La contaminación del aire podría aumentar la pérdida ósea en las mujeres
Un estudio de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, afirmó que gases como el óxido nitroso (N2O) podría incrementar el desarrollo de osteoporosis en mujeres postmenopáusicas.
Un estudio de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, afirmó que la contaminación del aire está asociada a la pérdida ósea en mujeres postmenopáusicas. La investigación, dirigida por científicos de la Escuela Mailman y publicada en la revista eClinicalMedicine, señaló que esa condición podría incrementar el riesgo de desarrollar osteoporosis, enfermedad en la que los huesos se vuelven frágiles y más propensos a fracturas.
En Estados Unidos, la osteoporosis afecta más a las mujeres que a hombres: el 80% de los 10 millones de habitantes con esta enfermedad mujeres. Además, aquellas que ya pasaron por su menopausia corren mayor riesgo, pues una de cada dos mujeres mayores de 50 años sufre una fractura debido a esta fragilidad en los huesos.
Otro factor de riesgo, según los investigadores, es la contaminación ambiental que podría tener efectos en los huesos que conforman la columna lumbar. Allí, el óxidos nitroso -un tipo de gas volátil e incoloro- resultó el doble de perjudicial para el envejecimiento normal (Lea también: Alerta de Google llegó antes de sentir el temblor en Colombia, ¿cómo instalarla?).
¿Cómo se realizó el estudio?
Durante 6 años, los investigadores analizaron datos recogidos de un grupo étnicamente diverso de 161.808 mujeres que ya habían pasado por la menopausia. Los cálculos del análisis inclueron la exposición a la contaminación atmosférica según los domicilios de las participantes.
Utilizaron absorciometría de rayos X de energía dual para medir la densidad mineral ósea en el momento de la inscripción y en el seguimiento al año uno, al año tres y al año seis.
“Nuestros resultados confirman que la mala calidad del aire puede ser un factor de riesgo de pérdida ósea, independientemente de factores socioeconómicos o demográficos”, afirmó el primer autor del estudio, el doctor Diddier Prada, científico investigador asociado del Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental de la Escuela de Salud Pública Mailman de Columbia.
Es por ello que, por primera vez, el científico afirma que se tienen pruebas de que “los óxidos de nitrógeno contribuyen en gran medida al daño óseo, del que la columna lumbar es más susceptible”.
Otro de los coautores, Andrea Baccarelli, jefe del Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental de la Universidad de Columbia, enfatizó en que las mujeres deberían convivir en ambientes más libres de contaminación atmosférica, y que los esfuerzos adicionales “deben centrarse en la detección de las personas con mayor riesgo de daño óseo relacionado con las condiciones del aire”, puntualizó Baccarelli.
La exposición a la contaminación atmosférica también tiene otros efectos perjudiciales para la salud humana. Está asociada al estrés oxidativo y a la inflamación de las células humanas. Esas alteraciones pueden sentar las bases de enfermedades crónicas y cáncer. En 2013, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó a la contaminación atmosférica como carcinógeno humano.
Un estudio de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, afirmó que la contaminación del aire está asociada a la pérdida ósea en mujeres postmenopáusicas. La investigación, dirigida por científicos de la Escuela Mailman y publicada en la revista eClinicalMedicine, señaló que esa condición podría incrementar el riesgo de desarrollar osteoporosis, enfermedad en la que los huesos se vuelven frágiles y más propensos a fracturas.
En Estados Unidos, la osteoporosis afecta más a las mujeres que a hombres: el 80% de los 10 millones de habitantes con esta enfermedad mujeres. Además, aquellas que ya pasaron por su menopausia corren mayor riesgo, pues una de cada dos mujeres mayores de 50 años sufre una fractura debido a esta fragilidad en los huesos.
Otro factor de riesgo, según los investigadores, es la contaminación ambiental que podría tener efectos en los huesos que conforman la columna lumbar. Allí, el óxidos nitroso -un tipo de gas volátil e incoloro- resultó el doble de perjudicial para el envejecimiento normal (Lea también: Alerta de Google llegó antes de sentir el temblor en Colombia, ¿cómo instalarla?).
¿Cómo se realizó el estudio?
Durante 6 años, los investigadores analizaron datos recogidos de un grupo étnicamente diverso de 161.808 mujeres que ya habían pasado por la menopausia. Los cálculos del análisis inclueron la exposición a la contaminación atmosférica según los domicilios de las participantes.
Utilizaron absorciometría de rayos X de energía dual para medir la densidad mineral ósea en el momento de la inscripción y en el seguimiento al año uno, al año tres y al año seis.
“Nuestros resultados confirman que la mala calidad del aire puede ser un factor de riesgo de pérdida ósea, independientemente de factores socioeconómicos o demográficos”, afirmó el primer autor del estudio, el doctor Diddier Prada, científico investigador asociado del Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental de la Escuela de Salud Pública Mailman de Columbia.
Es por ello que, por primera vez, el científico afirma que se tienen pruebas de que “los óxidos de nitrógeno contribuyen en gran medida al daño óseo, del que la columna lumbar es más susceptible”.
Otro de los coautores, Andrea Baccarelli, jefe del Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental de la Universidad de Columbia, enfatizó en que las mujeres deberían convivir en ambientes más libres de contaminación atmosférica, y que los esfuerzos adicionales “deben centrarse en la detección de las personas con mayor riesgo de daño óseo relacionado con las condiciones del aire”, puntualizó Baccarelli.
La exposición a la contaminación atmosférica también tiene otros efectos perjudiciales para la salud humana. Está asociada al estrés oxidativo y a la inflamación de las células humanas. Esas alteraciones pueden sentar las bases de enfermedades crónicas y cáncer. En 2013, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó a la contaminación atmosférica como carcinógeno humano.