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El mundo debe acelerar la transición de la economía de carbono a la de energías limpias para frenar una catástrofe climática que ya causa 4,8 millones de muertes al año, alertó hoy el director de la Red Latinoamericana sobre Cambio Climático Klimaforum, Manuel Guzmán Hennessey.
La afirmación la hizo en un panel del Congreso de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas) que se celebra en Cartagena de Indias y que ha puesto en debate el uso de la energía y el cambio climático.
El experto manifestó que cuando se desarrolló el modelo energético actual, basado en combustibles fósiles, "nadie pensó en crear una economía para matar personas", pero la contaminación y el cambio climático causado por las emisiones de gases han generado una situación catastrófica.
"El problema de esta economía es que causa 4,8 millones de muertes cada año en el mundo", dijo Guzmán Hennessey, quien citó datos del Banco Mundial (BM) y agregó que si no se toman medidas ese escenario va a empeorar con un alto coste financiero y en vidas humanas.
Según el especialista, el mundo tiene que destinar el 1,7 % del producto interno bruto (PIB) global para atender catástrofes causadas por el cambio climático, por lo que no se está ante un problema de "buenos y malos" sino de toda la humanidad.
Agregó que, de seguir al ritmo actual, a partir de 2030 "los desastres del cambio climático van a llevar a la pobreza a unos 100 millones de personas" por los daños causados en la agricultura, las inundaciones y otros fenómenos debido al aumento de la temperatura del planeta.
"Si nosotros como civilización no somos capaces de detener esto, antes de 2030 vamos a tener que invertir el 3,2 % del PIB global en atender ya no 4,8 millones de muertes sino entre 6,5 y 7 millones de muertes cada año", enfatizó, basado en proyecciones del BM.
En un escenario más catastrófico, ese gasto podría subir al 10 % del PIB mundial, por lo que el experto se preguntó "¿qué economía resiste eso?, ¡tener que invertir eso en atender un desastre!".
Por ello, recomendó trabajar cuanto antes en la transición hacia energías limpias que permitan cumplir la meta del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los dos grados centígrados.
"La transición tiene que ser entre 2020 y 2030 porque si permitimos que las consecuencias del cambio climático deterioren de tal manera la economía global hasta el punto de tener que invertir el 10 % del PIB (en atender desastres), ¿de dónde vamos a sacar la plata para la transición?", añadió.
En su opinión, "un problema que representa 4,8 millones de muertes al año no es un tema de responsabilidad social sino de dinámica empresarial" y de los gobiernos porque se convierte ya en algo económico.
"La nueva responsabilidad de los empresarios representa una oportunidad para acelerar en la sociedad, con los medios, con la academia, una transición que no solo beneficia a todos sino que es indispensable que se acelere para detener la catástrofe climática que viene avanzando a paso acelerado", manifestó.
Por esa razón lamentó que grandes ciudades como Bogotá "no tengan hoy un plan ambicioso de transición hacia energías limpias", especialmente en su transporte público.
El Congreso de Naturgas concluye hoy después de tres días de debates sobre el uso del gas natural como combustible de transición entre el petróleo y el carbón, que son las fuentes más contaminantes, y las energías limpias.