Hace 40 millones de años, los ancestros de las ballenas vivían como los manatíes de hoy
Estas especies de ballenas vivieron durante la era del Eoceno medio (hace aproximadamente 40 millones de años) en la actual Europa, América del Norte y África.
Hace cerca de 40 millones de años, en la Tierra habitaban unas especies de ballenas conocidas como Pachycetus paulsonii, Pachycetus wardii y Antaecetus aithai. Con el tiempo, sus características fueron recopiladas todas en una sola especie llamada Antaecetus. De acuerdo con los varios científicos, vivieron durante la era del Eoceno medio en la actual Europa, América del Norte y África. (Lea: Reconstrucción facial revela cómo pudo haber sido una mujer de la edad de piedra)
Recientemente, un grupo de investigadores analizó los restos óseos de varios ejemplares que fueron recopilados desde principios de la década de 1870 en Alemania, Ucrania y otros lugares de Europa y el norte de África. Encontraron algo inusual: estas ballenas extintas eran parecidas a los manatíes
Philip Gingerich, paleontólogo de la Universidad de Michigan, explicó a Popular Science que “la vida en el pasado a menudo era diferente de lo que vemos vivir en la tierra hoy. Hay muchos animales extraños e inesperados representados por fósiles, y hay muchos misterios y sorpresas interesantes en el pasado geológico aún por descubrir”.
Ese es el caso de esta ballena. Para el estudio, publicado en la revista PLoS One, los investigadores vincularon múltiples fósiles que no eran tan conocidos y que estaban incompletos. Luego, plantearon la hipótesis de que estas ballenas eran nadadoras lentas similares a los manatíes y vivían en mares costeros poco profundos. (Puede leer: En China encontraron los restos del pez con mandíbula más antiguo que se conoce)
Algo inusual llamó la atención del equipo: “el pequeño tamaño del cráneo y la delicadeza de los dientes para un animal con vértebras tan grandes y densamente mineralizadas”, anotó Gingerich. También encontraron que Antaecetus fue posiblemente un depredador, una característica que determinaron por la densidad de sus huesos de la espalda, o vértebras.
Según contó Gingerich el tamaño de sus huesos en esta zona le proporcionaba a la ballena la fuerza y la inercia suficiente para poder derribar a sus presas. Su estructura ósea, además, “apunta a una dieta de algo relativamente suave y fácil de emboscar y masticar, posiblemente pulpo, calamar o sepia”, dijo.
“Los paquicetinos probablemente eran nadadores parecidos a los manatíes, lentos, impulsados por el torso y la cola, que se alimentaban en la zona nerítica poco profunda de los mares costeros, acechando para emboscar a los peces e invertebrados móviles, y subiendo a la superficie cuando era necesario para respirar”, concluyeron los investigadores en el estudio. (Lea también: Encuentran restos fósiles del cráneo de un neandertal que vivió hace 60.000 años)
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Hace cerca de 40 millones de años, en la Tierra habitaban unas especies de ballenas conocidas como Pachycetus paulsonii, Pachycetus wardii y Antaecetus aithai. Con el tiempo, sus características fueron recopiladas todas en una sola especie llamada Antaecetus. De acuerdo con los varios científicos, vivieron durante la era del Eoceno medio en la actual Europa, América del Norte y África. (Lea: Reconstrucción facial revela cómo pudo haber sido una mujer de la edad de piedra)
Recientemente, un grupo de investigadores analizó los restos óseos de varios ejemplares que fueron recopilados desde principios de la década de 1870 en Alemania, Ucrania y otros lugares de Europa y el norte de África. Encontraron algo inusual: estas ballenas extintas eran parecidas a los manatíes
Philip Gingerich, paleontólogo de la Universidad de Michigan, explicó a Popular Science que “la vida en el pasado a menudo era diferente de lo que vemos vivir en la tierra hoy. Hay muchos animales extraños e inesperados representados por fósiles, y hay muchos misterios y sorpresas interesantes en el pasado geológico aún por descubrir”.
Ese es el caso de esta ballena. Para el estudio, publicado en la revista PLoS One, los investigadores vincularon múltiples fósiles que no eran tan conocidos y que estaban incompletos. Luego, plantearon la hipótesis de que estas ballenas eran nadadoras lentas similares a los manatíes y vivían en mares costeros poco profundos. (Puede leer: En China encontraron los restos del pez con mandíbula más antiguo que se conoce)
Algo inusual llamó la atención del equipo: “el pequeño tamaño del cráneo y la delicadeza de los dientes para un animal con vértebras tan grandes y densamente mineralizadas”, anotó Gingerich. También encontraron que Antaecetus fue posiblemente un depredador, una característica que determinaron por la densidad de sus huesos de la espalda, o vértebras.
Según contó Gingerich el tamaño de sus huesos en esta zona le proporcionaba a la ballena la fuerza y la inercia suficiente para poder derribar a sus presas. Su estructura ósea, además, “apunta a una dieta de algo relativamente suave y fácil de emboscar y masticar, posiblemente pulpo, calamar o sepia”, dijo.
“Los paquicetinos probablemente eran nadadores parecidos a los manatíes, lentos, impulsados por el torso y la cola, que se alimentaban en la zona nerítica poco profunda de los mares costeros, acechando para emboscar a los peces e invertebrados móviles, y subiendo a la superficie cuando era necesario para respirar”, concluyeron los investigadores en el estudio. (Lea también: Encuentran restos fósiles del cráneo de un neandertal que vivió hace 60.000 años)
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