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Con un historial de represión de disidentes, Emiratos Árabes Unidos (EAU) acoge la Cumbre de Cambio Climático (COP28) en la que los activistas buscarán poner los derechos humanos y la justicia climática sobre la mesa, aunque con temores de que no puedan actuar y hablar todo lo alto que quisieran. (Lea Cómo el cambio climático podría empeorar las enfermedades causadas por hongos)
“Como anfitrión de la COP28, EAU debe proteger el espacio cívico durante la reunión y facilitar la participación activa de los observadores. Las meras garantías no bastan para disipar los temores muy reales de los activistas que tienen previsto viajar a Dubái”, señaló a EFE la directora de Programa de Justicia Climática, Económica y Social y Responsabilidad de las Empresas de Amnistía Internacional (AI), Marta Schaaf. (Lea
Emiratos cuenta con un “pésimo historial” en materia de derechos humanos, de acuerdo a las ONG, y hace más de una década que las autoridades emiratíes condenaron a 60 miembros de la sociedad civil emiratí a largas penas de prisión en un juicio masivo.
La legislación de EAU impone severas restricciones y castigos por el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica, además de múltiples disposiciones legales que castigan las críticas al sistema político, al gobierno y a los gobernantes. A esto se suma los temores a ser vigilados electrónicamente, algo de lo que Emiratos tiene historial.
“Las autoridades emiratíes han arrasado con su sociedad civil durante la última década. Han encerrado a activistas de derechos humanos, organizaciones independientes y disidentes políticos, han promulgado leyes represivas y han utilizado el sistema de justicia penal para eliminar cualquier disidencia”, indicó a EFE el director de Medio Ambiente de Human Rights Watch (HRW), Richard Pearshouse.
Emiratos ha prometido que habrá espacio disponible para que los activistas climáticos “se reúnan pacíficamente y hagan oír su voz”, en un espacio habilitado en la llamada Zona Verde, fuera de la Zona Azul, donde tienen lugar las negociaciones.
Sin embargo, al igual que ocurrió el año pasado en la COP27 en Sharm el Sheij (Egipto), se prevé que los activistas se concentren y movilicen dentro de la Zona Azul, que cae bajo mandato de la ONU, ante el temor de ser reprimidos en la Zona Verde, de jurisdicción emiratí.
“Hay una desconexión aterradora entre las vagas promesas de que ‘todo va a ir bien’ y el hecho de que decenas de defensores de los derechos humanos, activistas de la sociedad civil y disidentes políticos estén detenidos. La ONU firmó un acuerdo con las autoridades de EAU sobre la celebración de la conferencia, pero no es público. Debería serlo”, señaló Pearshouse.
Schaaf recordó que las organizaciones humanitarias internacionales, como Amnistía Internacional, no pueden entrar en el país para llevar a cabo actividades de investigación, y ningún procedimiento especial de la ONU ha podido realizar una visita a Emiratos desde 2014.
Debates políticos efectivos
“Un debate político efectivo requiere la participación de los más perjudicados por el cambio climático y evaluaciones significativas de la forma en que la política climática puede ayudar a remediar esa discriminación arraigada. Este debate sólo puede producirse en un entorno abierto e integrador, en el que se respeten, protejan y cumplan los derechos a la libertad de reunión, asociación y expresión”, aseveró Schaaf, algo que EAU “no cumple”.
Si el activista prodemocracia egipcio Alaa Abdelfatah fue el símbolo de la represión en la pasada COP27, en la conferencia de este año será, sin duda, Ahmed Mansoor.
Mansoor, galardonado en 2015 con el prestigioso premio Martin Ennals, fue detenido el 20 de marzo de 2017 y condenado a 10 años de prisión por “insultar el estatus y el prestigio de EAU y sus símbolos, incluidos sus líderes”, en represalia por su activismo pacífico en favor de los derechos humanos, incluso a través de sus publicaciones en las redes sociales.
“Ahmed Mansoor es posiblemente el defensor de los derechos humanos más conocido de EAU. Todos los gobiernos y organismos de la ONU que participan en esta conferencia deben pedir públicamente su liberación”, apuntó Pearshouse.
Al respecto, Schaaf afirmó que Emiratos “debe demostrar su compromiso declarado con la protección de los derechos humanos antes de la COP28 poniendo en libertad inmediata e incondicional a todas las personas detenidas arbitrariamente sólo por el ejercicio pacífico de sus derechos humanos o por motivos de discriminación, incluido el preso de conciencia Ahmed Mansoor”.
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