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A pocos días de la presentación del informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) las consecuencias de los fenómenos climáticos se multiplican en varios puntos del planeta, con olas de calor, sequías, lluvias torrenciales o inundaciones. (Puede leer: Ocho meses de lluvia en un día: China examina los daños en Zhengzhou)
Se prevé que el sexto informe del IPCC aporte los fundamentos físicos del estado actual del planeta y los efectos del cambio climático, tras su aprobación en la 54 sesión del organismo de la ONU que inicia este lunes sus debates.
Esta información recogerá “todos los aspectos que afectan al clima, como el estado de los océanos, los cambios de temperatura o los eventos extremos”, ha explicado a EFE el técnico de Energía de la organización ecologista WWF, Sergio Bonati.
A partir de la publicación del informe relacionado con el calentamiento global de 1,5 grados, en octubre de 2018, “se ha visto que ha salido mayor documentación e información científica en general”, asegura Bonati, por lo que es previsible que “este informe dé más visibilidad al contexto del cambio climático”.
Porque el aumento de temperatura “altera el funcionamiento del clima a nivel mundial, produciendo estas situaciones que ahora llamamos extremas, pero que cada vez van a ser más normales, como el incremento de días que no precipita, lo que conlleva un riesgo asociado de sequía, incendios o de precipitaciones más fuertes”. (Le puede interesar: Cumplir los objetivos del clima podría crear ocho millones de empleos en 2050)
Los científicos prevén que los efectos climáticos “van a ir a más por las proyecciones que hay actualmente”: la temperatura media global va a seguir incrementándose a lo largo de las próximas décadas y a medida que se incrementa “van a ir aumentando los efectos del cambio climático”.
Menos lluvias y más calor
Y es lo que se está viendo ya en el área del Mediterráneo, donde según las previsiones científicas las temperaturas subirán más de un grado en relación con otras zonas del planeta.
En España se ha registrado un descenso de un 6 % de las precipitaciones en el último año hidrológico -desde el pasado 1 de octubre hasta la primera semana de julio-, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Actualmente, las cuencas de los ríos Guadiana y del Guadalquivir acumulaban en sus reservas de agua embalsada solo el 37,8 % y el 38,6 %, respectivamente.
En enero pasado, la borrasca Filomena descargó una nevada sin precedentes en el centro de España, que provocó el caos durante algunos días en Madrid, con la caída de árboles, el corte en varios servicios o la muerte de miles de animales de granja que no soportaron las mínimas temperaturas que se registraron.
Además, según un informe presentado el viernes pasado por Naturklima, la Fundación foral de Cambio Climático de Guipúzcoa, en el norte peninsular, la temperatura ha aumentado 1,2 grados en esa provincia desde 1970, periodo en el que se ha registrado los seis años con temperaturas más altas en esa área desde que existen registros.
Inundaciones en Europa
En el resto de Europa, hace pocos días, en Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos y Austria se han producido lluvias torrenciales que han dejado inundaciones con cientos de muertos, desaparecidos y daños incalculables, sobre todo en los dos primeros países. (Puede ver: En fotos: así se ve India tras paso de las lluvias monzónicas)
Aumento del nivel del mar
Por otro lado, la subida del nivel del mar está provocando el hundimiento de muchas islas como Vanuatu, en Oceanía, o las islas estadounidenses de Tangier, frente al estado de Virginia donde viven unas 500 personas, o la de Jean Charles, en el estado de Louisiana, de la que han tenido que salir sus habitantes.
En el Pacífico, los habitantes de las islas Kiribati, han pedido mayor acción y compromisos climáticos porque su territorio se hunde.
Según un informe de Save the Children presentado en abril pasado, más de 700 millones de niños viven en 45 países con riesgos de padecer fenómenos climáticos como sequías o huracanes.
Sequías e incendios forestales
Y sequías, altas temperaturas o incendios forestales son los que se están registrando en Norteamérica, concretamente en los estados de California y Oregon donde la falta de precipitaciones ha dejado sequías que han dado paso a incendios forestales calcinando decenas de miles de hectáreas, viviendas y provocado la evacuación de miles de personas.
Pero también en Canadá, donde este sábado se han llegado a registrar 400 incendios forestales en las provincias de Ontario y Columbia Británica, algo menos que días precedentes, pero han provocado la evacuación de miles de personas, tras el registro de temperaturas inusualmente altas desde finales de junio.
Y también en Latinoamérica, donde las sequías afectan a gran parte de Centroamérica provocando las migraciones climáticas hacia el norte, las lluvias torrenciales en Colombia con más de 10.000 familias damnificadas o los incendios en la Amazonía que están alterando el clima en todo el continente.
Sequías que afectan a millones de personas en África, poniendo en peligro su seguridad alimentaria y haciéndoles dependientes de la ayuda internacional.
En Angola, según alertó la semana pasada Amnistía Internacional, millones de personas en el sur del país están en riesgo de hambre severa y miles se han visto forzados a abandonar sus viviendas por la peor sequía en los últimos 40 años.
Desaparición de glaciares
Sin olvidar la desaparición de los glaciares en todo el mundo, fuente de agua para muchos agricultores y familias de áreas rurales.
Según Bonati, de estos efectos, “los más relevantes son el incremento del nivel del océano, la reducción y derretimiento de los glaciares, y la probabilidad de incremento de fenómenos climatológicos extremos”, como los que se ha visto en el norte de Europa y “quizá los que más impacto tienen en la población humana”.
Por ello, advierte de que “está en nuestra mano y de todos los países del mundo frenar el incremento de la temperatura para minimizar la probabilidad de estos sucesos”.
“No somos tan conscientes del aumento de la temperatura o del aumento del nivel del mar, la reducción o escasez de agua dulce. Sin embargo, impactos como el de Alemania son los que dan más visibilidad” al cambio climático”.
El secretario General de la ONU, Antonio Gutérres, ha alertado que “estamos al borde del abismo” por el cambio climático, y en Madrid, el pasado 2 de julio, alertó, en un panel junto a la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, de “la brecha de confianza” entre países desarrollados y en vía de desarrollo para afrontar la crisis climática.
Este domingo Gutérres exigió a los países del G20 más ambición en la lucha contra el cambio climático, incidiendo una vez más en que el planeta necesita del compromiso de las potencias económicas con la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados en este siglo.
La reunión de ministros de Medio Ambiente y Energía del G20 que se celebró en Nápoles (Italia) finalizó ayer sin un acuerdo en este ámbito.
En noviembre próximo está prevista la celebración de la Cumbre del Clima en Glasgow (Reino Unido), reunión en la que se prevé lograr un compromiso global para la reducción de las emisiones responsables del calentamiento global.