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Después de tres años de planificación, cinco expediciones y una caminata de dos semanas, un grupo de investigadores llegó hasta el árbol más alto jamás hallado en la selva amazónica. Se trata del Angelim vermelho, una especie de 88,5 metros de altura y 9,9 metros de circunferencia, cuya copa sobresale en la Reserva Natural del río Iratupuro, en el norte de Brasil.
La primera vez que se supo sobre este árbol fue en el 2019, después de que se tomaran imágenes de satélite para un proyecto de cartografía en 3D. Aunque durante ese año un equipo de académicos, ecologistas y guías locales hizo una expedición para intentar llegar, tuvieron que dar marcha atrás después de diez días caminando por un terreno difícil, con pocas provisiones y con un investigador enfermo.
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Fue solo hasta la expedición realizada entre el 12 y el 25 de septiembre de 2022, que por fin pudieron lograrlo. Para ello, recorrieron 250 kilómetros en barco y otros 20 kilómetros a pie a través de la selva amazónica. “Este hallazgo es muy importante en un momento en que la Amazonia se enfrenta a unos niveles de deforestación tan aterradores”, señaló a AFP Diego Armando Silva, de la Universidad Federal de Amapa, quien ayudó a organizar el viaje.
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El grupo de investigadores aprovechó para recoger hojas, tierra y otras muestras, que serán analizadas para estudiar la edad del árbol que estaría entre entre los 400 y los 600 años. Según explicó Silva, alrededor de la mitad del peso de los árboles gigantes de la región es carbono absorbido de la atmósfera, algo fundamental para ayudar a frenar el cambio climático.
“Fue una de las cosas más bonitas que he visto nunca. Simplemente divino (...) Estás en medio de este bosque en el que la humanidad nunca ha puesto el pie, con una naturaleza absolutamente exuberante”, agregó Silva.
A pesar de su lejanía, los árboles gigantes de la selva están siendo amenazados. De acuerdo con Jakeline Pereira, del grupo medioambiental Imazon, la madera del Angelim vermelho y la reserva de Iratapuru está siendo invadida por mineros de oro ilegales, famosos por provocar la destrucción ecológica.
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En otras tres expediciones a la remota región del Valle de Jari, que se encuentra en la frontera entre los estados de Amapa y Pará, fueron hallados otras especies gigantescas, incluido el árbol de castaña más alto jamás registrado en la Amazonia (66 metros).
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