La historia de cómo los jabalíes ayudaron a recuperar los cocodrilos de Australia
El jabalí es una de las especies invasoras más dañinas. Es nativo de Eurasia y norte de África, pero se cree que hoy es el mamífero con más amplia distribución en el mundo. Por su capacidad reproductiva y adaptabilidad a diversos ambientes, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo ha clasificado como uno de los mamíferos más invasores en el mundo con potencialidad de alcanzar altas densidades poblacionales. Pero en Australia parece haber sido una solución, al menos para los cocodrilos.
Las especies invasoras suelen ser un problema allí donde están. Cambian los ecosistemas a su favor, creando desequilibrios que afectan a los animales nativos. De todas las especies invasoras, el jabalí ha sido catalogada como una de las más peligrosas. Al igual que los hipopótamos, que conocemos bien en Colombia, el jabalí es un “ingeniero de ecosistemas” que genera impactos al modificar las condiciones del suelo y de la vegetación. Se estima, para darle un ejemplo a esas consecuencias, que los jabalís pueden consumir hasta el 30% de las semillas de un bosque.
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Las especies invasoras suelen ser un problema allí donde están. Cambian los ecosistemas a su favor, creando desequilibrios que afectan a los animales nativos. De todas las especies invasoras, el jabalí ha sido catalogada como una de las más peligrosas. Al igual que los hipopótamos, que conocemos bien en Colombia, el jabalí es un “ingeniero de ecosistemas” que genera impactos al modificar las condiciones del suelo y de la vegetación. Se estima, para darle un ejemplo a esas consecuencias, que los jabalís pueden consumir hasta el 30% de las semillas de un bosque.
En Australia las autoridades ambientales han estimado que existen alrededor de 3 millones de jabalíes, que habitan hasta en el 45% de la tierra de Australia. Los cerdos salvajes le cuestan a la agricultura australiana más de $100 millones cada año, destruyendo cultivos y pastos, esparciendo malas hierbas y enfermedades, depredando al ganado y dañando infraestructura. Al revolcarse alrededor de los bordes de cursos de agua, humedales y pantanos, los jabalíes reducen la calidad del agua, causan la degradación de la tierra y erosión, dañan la vegetación nativa, y destruyen la anidación de vida silvestre nativa y sus fuentes de alimento.
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Todo esto, sin embargo, se conoce. Tanto que en 2021 el gobierno australiano aprobó un plan de manejo para intentar darle una solución a este problema. Lo interesante es que un nuevo estudio publicado en The Royal Society, la sociedad científica más antigua del Reino Unido, acaba de sugerir que los jabalíes no siempre han significado un problema en Australia. Su abundante número parece que tuvo que ver con la recuperación del cocodrilo marino o de agua salada, el cocodrilo de mayor tamaño del mundo y el mayor reptil del planeta, un animal que durante la década de 1970 estuvo en peligro de extinción en Australia.
El estudio fue liderado por Mariana Campbell, investigadora de la Universidad Charles Darwin en Australia. La profesora Campbell y su equipo analizaron muestras de huesos de cocodrilos que habitan en el puerto de Darwin y el Parque Nacional Kakadu, ubicado en el Territorio del Norte de Australia. Luego, compararon esas muestras con algunas que se conservan en museos de cocodrilos que vivieron en ese mismo lugar entre finales de la década de 1960 y mediados de la de 1980.
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“Los huesos conservan una firma que permanece a lo largo de la vida del animal. Si desea observar la dieta de un animal a corto plazo, observe la sangre y el plasma”, le explicó la doctora Campbell al diario The New York Times. ¿Qué descubrió?
Que durante los últimos 50 años, los cerdos salvajes se han vuelto la principal fuente de alimento del cocodrilo. Y esto redundó en una recuperación del número de los segundos. Hacia principios de 1970, había alrededor de 3.000 cocodrilos en el Territorio del Norte, ahora se estima que hay poco más de 100.000. Para confirmar su hipótesis, los investigadores analizaron la recuperación de los cocodrilos en otras zonas de Australia con menos jabalíes, constatando que aunque ha pasado, se ha recuperado de manera más lenta.
La presencie de jabalíes empujó a los cocodrilos a cambiar su dieta para alimentarse predominantemente de fuentes de alimentos terrestres. El hallazgo es importante porque, según su investigadora principal, esta podría ser la primera evidencia fuerte de que la presencie de una especie invasora puede, en determinados escenarios, beneficiar a los grandes depredadores nativos. El estudio destaca la importancia de la disponibilidad de presas para contribuir a la recuperación de grandes poblaciones de carnívoros.
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Esto, aún así, no oculta el daño que ha provocado la presencie de esta especie y no parece tener probabilidad de detener los planes del gobierno australiano para su control. Es posible que los cocodrilos sean los únicos beneficiados del jabalí, en contraste las autoridades estiman que los cerdos salvajes amenazan a 148 especies de flora y fauna y a 8 comunidades ecológicas.