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Los científicos saben que las diferencias en la habilidad de extraer alimentos ricos en calorías y nutrientes pueden influir en el gasto de energía de los animales, en especial, de los primates y, además, afectar cómo aprenden unos de otros. Es decir, si un individuo es menos eficiente o más lento que otros de su grupo en realizar tareas de búsqueda de alimento, tendrá mucha menos energía y tiempo disponible para actividades que también son importantes para su supervivencia, como buscar pareja, defenderse o cuidar a sus crías. Esto genera una desventaja en comparación con otros individuos más habilidosos.
Entender por qué algunos individuos son más hábiles que otros en estas tareas tan básicas para su supervivencia ayuda a los científicos a identificar factores que influyen en el éxito evolutivo, como la energía disponible, la transmisión de conocimientos y la adaptación al entorno.
Los científicos han observado que las diferencias en la forma en que los animales usan herramientas dejan rastros. Esto es evidente en actividades como romper objetos con piedras, donde los rastros pueden variar según la habilidad del individuo. Es decir, los animales no solo utilizan herramientas, sino que también dejan marcas o huellas de su destreza y conocimiento al usarlas.
Un ejemplo de esto último son los monos capuchinos barbudos, que al romper nueces con piedras generan fragmentos de roca (llamados lascas) de forma involuntaria. La cantidad de estas lascas depende de la habilidad del mono que usa la herramienta: los más torpes producen más golpes fallidos y, por lo tanto, más fragmentos. En un nuevo estudio publicado en Nature, se plantea que las habilidades individuales en el uso de herramientas, como romper nueces con piedras, son consistentes a lo largo de la vida y están influenciadas por la edad, más allá de factores como el sexo o el tamaño del grupo, en algunos chimpancés.
Los investigadores estudiaron a 21 chimpancés adultos (de al menos 6 años) en Bossou, Guinea, durante 25 años (de 1992 a 2017). Usaron videos para observar cómo cada chimpancé utilizaba herramientas de piedra, específicamente, para romper nueces de palma aceitera. En total, recopilaron datos de 3,882 veces que los chimpancés rompieron nueces, lo que sumó más de 800 horas de observación. Esto les permitió ver cómo variaban las habilidades de cada chimpancé al usar estas herramientas.
Durante todo este tiempo, registraron un total de 3,882 intentos de romper nueces. Los resultados mostraron que en la mayoría de los intentos (83%), los chimpancés lograron sacar una nuez completa. Sin embargo, un pequeño porcentaje (8%) no tuvo éxito, y otro 8% solo logró romper parcialmente la nuez. Los investigadores también encontraron que había diferencias significativas entre los chimpancés en la forma en que usaban las herramientas, lo que incluía la duración del proceso, la cantidad de golpes que daban, el éxito que obtenían y la cantidad de veces que cambiaban de herramienta.
Al analizar estas diferencias, descubrieron que la edad y el sexo de los chimpancés influían en su rendimiento. Por ejemplo, los chimpancés más viejos tendían a ser menos eficientes en ciertas tareas, como cambiar de herramienta, mientras que los más jóvenes eran más rápidos y eficaces. Además, los chimpancés machos tendían a cambiar de herramienta más frecuentemente que las hembras. Los investigadores también evaluaron si la eficiencia cambiaba con el tiempo, y encontraron que algunos chimpancés mantenían una eficiencia similar a lo largo de los años, mientras que otros mejoraban o empeoraban.
En detalle, la investigación apunta a que la eficiencia de los chimpancés al romper nueces se mantiene estable a lo largo del tiempo, y que estas diferencias podrían estar relacionadas con factores cognitivos o motores. Esto podría tener un impacto en otras conductas importantes, como la defensa o el cuidado social. Sin embargo, no se puede establecer con certeza si una mayor eficiencia al cascar nueces mejora directamente la aptitud física o la longevidad de un chimpancé, ya que otros factores influyen.
Por otro lado, se encontró que la edad de los chimpancés afecta su rendimiento al romper nueces: los más viejos tienden a ser menos rápidos, pero tienen una mejor selección de herramientas. La investigación sugiere que la eficiencia mejora hasta los 11 años y que las hembras no son necesariamente más eficientes que los machos, lo que podría depender de factores específicos de la población estudiada. Finalmente, la investigación tiene algunas limitaciones, como el hecho de que solo se estudió a los chimpancés durante la estación seca, cuando la fruta está más disponible, lo que puede no ser representativo de todo el año.
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