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Las aves más singulares del planeta serían las más expuestas a la extinción. Así lo sugiere un nuevo estudio publicado en la revista Functional Ecology, que utilizó datos de aves vivas y especímenes de museo, para un total de 9943 especies analizadas. De acuerdo con la investigación, las combinaciones extremas y los rasgos poco comunes podrían ser factores de riesgo para estos animales.
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El estudio elaborado por investigadores del Imperial College de Londres analizó el riesgo de extinción y los atributos físicos —como la forma del pico, la longitud de las alas, la cola y las patas— del 99% de todas las especies de aves vivas, lo que lo convierte en el estudio más completo de este tipo hasta la fecha. Una de las conclusiones que arrojó es que la pérdida de estas especies y de las funciones únicas que desempeñan en el medio ambiente, como la dispersión de semillas, la polinización y la depredación, podrían tener graves consecuencias para el funcionamiento de los ecosistemas.
Los autores combinaron los datos morfológicos con el riesgo de extinción, basado en el estado de amenaza actual de cada especie en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Posteriormente, realizaron simulaciones sobre lo que ocurriría si las aves más amenazadas se extinguieran.
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“Las extinciones muy probablemente llevarán a la pérdida de una gran proporción de especies únicas del árbol aviar. Esto supondrá la disminución de las funciones especializadas que desempeñan en los ecosistemas”, señaló Jarome Ali, candidato al doctorado en la Universidad de Princeton y autor principal del estudio.
Entre las especies de aves morfológicamente únicas y amenazadas se encuentran el rabihorcado de la Christmas (Fregata andrewsi), que sólo anida en la isla de Navidad, y el zarapito del Pacífico (Numenius tahitiensis), que migra cada año desde sus zonas de cría en Alaska a las islas del Pacífico Sur.
Cabe destacar que, aunque el conjunto de datos analizados demostró que las aves poco comunes también estaban clasificadas como amenazadas en la lista roja de la UICN, no pudo demostrar cuál es el vínculo entre la singularidad de las especies y el riesgo de extinción.
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Jarome Ali sugirió que “una posibilidad es que los organismos altamente especializados sean menos capaces de adaptarse a un entorno cambiante, en cuyo caso los impactos humanos pueden amenazar directamente a las especies con las funciones ecológicas más inusuales. Se necesita más investigación para profundizar en la conexión entre los rasgos únicos y el riesgo de extinción”.
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