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Las aves, dicen los expertos, pueden ser los animales con las tasas más altas de monogamia que existen en el mundo. A diferencia de todas las especies de mamíferos, sin contar a los humanos, donde tan solo el 5 % tienen solo una pareja al tiempo, este porcentaje alcanza el 90 % en las aves. (Puede leer: Las apuestas de Petro y Lula da Silva de cara a la Cumbre Amazónica en agosto)
Sin embargo, en los últimos años, los científicos han notado que incluso las aves monógamas pueden romper su pareja. Este comportamiento, al igual que en los humanos, es conocido como divorcio. El problema, reconocen en un reciente estudio unos investigadores de universidades de China y Alemania, es que las razones de esos divorcios siguen siendo objeto de investigación y discusión.
Por eso, cuatro investigadores de la Universidad de Sun Yat-sen (China) y del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal (Alemania), analizaron estudios publicados sobre las tasas de divorcio de 186 especies de aves. Los resultados de su estudio fueron publicados hace unos días en la revista académica Proceedings of the Royal Society B. (Le puede interesar: Los círculos viciosos del cambio climático en América Latina que advierte la ONU)
En su investigación, buscaron la correlación que había entre la tasa de divorcio y tres factores: la “promiscuidad” de los sexos, es decir, la propensión a la poligamia; la distancia de la migración; y, por último, la mortalidad adulta.
Lo que encontraron fue la promiscuidad masculina, más no la femenina, tenía una relación positiva con la tasa de divorcios. “Cuando un macho es promiscuo, a menudo se percibe como una reducción de su compromiso, ya que su atención y sus recursos se dividen entre varias hembras. Esto puede hacerle menos atractivo como pareja y, por tanto, más propenso a ‘divorciarse’ en la siguiente temporada de cría”, le explicó a The Guardian Zitan Song, coautor de la investigación. (También puede leer: La científica que metió la biodiversidad colombiana en un laboratorio)
Otro factor que está influyendo en el divorcio de las aves, tiene que ver con la distancia de migración. Entre mayor sea el recorrido, más altas tasas de separación se presentan. “Después de migrar, las parejas pueden llegar a su destino de forma asincrónica, lo que lleva a una situación en la que el que llega antes puede aparearse con una pareja diferente, lo que da lugar a un ‘divorcio’”, le dijo Song al medio inglés.
Por último, los científicos no encontraron que existiera una correlación entre las tasas de divorcio y la mortalidad adulta. En otras palabras, este no es un factor que esté influyendo en la separación de las aves.