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La electricidad natural de su cuerpo podría estar siendo un imán para las garrapatas

Las garrapatas son atraídas por estos campos eléctricos a través de espacios de aire de varias longitudes corporales. Un nuevo estudio dice que es probable que esto aumente la eficiencia de búsqueda de huéspedes de las garrapatas y otros ectoparásitos.

01 de julio de 2023 - 04:33 p. m.
Estos hallazgos abren una nueva dimensión a nuestra comprensión de cómo las garrapatas, y posiblemente muchos otros organismos terrestres, encuentran y se adhieren a sus huéspedes o vectores. /Getty
Estos hallazgos abren una nueva dimensión a nuestra comprensión de cómo las garrapatas, y posiblemente muchos otros organismos terrestres, encuentran y se adhieren a sus huéspedes o vectores. /Getty
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La mayoría de los animales terrestres, incluidos los humanos, acumulan naturalmente cargas electrostáticas y esto lo notamos cuando esas cargas interactúan con nuestro entorno. Sin embargo, aún se desconoce mucho sobre cómo esta electricidad estática que se produce naturalmente influye en la ecología y la historia de vida de los organismos. Un grupo de investigación de la Universidad de Bristol en Inglaterra sugiere en un estadio reciente en Current Biology que parásitos como las garrapatas son atraídos por esas fuerzas.

Para probar inicialmente la capacidad de los animales cargados para atraer garrapatas con fuerzas electrostáticas, ninfas vivas de I. ricinus (garrapata común) se sostuvieron con una especie de pinzas de acero inoxidable y se acercaron a patas de conejo y superficies acrílicas cargadas eléctricamente. Las garrapatas fueron atraídas fácilmente a través de espacios de aire de hasta varios milímetros o centímetros sobre estas superficies cargadas estáticamente. Esto ya demostró para los investigadores que la atracción electrostática de las garrapatas sobre los huéspedes existe y puede tener lugar en grandes espacios.

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Pero, ¿funciona esto igual en espacios naturales? Los investigadores produjeron varios modelos computacionales que estimaron la estructura y la fuerza de las interacciones eléctricas entre los anfitriones cargados y la vegetación sobre la que buscan las garrapatas. Estos modelos muestran que el entorno de una garrapata es eléctricamente vibrante. Por ejemplo, el estudio estimó el campo eléctrico de una vaca y encontró que los puntos más calientes de ese campo están alrededor de la nariz, la cola y las extremidades, justamente las partes del cuerpo en las que hay más probabilidades de encontrar garrapatas.

“Nuestros resultados muestran que los huéspedes con carga electrostática que pasan a unos pocos milímetros de una garrapata, pero sin hacer contacto directo, pueden generar condiciones eléctricas que mejoran la capacidad de las garrapatas para cerrar la brecha y establecer contacto con éxito”, se puede leer en el artículo. Es decir, el campo eléctrico aumenta la capacidad efectiva de la garrapata de hacer contacto con su huésped. Sin ese campo, es probable, dicen los científicos, que saltar no le bastara al animal.

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La investigación también estima que la atracción electrostática ayude a asegurar la adherencia inicial de las garrapatas a la superficie del huésped, permitiendo más tiempo de contacto mientras las garras se adhieran completamente. Pero no todo son malas noticias. Los investigadores creen que esto abre nuevas vías de investigación destinadas a mitigar el efecto de las garrapatas y las enfermedades transmitidas por esos animales en la naturaleza y la sociedad.

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