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Su declaración se da semanas después de que el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, le pidiera al Consejo Nacional de Estupefacientes “evaluar la política vigente de erradicación de cultivos ilícitos” y “considerar explícitamente la conveniencia de reanudar la aspersión aérea”.
Santos explicó en el foro que para tomar la decisión de suspender la aspersión se tuvieron en cuenta estudios sobre los impactos que tiene en la salud pública y su inefectividad a la hora de combatir las siembras ilegales y la economía del narcotráfico.
También señaló que Colombia era el único país del mundo que utilizaba la aspersión para erradicar este tipo de cultivos, una decisión que afectó la relación con los países vecinos y que, además, no significaba una solución estructural para el problema.
Martínez, por su parte, solicitó una reunión extraordinaria del Consejo Nacional de Estupefacientes para hacerle frente al incremento de cultivos en el país, los cuales se dispararon en el 2014 y 2015 con un 39 % de aumento, según la Oficina de las Naciones Contra la Droga y el Delito (Unodc).
Desde varias carteras los ministros encargados expresaron su rechazo a las aspersiones aéreas, sobre todo las relacionadas con glifosato. Alejandro Gaviria, ministro de Salud, recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera esta sustancia como posiblemente cancerígena, y Luis Gilberto Murillo, ministro de Ambiente, señaló que, además de las consecuencias que podría tener la aspersión con glifosato en la salud de las personas, el impacto sobre el medioambiente es negativo.