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Hasta hace dos años China era considerado el país más contaminante del planeta. Su industria era la responsable de emitir una cantidad de CO2 que superaba la de 28 países de la Unión Europea sumados. Ese asunto obligó a esta nación a reciclar su dióxido de carbono a cambio de servicios económicos. Un acuerdo que resultó bien hasta este año, cuando Greenpeace alertó sobre el aumento de emisiones de dióxido de carbono en un 3% durante el pasado año.
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Este incremento se dio pese a la fuerte inversión en energías renovables del país asiático. Se trata del “mayor aumento en emisiones de CO2 desde 2013“, según un informe de Greenpeace, redactado por la experta en energías renovables Lauri Myllyvirta. De acuerdo con el científico, "es probable que el crecimiento del 1% en el uso del carbón (del que informó la oficina estadística de China) se quede corto“, explicó Myllyvirta a Efe, ya que la producción hullera china aumentó 4,5 % en 2018 -en 2017 había subido 3,3 %-, además del aumento en la importación de esta materia.
Esta subida de la producción se registró, según Greenpeace, sobre todo por el incremento de la demanda para la generación de energía (en torno al 60% de la electricidad en China se produce a partir de carbón), que a su vez se deriva de una mayor demanda de energía del sector de la construcción en el país asiático.
El único dato sobre la evolución de las emisiones contaminantes de CO2 que ofrecen las autoridades chinas en el informe publicado esta semana indica que éstas se redujeron en un 4% en comparación con 2017.
La fórmula china para medir las emisiones
Esto se debe a la fórmula escogida por Pekín, que mide las emisiones por cada 10.000 yuanes (1.495 dólares o 1.313 euros) de su PIB, el cual creció el pasado año un 6,6 %, con lo que en términos totales las emisiones de dióxido de carbono habrían aumentado, como sostiene la organización ecologista.
No obstante, Greenpeace celebró que las estadísticas publicadas por el Gobierno chino muestren una caída de la energía generada por combustibles fósiles hasta el 70 % del total, con un 8 % producida por medios eólicos y fotovoltaicos.