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Si usted alguna vez ha visto una cabra caminando por el sendero de un abismo en una montaña de nieve en algún programa de televisión, y ha pensado sobre cómo es posible que ese animal no se ruede por la nieve, sepa lo siguiente: en realidad si se caen, y mucho. Un grupo de investigadores siguió durante 17 años a cuatro poblaciones de cabra de las Rocosas (Oreamnos americanus). Utilizando datos de GPS, revelaron que las avalanchas de nieve causaron entre el 23% y el 65% de toda la mortalidad, según el área de la población. Los resultados se publican en un estudio en la revista Communications Biology.
Las cabras de las Rocosas, también conocidas como cabra blanca, son animales herbívoros que se caracterizan por su pelaje grueso y denso, pezuñas adaptadas para escalar rocas y sus imponentes cuernos, especialmente en los machos. Son excelentes escaladores y se mueven con destreza por terrenos escarpados en busca de alimento, como hierbas, hojas y brotes. Se encuentra en las regiones montañosas de América del Norte, como las Montañas Rocosas y otras cordilleras del oeste de Estados Unidos y Canadá.
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En esta investigación, los autores se concentraron en las cabras y su entorno en el sureste de Alaska, EE. UU. Las montañas costeras de esa zona “se caracterizan por una topografía escarpada y accidentada, con actividad de avalanchas observada en toda la gama vertical del hábitat ocupado por las cabras”, detallan los autores en la investigación. Para entender cómo afectan las avalanchas a estos animales, equiparon a 421 individuos de cuatro grupos con dispositivos de seguimiento por GPS y collares de radio de alta frecuencia durante 17 años (lo que equivale a 1218 años en total de seguimiento de cabras).
Descubrieron que las avalanchas constituyen una fuente importante de mortalidad, ya que representan del 23 al 65% de la mortalidad anual promedio, dependiendo de la población. Estas mortalidades incluyeron predominantemente (61%) individuos de edad óptima (de 4 a 9 años), tanto para hembras (54%) como para machos (67%), individuos que de otro modo tendrían altas tasas de supervivencia y contribución reproductiva. Comparado con otros peligros como la depredación (donde muchos intentos de caza terminan en escape) y la escasez de comida en invierno (que se puede mitigar con aprendizaje y cambios en el comportamiento), las avalanchas representan un problema más difícil de resolver, creen los científicos.
Esto se debe, explican, a que las avalanchas tienen resultados catastróficos desde el principio, lo que limita la oportunidad de aprender a evitarlas mediante la experiencia. Además, agregan, es complicado adaptarse a este peligro porque es difícil entender cómo y cuándo sucederá una avalancha, y estas situaciones no están relacionadas con nuestras respuestas naturales aprendidas.
“Nuestra hipótesis es que los eventos de mortalidad por avalanchas supuestamente estocásticos estarían relacionados, en conjunto y entre poblaciones, con la cantidad de tiempo que las cabras pasan en terreno de avalanchas durante los meses con capa de nieve”, es decir, los científicos creen que la cantidad de tiempo que las cabras pasan en áreas propensas a avalanchas durante los meses con nieve está relacionada con la probabilidad de que ocurran eventos de mortalidad por avalanchas.
Ahora, en esta ecuación podría tener algo que ver el cambio climático. Las cabras eligen terrenos empinados para evitar a los depredadores, pero estas mismas áreas son las más propensas a las avalanchas. Si las cabras pasan mucho tiempo en zonas de avalanchas, estas áreas podrían convertirse en una trampa, donde el riesgo supera los beneficios. Este tipo de trampas, dicen los científicos en su artículo, se asocia más comúnmente con cambios rápidos y directos en el paisaje causados por humanos, pero en este caso, las avalanchas podrían actuar como una trampa ecológica más sutil, relacionada con cambios estacionales en la nieve en las montañas. “Se desconoce si el cambio climático podría estar detrás de la pronunciada mortalidad causada por avalanchas que observamos y cómo”, se puede leer.
Pero, agregan los autores, es necesario estudiar cómo ese cambio en las condiciones de nieve de las montañas producido por el cambio climático podría afectar a las cabras en el futuro.
“Independientemente de los detalles aún desconocidos, los impactos del cambio climático en las características de la nieve cobrarán gran importancia en el futuro de los ungulados de montaña. Cambiará la ocurrencia espacial y temporal de avalanchas, con implicaciones para la exposición y el atrapamiento. El calentamiento intensificará las precipitaciones extremas durante el invierno y aumentará la aparición de eventos de lluvia sobre nieve, los cuales contribuyen a la inestabilidad de la capa de nieve y la liberación de avalanchas”, se lee en el estudio. (Puede ver: Científicos documentan caso de orangután que elaboró ungüento para curarse una herida)
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