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Los incendios en el Amazonas fueron noticia internacional el año pasado. Al 22 de agosto se habían registrado más de 70.000 incendios, un número récord de llamas que están arrasando con la selva. (Le puede interesar: Los incendios de la Amazonia han destruido un área equivalente a 21 veces Bogotá)
Un nuevo reporte de Greenpeace muestra este año un escenario aún más catastrófico. La sequía, la pandemia y la vista gorda del gobierno del ultraderechista, Jair Bolsonaro, a la deforestación se convierten en una triple amenaza que podría llevar a la temporada de incendios más fuerte en la última década.
“La temporada de incendios ha comenzado temprano y con preocupante intensidad en e Amazonas, con el peor comienzo en agosto en una década. Las áreas protegidas, particularmente, han visto un aumento muy significativo de los incendios en los últimos diez días”, señala el reporte realizado con datos oficiales por Unearthed.
Según indican, la pérdida de selva amazónica este año (hasta julio) fue de 9.205 kilómetros cuadrados. Un tercio más que el año anterior y el equivalente a más de dos campos de fútbol arrasados por minuto. (Ver más: El humo de los incendios en la Amazonía en 2019 cubrió el hemisferio sur)
Tan solo en los primeros diez días de agosto se identificaron 10.136 puntos de fuego en todo el bioma del Amazonas, un 17% más que los 8.669 puntos registrados el año pasado para la misma fecha. De hecho, ha habido más incendios en el bioma amazónico durante los primeros diez días de agosto que en el mismo periodo de cualquier otro año desde 2010.
La gráfica muestra los incendios durante los primeros 10 días de agosto desde 2010. Tomada de Unearthed.
“Los datos del INPE, la agencia espacial de Brasil, muestran que fue el número más alto para principios de agosto desde los 11.280 puntos registrados en 2010, cuando una severa sequía en el Amazonas redujo el río Negro a su nivel más bajo en 109 años”, asegura el reporte.
En julio, cuando generalmente comienza la temporada de incendios que se intensifica a medida que comienza agosto, también se vio un incremento: hubo 6.803 incendios, un 28% más que en el mes de julio de 2019. Estoy realmente preocupada", dijo Ane Alencar, directora de ciencia del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM), citada por Unearthed. "Podemos esperar una temporada de quema catastrófica".
Otra de las preocupaciones de los expertos es que el aumento relativo de puntos críticos dentro de los territorios indígenas también aumentó. Fue incluso mayor que el del bioma completo durante julio, pasando de 305 incendios en 2019 a 540 este año, un 77% más. En otras áreas de conservación, como parques estatales y parques federales, también hubo incremento en los incendios. En los primeros fueron un 51% mayores que en julio de 2019, y en los segundos el aumento fue del 48%.
Los expertos advirtieron que los aumentos en las áreas protegidas probablemente estén relacionados con el acaparamiento de tierras, ya que la prevención del crimen de rutina se ha visto obstaculizada por la pandemia y los recortes presupuestarios.
“Los acaparadores de tierras no trabajan desde casa, los madereros ilegales no trabajan desde casa”, dijo Christian Poirier, director de programas de Amazon Watch a Unearthed. “Estamos en medio de una pandemia en la que aún se destruye estos bosques, se invaden territorios indígenas con una impunidad desenfrenada y los pueblos indígenas tienen menos capacidad de respuesta”, insistió.
A los cambios climáticos se le suma un gobierno que, desde que asumió su poder en 2019, ha pretendido minimizar los impactos de la deforestación en la zona de producción de oxígeno más importante del planeta. “Han socavado las normas de protección, han despedido a expertos y han propuesto abrir la Amazonía a los intereses de la minería y la agricultura”, señala el reporte. El viernes pasado, el diario O Estado de Sao Paulo informó que el Ministerio de Medio Ambiente (MMA)estaba reduciendo el número de helicópteros disponibles para la prevención de delitos ambientales y la extinción de incendios. “Seis helicópteros ya eran muy pocos”, dijo una fuente del MMA que no estaba autorizada para hablar al diario brasileño. Ahora serán cuatro. “Es muy frustrante” aseguró.
Mientras tanto, el mandatario de Brasil, que participó el martes pasado de la II Cumbre Presidencial por la Amazonía, realizada de manera virtual y convocada por los mandatarios de Colombia para revisar los avances del Pacto de Leticia, aseguró que “esa historia de que la Amazonía arde en fuego es una mentira” que combatirá con números. También dijo que el mayor bosque tropical del mundo “no se quema” porque “se preserva por si solo gracias a las características de su vegetación, como bosque húmedo”, y que las críticas “injustas” caen porque Brasil es una “potencia del agronegocio”. Sin embargo, desde que llegó a la presidencia, la deforestación en la selva amazónica del país se ha disparado.