Las expectativas que genera la reunión más importante sobre cambio climático
Este 6 de noviembre empezará la COP27 en Sharm el-Sheik, Egipto. ¿Cuáles son las expectativas de un encuentro al que asistirán más de 100 jefes de Estado, en medio de un inusual contexto geopolítico?
Sergio Silva Numa
César Giraldo Zuluaga
Hace poco más de una semana, un grupo de 99 investigadores presentó uno de los informes más inquietantes que se han lanzado este año sobre cambio climático. El reporte “The Lancet Countdown”, encabezado por la revista The Lancet, una de las más prestigiosas en el mundo de la salud, resumía lo que está viviendo la humanidad como consecuencia de este fenómeno. Eran, dijeron los autores, los “resultados más nefastos” desde que este documento se había empezado a hacer en 2016.
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Hace poco más de una semana, un grupo de 99 investigadores presentó uno de los informes más inquietantes que se han lanzado este año sobre cambio climático. El reporte “The Lancet Countdown”, encabezado por la revista The Lancet, una de las más prestigiosas en el mundo de la salud, resumía lo que está viviendo la humanidad como consecuencia de este fenómeno. Eran, dijeron los autores, los “resultados más nefastos” desde que este documento se había empezado a hacer en 2016.
La investigación mostraba, nuevamente, cómo el cambio climático atraviesa nuestra cotidianidad. Las olas de calor, por ejemplo, estaban causando estragos en la seguridad alimentaria de unos 98 millones de personas. Las altas temperaturas, cada vez más inusuales, acortaron las temporadas de crecimiento de cultivos esenciales, como el maíz, el arroz y el trigo, en todo el planeta.
Para ponerlo en términos más dramáticos, las emisiones generadas por la quema de combustibles fósiles estuvieron asociadas con problemas respiratorios y cardiovasculares, que contribuyeron a 4,2 millones de muertes. Más de la mitad de las personas que viven en Bogotá. “Ningún país está a salvo”, había señalado el reporte. (Le puede interesar ¿Qué tanto sabe de cambio climático? Una guía para que se prepare para la COP27)
Mañana, en Sharm el-Sheik, uno de los lugares más turísticos de Egipto, en la costa del mar Rojo, empezará un nuevo encuentro de todos estos países para conversar y debatir sobre el camino para hacer frente a este gran desafío. Se espera que unos 100 jefes de Estado y unos 35 mil delegados acudan a esta nueva cita. Será la vigésima séptima ocasión en la que se reúnen. “COP27” son las siglas que utilizará esta cumbre, que irá hasta el 18 de noviembre.
Aunque pareciera no ser tan atractiva como el encuentro del año pasado, que se llevó a cabo en Glasgow, Escocia, donde se trazaron nuevos objetivos, hay algunos puntos centrales que ayudan a entender por qué, en esta ocasión, también es valioso seguir con cuidado lo que ocurra en Egipto.
Uno de los temas a donde apuntan las miradas tiene que ver, justamente, con la manera como se busca compensar a los países en desarrollo por los daños que sufren debido al cambio climático. Los ejemplos sobran: sequías, huracanes o intensas temporadas de lluvias, como la que este año ocasionaron el desplazamiento de 4 millones de personas en Bangladesh, ponen en aprietos a cualquier nación. ¿Cómo resarcir esos efectos causados, en gran parte, por las emisiones de los países más ricos? (Le puede interesar Se necesita más dinero para adaptarnos al cambio climático, advierte la ONU)
La pregunta no es nueva, y esta ha estado sobre la mesa desde años atrás. Una de las ideas que se han barajado es que esas naciones más ricas paguen fondos de “pérdidas y daños” que compensen los graves efectos que sufren los países menos desarrollados. Como explica Laura Juliana Arciniegas, experta en diplomacia climática internacional y coordinadora del proyecto sobre Balance Mundial en Transforma -organización que sigue de cerca las negociaciones-, el tema de “pérdidas y daños” va a ser central en la agenda.
“Seguro habrá mucha tensión, como la hubo el año pasado, pero lo ideal es que se establezca un mecanismo específico para este tema. Las pérdidas y los daños habla, justamente, de lo que no se puede evitar: nos podemos preparar como sociedades o podemos planear mejor la infraestructura, pero no podemos evitar ciertas pérdidas. Eso requiere un abordaje distinto”, asegura Arciniegas.
Se trata de un asunto que no es fácil de conciliar. A quienes están al frente de los países más desarrollados les inquieta que se les exija compensar por emisiones de gases de efecto invernadero que fueron generadas en el pasado. De hecho, fue uno de los temas que más tensión causaron al final de la cumbre del año pasado, y tuvo que aplazarse. (Le puede interesar Los planes de reducción de gases de efecto invernadero son insuficientes: ONU)
“Este es un tema asociado con la justicia climática: los países más vulnerables son los que más enfrentan efectos del cambio climático. Entonces, necesitamos definir con urgencia dos cosas claves frente a esto: lo primero es definir muy bien la gobernanza e institucionalidad. ¿Quiénes van a participar y quiénes van a tomar decisiones? La segunda es el financiamiento. ¿Cómo vamos a financiar las pérdidas y los daños? ¿Cuáles van a hacer los criterios para hacerlo?”, añade Camila Rodríguez, líder de Soluciones Basadas en la Naturaleza para la Mitigación en The Nature Conservancy (TNC) Colombia.
Para Rodríguez, además de esta discusión, esta cumbre del cambio climático estará atravesada por otro asunto clave: la adaptación, es decir, cómo el mundo se adapta para responder a las consecuencias del cambio climático. Hasta el momento, gran parte de los esfuerzos globales han girado en torno a la mitigación (es decir, lo que debemos hacer para evitar que se profundice el cambio climático y evitar que la temperatura global sobrepase los 1,5° Celsius), pero se espera que la reunión de Egipto sea esencial para hablar de cómo medir la adaptación, del financiamiento que requiere y del camino para reunir esos recursos.
“La COP27 debería basarse en la promesa de la COP26 de al menos duplicar el financiamiento para la adaptación. También necesitamos un compromiso de destinar a la adaptación el 50 % de la financiación pública del clima. Ambas cosas pueden lograrse mediante una hoja de ruta sobre la financiación de la adaptación con un mecanismo de rendición de cuentas”, asegura la organización WWF a El Espectador. (Le puede interesar Coca Cola, un gran contaminante de plástico, será patrocinador de la COP27)
Por ambos temas, se espera que el rol de las delegaciones de América Latina, una región que sufre los estragos del cambio climático, tengan un papel protagónico. Aún no se sabe con certeza cuál será la apuesta del Gobierno colombiano, pero como dijo a principios de esta semana la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, esperan crear un bloque amazónico. Varias organizaciones ven con buenos ojos ese entorno, luego del perjuicio que causó el gobierno de Bolsonaro a esa región y a las comunidades indígenas. Pero de esas expectativas y las posibilidades de una alianza hablaremos con más detalle en la edición de mañana, 6 de noviembre.
Sin embargo, por el momento, todo dependerá, como dice WWF, de la voluntad política, especialmente en el tema del financiamiento, en medio de un contexto muy particular: una guerra entre Rusia y Ucrania que le ha recordado al mundo su gran dependencia de los combustibles fósiles.