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Desde que se firmó el acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc, es mucho lo que se ha especulado sobre los beneficios o riesgos que afrontará el medio ambiente en Colombia. Los bosques, se ha advertido, podrían estar en riesgo con la llegada del Estado y su infraestructura a las zonas que históricamente fueron abandonadas. Pero estudiar más a fondo la biodiversidad, también, es una oportunidad que se abre con el fin del conflicto.
Es por esto que, durante el 2016, el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI, adelantó un estudio para conocer la abundancia de población de fauna silvestre en zonas que antes estaban dominadas por este grupo guerrillero. Específicamente, se rastrearon especies en áreas ubicadas al noroccidente de Guaviare, el occidente de Caquetá y el norte de Guainía.
Mediante recorridos de observación e imágenes capturadas por cámaras trampa, el estudio, liderado por Mariela Osorno, bióloga con maestría en Biología, de la línea de Ecología de la Universidad Nacional y Natalia Atuesta, investigadora del SINCHI, concluyó que existe una abundancia de poblaciones de especies de mamíferos medianos y grandes, reptiles y aves.
Los chigüiros, (Hydrochoerus hydrochaeris), cajuches (Tayassu pecari), dantas (Tapirus terrestris), paujiles (Crax alector), caimanes (Caiman crocodilus, Paleosuchus trigonatus y P. palpebrosus), pumas y jaguares (Puma concolor y Panthera onca) y serpiente (Lachesis muta), están presentes en bosques conservados donde, además, hay una alta presencia de roedores pequeños y medianos que constituyen su dieta.
Además, estas especies, con excepción de los pumas, jaguares y verrugosos, constituyen gran parte de la dieta de comunidades amazónicas, en particular de las indígenas, y son consumidas de la siguiente manera: en Guainía se alimentan de 36 especies, mientras en Caquetá y Guaviare, donde la dieta incluye fauna silvestre, los números disminuyen con 8 especies en el primero y 9 en el segundo.
No obstante, advierten las investigadoras, es importante mantener medidas de control para que la abundancia de estas especies no entre en peligro.
“Siendo el valor de la vida silvestre incuestionable en términos estéticos, culturales, ecológicos, y como un bien del que dependen cientos de comunidades étnicas y campesinas para su pervivencia en la Amazonia, es preocupante la presión que se incrementa sobre estas poblaciones de fauna cuando ya no hay un control sobre su uso, hoy se denuncia la deforestación de cientos de hectáreas de bosque con el consecuente impacto sobre el hábitat de la vida silvestre y el incremento de presión de caza”, afirma el documento.
Las especies más registradas
A partir de lo observado durante los recorridos y lo capturado en cámaras trampa, el estudio demuestra que las especies que más se registraron en zonas donde hubo control de cacería durante el 2016.
El paujil (Crax alector) fue una de las especies que con más fecuencia capturó la cámara trampa. / Cámara trampa Sinchi
Ha sido posible registrar, con relativamente bajo esfuerzo de muestreo, la presencia de grandes felinos como el puma - foto- (Puma concolor) o el jaguar (Panthera onca). Su presencia denota la abundancia de presas como mamíferos pequeños y medianos que igualmente han sido registrados en abundancia./ Foto: Cámara Trampa Instituto Sinchi
Los cafuches (Tayassu pecari), que forman grandes manadas de hasta 200 animales, corresponden a las especies más apetecidas por los cazadores dada la facilidad de su captura al encontrarse en grandes congregaciones./ Foto: Cámara Trampa Instituto SINCHI
La presencia frecuente de la danta (Tapirus terrestris) indica baja presión de caza o posiblemente un uso sostenible del recurso./ Foto: Cámara trampa Instituto Sinchi
En Guaviare, en zonas con baja presión de caza, es frecuente encontrar a la orilla de los ríos una especie muy apetecida para el consumo como el chigüiro (Hydrochoerus hydrochaeris)./ Foto: Joel Ganeden
En algunos ríos del Guaviare, la densidad de crocodílidos es bastante alta y es posible registrar en un mismo curso Caiman crocodilus, Paleosuchus trigonatus y P. palpebrosus. La coexistencia de estas tres especies en altas densidades indica una oferta suficiente de presas para estos depredadores cuya dieta está compuesta principalmente por pequeños vertebrados como peces, serpientes y pequeños mamíferos. / Foto: Joel Ganeden
La Lachesis muta es una especie de amplia distribución que habita zonas de bosque bien conservadas, donde se presume la abundancia adecuada de presas como pequeños y medianos mamíferos. No se registra en zonas transformadas en potreros o cultivos. / Foto: Mariela Osorno