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Cuando usted entra a WhatsApp, en la sección de emojis hay un grupo dedicado enteramente a animales, plantas y otros organismos de la naturaleza. (Le puede interesar: Los gatos domésticos cazan a más de 2.000 especies de animales en el mundo)
En varias plataformas parecen estar organizados por orden de popularidad. Así, aparecen primero el perro y el gato, las mascotas más distribuidas en el mundo, seguidos por el ratón, el conejo, el zorro, el oso, el panda y, cómo no, el koala.
Más adelante, aparecen otros animales como una araña, una lagartija, una mosca y algo que parece ser una lombriz de tierra. También aparecen especies de flora, como un cactus, un par de árboles y plantas. Solo hay un coral y un hongo. ¿Alguna vez se ha preguntado por qué?
Un grupo de investigadores italianos, liderados por Mattia Falaschi, investigador de la Universidad de Milán, analizaron la falta de representación que hay de algunos grupos de seres vivos en los emojis que se utilizan en la comunicación digital, y la sobrerrepresentación de otros. El estudio fue publicado el pasado lunes en la revista iScience. (Le recomendamos: Acuerdo de la COP28, ¿una puerta para dejar los combustibles fósiles en Colombia?)
Utilizando una base de datos que reúne los emojis de diferentes plataformas como Facebook, WhatsApp, Skype, y el sistema operativo iOS, llamada Emojipedia, analizaron cuántos emojis relacionados con la naturaleza hay y cómo se distribuyen.
Encontraron que esta sección incluye 214 emojis, dentro de los que hay 150 “organismos existentes identificables (animales, plantas, hongos o microroganismos)”. Como hay organismos representados por más de un emoji, los investigadores clasificaron un total de 112 organismos, compuestos por 92 animales y 20 plantas, hongos u otros organismos. Allí encontraron una primera falta de representación.
Si bien sí hay más especies descritas de animales (1.503.500 en total) que de plantas y hongos, la proporción en emojis es mucho más alta que lo que se encuentra en la realidad. De unas 398.000 especies de plantas descritas, apenas se encontraron 16 emojis de estas. Y de 290.000 especies de hongos conocidas, apenas hay un emoji. (También puede leer: Océanos verdes, ¿el futuro que nos espera?)
Pero, el problema no solo estaba allí. Al profundizar en los animales, también encontraron que hay una subrrepresentación de algunos grupos. Los vertebrados, grupo dentro del que se encuentran los mamíferos, las aves, los reptiles, los anfibios, los peces óseos y los peces cartilaginosos, tienen alrededor de 65.000 especies descritas. Mientras tanto, los artrópodos, que son el grupo de animales más grande y diverso del mundo, tienen más de 1.300.000 especies descritas.
Esto no se refleja en la distribución de emojis, en donde el 76 % corresponden al grupo de vertebrados, frente a un 16 % de emojis para los artrópodos. Si se toman en cuenta los moluscos, que tienen más de 84.000 especies descritas, estos apenas tienen un 4 % de los emojis de animales.
Lejos de ser una discusión sin importancia, los investigadores mostraron que la proporción de importancia que se le da a algunos grupos de animales en la comunicación digital es apenas un reflejo de la relevancia que tienen para la conservación. (Le puede interesar: Estos son los principales logros (y vacíos) del acuerdo que sellaron en la COP28)
La distribución de emojis es muy similar a la distribución en número de animales que son tenidos en cuenta por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. También, algunos animales que son tenidos en cuenta, como los pandas, suelen acaparar grandes cantidades de recursos que podrían destinarse a otras especies menos populares y en mayor riesgo, como algunos anfibios.
Aunque los autores reconocen que entre 2015 y 2021 hubo un aumento significativo de representatividad en grupos de organismos vivos, consideran que hace falta avanzar hacia una mayor visibilidad de algunos de esos. Por ejemplo, los corales, que se encuentran en riesgo en gran parte del mundo, apenas fueron incluidos con un emoji en 2021.
Además, la inclusión de nuevos emojis, explica la investigación, está guiada por criterios que privilegian la popularidad, como el número de búsquedas en internet. Esto dificultaría más la inclusión de diferentes grupos poco conocidos, pero importantes para la conservación de la biodiversidad.
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