista, contingencias por fallas que son muy difíciles de prever, ponen en riesgo la atención del sistema eléctrico. Esto es transversal a cualquier sistema eléctrico, ha pasado en Europa, ha pasado en Estados Unidos, y ha pasado en el sistema eléctrico colombiano. Por ejemplo, una falla en la subestación de Torca por allá en el 2007, que apagó una gran parte del territorio nacional.

No tenemos que estar en Niño para que una situación catastrófica lleve a un efecto en cadena y saque una porción del sistema eléctrico. Siempre se intenta planear, hacer las simulaciones para que ante la salida de una planta, por ejemplo, se siga prestando el servicio de energía eléctrica de manera confiable y segura. Esas simulaciones las hace todos los días XM.

¿Cómo se está cuidando la infraestructura que se encuentra en zona de alerta por posibles incendios forestales?

Esto hace parte de todos los protocolos con los cuales deben cumplir las empresas cuando tienen subestaciones, líneas de transmisión, infraestructura de poliductos, oleoductos o gasoductos. Hay unos protocolos y hay unas reglas con las cuales deben cumplir las empresas para atender emergencias.

Verificamos de manera permanente si hay incendios o alertas de incendios para cruzar la información con la ubicación de la infraestructura energética. Estamos recibiendo actualizaciones y reportes diarios de las empresas que tienen infraestructura desplegada en estos sitios particularmente riesgosos. Hasta el momento, si bien si han existido incendios en zonas cercanas a oleoductos y líneas de transmisión, por fortuna se han podido contener a través de los mecanismos municipales y departamentales. No se han tenido mayores consecuencias.

Eventualmente, se han tenido que sacar algunas líneas de operación por seguridad, pero esto no ha afectado la prestación del servicio ni la continuidad, hemos podido seguir operando el sistema. Al interior del sector la información fluye bastante rápido y también hay capacidad de responder rápido a esos eventos.

Además, esto nos ha permitido contar con recursos de las empresas más antiguas en el sector, las que más capacidades tienen. Hay unas que tienen, incluso, helicópteros que hacen supervisión de su infraestructura, con cámaras infrarrojas para detectar puntos de calor, con drones, etc. Todo esto ha sido también parte de la cooperación que ha existido entre las empresas y el sector.

En ese monitoreo de alertas por incendios, ¿hay algún punto del país en particular que genere preocupación?

No hay un punto específico, porque son muchos municipios en alerta y por todos hay cruce de infraestructura energética. Partimos de la información de las empresas y los reportes que nos hagan, pero no hay un punto específico identificado como el más problemático. Es un monitoreo constante.

Recientemente, el presidente Gustavo Petro anunció medidas especiales por los efectos que podría tener el Niño en el Amazonas. Si se genera estrés hídrico en esta región, ¿afectaría de alguna manera el nivel de los embalses?

Lo vemos muy lejano, porque los afluentes de los embalses no tienen influencia directa de lo que ocurra en esa zona. Nuestras cuencas hidrográficas obedecen a otro tipo de dinámicas, como lo que suceda sobre las cordilleras, sobre el río Magdalena y el río Cauca.

Un informe reciente de la Sociedad de Energías Renovables (SER) de Colombia asegura que hay proyectos de este tipo por 1.240 megavatios (MW) listos para entrar a operar. ¿Cuándo entran a hacer parte del sistema eléctrico del país?

Hay diferentes niveles del desarrollo de los proyectos. Cuando ya se encuentran en operación comercial, quiere decir que ya cumplieron una serie de pasos que exige el operador del sistema y que los hacen aptos ya para empezar a inyectar energía en nuestro sistema.

En lo corrido del 2023 tuvimos una cantidad de proyectos equivalentes a 250 MW que entraron en operación comercial. Pero, también hubo una serie de proyectos que entraron en etapa de pruebas, que es la cifra que compartió SER Colombia en su informe, y son los que uno piensa que pueden entrar en operación comercial en el corto plazo, aunque esperamos que se sigan incorporando muchos más.

¿Hay un tiempo estimado para que entren en etapa comercial?

No, no hay tiempos ni mínimos ni máximos. Esto lo reglamenta un acuerdo del Consejo Nacional de Operación que es el que verifica siguiendo unos reglamentos de la CREG y verificado por XM. Hay proyectos que se pueden demorar muy poco en pruebas, como hay otros que se demoran muchos meses. Eso depende de muchos factores. La UPME no tiene injerencia directa en esto, pero lo que sí hacemos es generar las condiciones para que las diferentes partes lleguen a acuerdos lo más pronto posible para que esos proyectos pasen de pruebas a operación comercial.

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