Glamping: acampar con lujo, pero de manera sostenible
JOHANN PEÑA es el fundador y gerente de Glamping Colombia, un concepto que une lo mejor de la naturaleza con la comodidad de un hotel cinco estrellas. Colombia, que tiene más de 270 de estos sitios, se convirtió en un referente internacional gracias a su riqueza natural.
María Angélica Hernández Cárcamo
Esta forma de negocio, que inició con las primeras expediciones de americanos y europeos a África, llegó a Colombia hace una década como una alternativa de turismo sostenible tanto en el plano económico como en el ambiental. En los últimos años, el concepto ha ido tomando poder en el ámbito nacional e internacional, tanto así, que el país se convirtió en un referente gracias a su riqueza natural.
Los alojamientos de glamping se caracterizan por estar al aire libre sin importar el escenario natural (bosque, desierto, selva), por estar alejados, por no utilizar materiales “fuertes” de la naturaleza y porque todos sus recursos, como el agua y la luz, son aprovechados de una manera limitada y cuidadosa para no afectar la zona intervenida, sino preservarla. Deben contar con una muy buena vista y ubicación con respecto al paisaje.
“En el país hay más de 270 sitios para glamping. Este concepto aprovecha los elementos de la naturaleza, su infraestructura se adecúa a ella, hace parte de un turismo no masivo y es versátil, puede ser destinado para experiencias románticas, de relajación, aventureras o gastronómicas”, manifestó Johann Peña, fundador y gerente de Glamping Colombia, que ganó en 2019 el Premio Nacional de Turismo de Procolombia (en la categoría de establecimiento de alojamiento), iniciativa tiene como objetivo exaltar las experiencias exitosas y las mejores prácticas del turismo en Colombia, además de fomentar una cultura de excelencia en la industria turística, orientada a la calidad y a la sostenibilidad.
Además, el glamping está inmerso en la población como una compañía que genera trabajo en donde no había nada y se sustenta de los propios recursos de la zona. “Es un modelo sostenible que ayuda tanto al medio ambiente como a la economía de una región. No es solo vivir la estancia sino la experiencia local, quedarte con algo de la zona”, indicó Peña.
Glamping Colombia está ubicado, desde hace cinco años, en el municipio de Guatavita (Cundinamarca), en el Embalse Tominé, en la vereda Tominé de Indios. Las personas aledañas le han sacado el mejor provecho a esta alternativa. “Fue un motor de desarrollo, mis propios vecinos se fortalecieron en el tema del turismo y hoy la zona cuenta con más de seis glamping alrededor”, afirmó el biólogo profesional, quien fue uno de los primeros en incursionar en este campo en el país. Peña ha asesorado a más de 60 empresas de este tipo.
Aunque muchas personas comparan el concepto con el de un hotel cinco estrellas, la situación no es así. Son dos experiencias totalmente diferentes porque cada uno genera su propio ambiente. En el glamping la persona está más cerca de la naturaleza pero con comodidades, mientras que en un hotel está inmerso en el ruido de la ciudad.
Existe una gran variedad de oferta: desde los más sencillos, que oscilan entre los $120 mil y $150 mil por noche, hasta los más elaborados que superan los $450 mil.
“Glamping Tour”
Es una selección de los mejores glamping del país recomendados por influenciadores de viajes y que quieren vivir una experiencia a otro nivel.
“Nuestro portal www.glampingtour.com se posiciona como el principal lugar web que reúne las mejores experiencias de glamping en el país. Al proporcionarle visibilidad a los nuevos emprendimientos aumentamos su mercado, generamos confianza y sostenibilidad en la ocupación”, manifestó Javier Jaramillo socio fundador de Glamping Tour.
De acuerdo con Jaramillo, hay muchos por incluir en el catálogo, pero la idea es hacerlo poco a poco. Además, asegura, que si bien el concepto es reconocido a nivel internacional, aún falta mucho en el ámbito nacional pues los entes como el Ministerio de Cultura no le prestan la atención necesaria porque “no es un rublo importante en el desembolso de hoteles”.
Gracias a la experiencia de este modelo de negocio, Jaramillo asegura que cada glamping que existe en el mercado cuenta con cualidades diferentes que ofrecen toda una gama de alternativas según su ubicación, clima y tipo de alojamiento.
“Ello le permite al cliente escoger, entre nuestras diferentes opciones, la que más se ajusta por tiempo, precio, distancia y comodidad”.
Tanto Peña como Jaramillo esperan que el concepto se posicione en el país para que así puedan mostrar una nueva forma de turismo ecológico y sostenible a las personas.
Esta forma de negocio, que inició con las primeras expediciones de americanos y europeos a África, llegó a Colombia hace una década como una alternativa de turismo sostenible tanto en el plano económico como en el ambiental. En los últimos años, el concepto ha ido tomando poder en el ámbito nacional e internacional, tanto así, que el país se convirtió en un referente gracias a su riqueza natural.
Los alojamientos de glamping se caracterizan por estar al aire libre sin importar el escenario natural (bosque, desierto, selva), por estar alejados, por no utilizar materiales “fuertes” de la naturaleza y porque todos sus recursos, como el agua y la luz, son aprovechados de una manera limitada y cuidadosa para no afectar la zona intervenida, sino preservarla. Deben contar con una muy buena vista y ubicación con respecto al paisaje.
“En el país hay más de 270 sitios para glamping. Este concepto aprovecha los elementos de la naturaleza, su infraestructura se adecúa a ella, hace parte de un turismo no masivo y es versátil, puede ser destinado para experiencias románticas, de relajación, aventureras o gastronómicas”, manifestó Johann Peña, fundador y gerente de Glamping Colombia, que ganó en 2019 el Premio Nacional de Turismo de Procolombia (en la categoría de establecimiento de alojamiento), iniciativa tiene como objetivo exaltar las experiencias exitosas y las mejores prácticas del turismo en Colombia, además de fomentar una cultura de excelencia en la industria turística, orientada a la calidad y a la sostenibilidad.
Además, el glamping está inmerso en la población como una compañía que genera trabajo en donde no había nada y se sustenta de los propios recursos de la zona. “Es un modelo sostenible que ayuda tanto al medio ambiente como a la economía de una región. No es solo vivir la estancia sino la experiencia local, quedarte con algo de la zona”, indicó Peña.
Glamping Colombia está ubicado, desde hace cinco años, en el municipio de Guatavita (Cundinamarca), en el Embalse Tominé, en la vereda Tominé de Indios. Las personas aledañas le han sacado el mejor provecho a esta alternativa. “Fue un motor de desarrollo, mis propios vecinos se fortalecieron en el tema del turismo y hoy la zona cuenta con más de seis glamping alrededor”, afirmó el biólogo profesional, quien fue uno de los primeros en incursionar en este campo en el país. Peña ha asesorado a más de 60 empresas de este tipo.
Aunque muchas personas comparan el concepto con el de un hotel cinco estrellas, la situación no es así. Son dos experiencias totalmente diferentes porque cada uno genera su propio ambiente. En el glamping la persona está más cerca de la naturaleza pero con comodidades, mientras que en un hotel está inmerso en el ruido de la ciudad.
Existe una gran variedad de oferta: desde los más sencillos, que oscilan entre los $120 mil y $150 mil por noche, hasta los más elaborados que superan los $450 mil.
“Glamping Tour”
Es una selección de los mejores glamping del país recomendados por influenciadores de viajes y que quieren vivir una experiencia a otro nivel.
“Nuestro portal www.glampingtour.com se posiciona como el principal lugar web que reúne las mejores experiencias de glamping en el país. Al proporcionarle visibilidad a los nuevos emprendimientos aumentamos su mercado, generamos confianza y sostenibilidad en la ocupación”, manifestó Javier Jaramillo socio fundador de Glamping Tour.
De acuerdo con Jaramillo, hay muchos por incluir en el catálogo, pero la idea es hacerlo poco a poco. Además, asegura, que si bien el concepto es reconocido a nivel internacional, aún falta mucho en el ámbito nacional pues los entes como el Ministerio de Cultura no le prestan la atención necesaria porque “no es un rublo importante en el desembolso de hoteles”.
Gracias a la experiencia de este modelo de negocio, Jaramillo asegura que cada glamping que existe en el mercado cuenta con cualidades diferentes que ofrecen toda una gama de alternativas según su ubicación, clima y tipo de alojamiento.
“Ello le permite al cliente escoger, entre nuestras diferentes opciones, la que más se ajusta por tiempo, precio, distancia y comodidad”.
Tanto Peña como Jaramillo esperan que el concepto se posicione en el país para que así puedan mostrar una nueva forma de turismo ecológico y sostenible a las personas.